Artículo Marketing deportivo

CTA, RFEF y LaLiga: Destruyendo el fútbol, el deporte y la marca España desde dentro

El fútbol español se encuentra en una crisis reputacional. Sus escándalos están erosionado la confianza del público y dañando la imagen del deporte y la marca España a nivel nacional e internacional

Por Redacción - 21 Marzo 2024

En los últimos años, el fútbol español ha sido sacudido por una serie de escándalos que han puesto en entredicho la integridad de importantes instituciones deportivas como la Comisión de la Competencia y Transparencia del Fútbol (CTA), la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) y LaLiga. Estos organismos, en lugar de ser pilares de fortaleza para el deporte nacional, parecen estar contribuyendo a socavar su propia credibilidad y la reputación del fútbol español y la imagen de deporte español en general.

Desde el infame "Caso Negreira" que implicó a varios clubes y jugadores en actividades ilegales hasta la falta de transparencia en los procesos de toma de decisiones, pasando por las constantes disputas sobre los derechos televisivos que han alienado a los aficionados, y las polémicas arbitrales que han sembrado la sospecha sobre la imparcialidad en el campo, no hay semana que pase sin que alguno de estos organismos esté en el centro de la controversia.

Durante estos días, la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil (UCO) ha realizado nuevos registros en la sede de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). La investigación se enfoca en presuntos delitos de corrupción, administración desleal y blanqueo de capitales relacionados con contratos de la RFEF en los últimos cinco años. A pesar de que la jueza solicitó documentación a la RFEF, esta no fue entregada en su totalidad, lo que provocó el registro. Se investigan contratos vinculados con la Supercopa de España en Arabia Saudí, partidos de la selección española en Sevilla y otras contrataciones y adjudicaciones de obras.

La FIFA centra su atención en España ante la posible ratificación del Mundial

A todo lo acontecido, se suman las señales de alarma tras las palabras de la propia FIFA. El primer organismo en reaccionar ante los eventos posteriores a la final del Mundial femenino, sancionando a Rubiales y apartándolo de cualquier función dentro del ámbito futbolístico. Ahora, se mantiene una expectativa latente, con todos los sentidos puestos en lo que ocurre tanto en la Ciudad del Fútbol como en otras localidades españolas. Desde Zúrich, se considera que es momento para la intervención policial y para llevar a cabo investigaciones exhaustivas. No obstante, lo que está claro es que no se pasará por alto ningún detalle de lo ocurrido. Es importante tener en cuenta que el próximo mes de diciembre, la asamblea de la FIFA debe ratificar las candidaturas conjuntas de España, Marruecos y Portugal para albergar el Mundial 2030, y lo que está ocurriendo está disminuyendo el apoyo. Aunque es cierto que no hay competidores en esta carrera, y que puede que todo ello responda más a intereses políticos que deportivos, España necesita explicar con gran claridad todo lo sucedido para evitar cualquier tipo de duda y así poder avanzar con éxito en el proyecto.

Pero tampoco podíamos olvidarnos del Comité Técnico de Árbitros (CTA), donde Luis Medina Cantalejo, exárbitro de fútbol español, mantiene su puesto como presidente. Sin embargo, su liderazgo en el CTA ha sido cuestionado debido a la falta de transparencia en la asignación de árbitros y las acusaciones de posibles favoritismos hacia ciertos equipos. Medina Cantalejo enfrenta denuncias por supuestas manipulaciones del VAR, lo que ha impactado su reputación y lo ha situado en el centro de la controversia. Mientras tanto, en el seno de LaLiga, la presidencia de Javier Tebas desde 2013 también ha estado marcada por la polémica. Se le critica por favorecer a ciertos clubes en la distribución de ingresos, tensas relaciones con el Real Madrid, gestión controvertida del VAR y medidas drásticas contra la piratería. A pesar de contar con respaldo, su enfoque económico ha sido objeto de críticas por priorizar los intereses financieros sobre la integridad del fútbol español y convertirlo en un lujo contribuyendo a la percepción de alejamiento de este deporte de las clases con menor poder adquisitivo.

Dilapidando la reputación del deporte español y la Marca España

Es más que evidente que el fútbol español se encuentra en una crisis reputacional. Sus escándalos, que involucran a los principales organismos del fútbol español están erosionado la confianza del público y dañando la imagen del deporte a nivel nacional e internacional. La reiteración constante de escándalos, casos de corrupción y falta de transparencia en el fútbol español ha minado la confianza del público y dejado un reguero de daños en la reputación de las instituciones involucradas. Estas situaciones han profundizado la sensación de malestar y desconfianza en el deporte rey.

“Muchos españoles lo sienten injusto, pero el mundo es el que es, no el que uno desea. Desde las terminales mediáticas de los países más poderosos de Occidente, el deporte español es mirado con sospecha. Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Alemania: alcanza con un puñado de artículos en esos cuatro países, a los que se puede sumar también Italia, para que una ola de desprestigio y destrucción de la imagen de España recorra el mundo.” De esta forma comienzan algunas publicaciones el escenario actual del deporte español.

Es evidente que tales polémicas no solo afectan al ámbito deportivo, sino que también erosionan la imagen de España como un país serio y confiable. La reputación nacional se ve comprometida, lo que podría tener consecuencias negativas en el turismo y afectar la marca España, construida cuidadosamente a lo largo de los años. Además, la falta de confianza en las instituciones deportivas provoca una disminución del interés en el fútbol entre los aficionados pues las empresas muestran reluctancia en patrocinar equipos o eventos asociados con la corrupción. ¿O tampoco va con ellas?

Los últimos escándalos en el fútbol español han generado un impacto significativo no solo en la reputación del deporte, sino también en el ámbito del marketing deportivo y las marcas asociadas a él.

Esta falta de confianza en las instituciones deportivas dificulta la creación de estrategias efectivas y hace que cada vez más empresas muestren reservas a la hora de invertir en equipos o eventos relacionados con la corrupción, lo que afecta tanto al valor de los patrocinios existentes como a la búsqueda de nuevas oportunidades de inversión. La reputación negativa del fútbol español también repercute en las marcas vinculadas a él, que se ven obligadas a tomar medidas para salvaguardar su imagen. Esto incluye diversificar sus fuentes de financiación y reforzar el control sobre su imagen para minimizar los daños.

Mientras tanto, en lugar de enfrentar estos problemas de manera directa y trabajar para recuperar la confianza perdida, parece que algunos de estos organismos están más preocupados por salvaguardar sus propios intereses y mantener el statu quo, incluso si eso significa sacrificar el bienestar del fútbol español en su totalidad. Es hora de que alguien comience con una limpieza integral.

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