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¿Cuánto duran los cambios que el miedo a la inflación tiene en los patrones de consumo? Más de un año

La inflación hace cambiar los patrones de consumo, pero sus efectos van más allá del momento inmediato

Por Redacción - 2 Diciembre 2022

Inflación. Se ha convertido en la palabra de moda de 2022 y también en una de las más temidas. Aunque las últimas noticias sobre la inflación en España parecen a primera vista un tanto tranquilizadoras – los datos sobre España y Alemania apuntan que la inflación está suavizándose y que, por tanto, como señala The New York Times, la economía sufrirá menos de lo previsto en 2023 – esto no ha evitado que la inflación haya ido cambiando cómo se consume y qué decisiones de compra se toman en los últimos meses.

La estrategia de las marcas ha tenido que adaptarse a unos compradores que tienen miedo al estado de la economía y a los que les preocupan sus ahorros. Las compañías han tenido que reinventarse y responder a estos retos. Ha sido clave si querían sobrevivir.

Pero ¿cuánto tiempo tendrán que estar pensando las empresas en términos inflacionarios? ¿Cuándo podrán dejar de temer a los efectos que tiene en los consumidores?

La respuesta no es sencilla, pero los estudios están empezando a apuntar ya en ciertas direcciones. A los consumidores la inflación les causa pánico y que este temor desaparezca lleva su tiempo. Tanto como, al menos, año y medio.

Eso es lo que apunta un estudio de la Universidad de Michigan: año y medio después del pico de inflación – han usado cuestionarios a consumidores actuales pero también el análisis de datos históricos de las grandes crisis de la segunda mitad del siglo XX – los consumidores siguen gastando menos y teniendo una relación especial con el dinero (por ejemplo, en términos de ahorro o de pedir préstamos).

Consumidores reticentes

“A lo largo de 2022, los consumidores han señalado cómo la inflación ha golpeado sus estándares de vida, siguiendo de cerca la proliferación de noticias negativas que escuchaban sobre la inflación”, explica la responsable de la investigación, Joanna Hsu. “Ahora podemos ver los efectos en el comportamiento: una mayoría de consumidores ha ajustado sus expectativas a la inflación continua ajustando sus gastos”, explica.

Un 60% de los consumidores encuestados reconoce que ha rebajado sus gastos por culpa de la inflación, pero la cantidad de quienes esperan hacerlo el año que viene es incluso mayor. Cuanto más se recorta el gasto, menos sentimiento positivo se tiene y más se espera que suba la inflación. Esto también lleva a que se pida menos dinero y que por eso se hagan menos grandes compras. También se evita hacer toda aquella compra importante que pueda dañar el fondo de ahorros.

Eso sí, por ahora, los consumidores no han caído, reporta el estudio, en un comportamiento habitual en situaciones inflacionarias, el de comprar de forma masiva y en gran cantidad antes para prevenir que en un futuro se tenga que pagar mucho más por ese mismo producto. Este tipo de comportamientos – como demostraron las compras de pánico durante la pandemia – pueden ser un serio problema, porque desabastecen el mercado y logran además transmitir una sensación de tensión a los consumidores, contagiando al mercado.

Igualmente, a diferencia de lo que ocurrió con la escalada de la inflación en los años 70, en esta ocasión los ciudadanos son mucho más conscientes de qué ocurre y de lo que puede suponer.

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