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Si nos ponemos a pensar en las diferencias que existen entre competir en un mercado online u offline, las primeras que se nos pueden ocurrir, a la hora de elaborar un plan de negocio, son los gastos o costesfijos de algunas de las necesidades básicas de los diferentes modelos.
Por ejemplo, en el caso de Internet nuestro local simplemente es un servidor que en ocasiones ni si quiera es dedicado, por lo que el coste del mismo es casi residual y depende del volumen - con las excepciones de sitios con gran tráfico -. Así mismo en el mercado offline, sucede en un caso extremo en el que incluso las oficinas podrían estar deslocalizadas, es decir, teletrabajo ¿Qué necesidad hay en muchos casos de ir a la oficina a trabajar existiendo Skype? Sin embargo, lo más habitual es que las empresas que operan offline tengan unos altos gastos operativos, como las oficinas y aquí ya empiezan las grandes diferencias.
Menores costes de establecimiento o similares para desarrollar una actividad online, pueden llevarnos a pensar que las barreras de entrada son pequeñas. Sin embargo, lo único que sucede es que ésas barreras de entrada que antes se situaban al comienzo de la explotación del negocio, incluso antes de generar ingresos, se prolongan en el tiempo, es decir, surgen barreras más tarde.
La propia inexistencia de barreras de entrada al principio, facilita una entrada masiva de competidores, que provocan una barrera de entrada competitiva a posteriori. Un claro ejemplo, serían determinados nichos de mercado dentro del sector eCommerce, en el que existen decenas de tiendas compitiendo por unos clientes "fijo" -cada día más, afortunadamente -que distribuyen su consumo de manera tan diluida que al final la mayoría de ésos comercios no pueden subsistir -a no ser que sean tiendas soporte de un negocio offline-.
¿Dónde nos encontramos a medio plazo?
Frente a dos posibilidades competitivas: precio o diferenciación. La primera, podría decirse que es la más "simple", bajar precios para hacer nuestros productos más atractivos atendiendo a que no tenemos costes fijos muy elevados. Sin embargo, en esa situación, también se encuentran los demás y ahí es donde de nuevo nos encontramos la barrera de entrada a posteriori.
La otra opción es la diferenciación y ésta sí implica costes económicos que sí son una barrera de entrada real y que además se distribuyen de dos maneras diferentes: un comercio más elaborado y diferenciado - mejor usabilidad, test A/B, campañas de email marketing, atención al cliente, etc.-implican unos mayores cargos en la estructura de costes de la empresa que sólo podrán afrontar aquellas compañías con recursos. Por otro lado tenemos "el tiempo", que erróneamente no se suele tener en cuenta en la planificación financiera de proyectos online de pequeño calado. Éste es sinónimo de dinero y como recurso escaso que es, implica unos gastos intrínsecos - horas que dedicamos y que se pueden valorar -y un gastos extrínseco -requerimientos elevados de capital en el presente para obtener ingresos en el medio plazo - El posicionamiento orgánico en buscadores de un sitio web, sería el ejemplo perfecto. Necesitamos invertir hoy -capital trabajo, campañas de link building, tiempo, etc.-para posicionarnos en el medio/largo plazo y comenzar a generar ingresos.
Así de esta manera, se puede anticipar un futuro mercado online con una mayor concentración en la oferta sobre todo en aquellos segmentos de mercado generalistas, dejando hueco solamente para nichos específicos a empresas de menor tamaño.
Por tanto, si se analizan y tienen en cuenta los posibles problemas y requerimientos de las empresas en el medio plazo, entonces sí podemos considerar que existen barreras de entrada y en muchos casos más que considerables. Quizá deberíamos modernizar el término "barreras de entrada" por "barreras de negocio" o "barreras a medio plazo", ya se verá.
