Opinión Redes Sociales

Estrellas errantes: Artistas, celebridades y redes sociales

Managing Director de INTUIC | The Social Media Agency en...

Muchos artistas, especialmente los más jóvenes, se han aficionado excesivamente a las redes sociales. Aunque es muy meritorio que dediquen su tiempo al contacto directo con sus seguidores, a veces puede resultar perjudicial para su imagen. Los promotores de talento deben buscar un balance, y educar con gran tacto a sus representados en el uso de las redes sociales.

El yin y el yang constituye el concepto filosófico oriental de la dualidad; dos fuerzas contrapuestas y sin embargo, complementarias y necesarias para la existencia. Lo bueno no vive sin lo malo, lo femenino sin lo masculino, la luz sin la oscuridad. Las redes sociales no son una excepción.

La duplicidad, el yin y el yang de las redes, lo componen el uso y el abuso. Muchas empresas promotoras de talentos se encuentran en una posición en la que les resulta casi imposible manejar debidamente la imagen de sus representados, cuando estos se aficionan excesivamente a las redes.

El resultado es una “estrella errante” que twittea constantemente lo primero que se le pasa por la cabeza, sube lo que le parece a su página de Facebook y contesta personalmente los correos de sus admiradores o admiradoras sin meditar dos veces sus palabras.

Aunque es muy meritorio que un personaje público se implique de tal manera en las redes, lo cierto es que puede resultar muy contraproducente para su imagen. Los errores producidos por un tweet impulsivo, y hay muchos ejemplos en la red, toman semanas de campaña y miles de dólares en neutralizarse. A menudo, resulta imposible de explicar, el daño que 140 palabras pueden causar.

Chris Brown, por ejemplo, mandó un incendiario tweet desde un Wal Mart en el que se encontraba, porque no halló su último CD a la venta. El problema es que, con el enfado y las prisas, no comprobó que Wal Mart sí comercializaba su CD. Era tan popular, que se habían vendido todas las copias. Brown dijo en aquel entonces que no iba a twittear nunca más.

Otro de los casos que hizo historia fue el de Courtney Love cuando twitteo para degradar a un conocido diseñador, que, prontamente, presentó una demanda por difamación, la primera de la historia basada en twitter.

Mark Cuban, el propietario de los Mavericks, recibió una multa de la NBA de 25.000 dólares por twittear su “malestar” contra los árbitros, tras el partido en el que perdieron contra los Denver Nuggets. Digamos que Mark Cuban se lo tomó con buen humor una vez pasado el enfado. Twiteeo de nuevo, ya más calmado al enterarse de la multa: “Ya no se puede decir que nadie gana dinero en Twitter. La NBA lo hace”.

Por ello, es fundamental conocer el funcionamiento y manejo de las redes sociales y sus repercusiones para nunca abusarlas. Un experto en el tema debe aconsejar con tacto a nuestra “estrella” de como utilizar las redes sociales para que no se convierta en “errante”.

El consejo fundamental: alejarse de la cuenta de twitter en situaciones de enojo. Hay que dejar enfriar la situación. Como la experiencia demuestra, los mayores errores se han cometido precisamente en estas circunstancias: twitteando cuando uno no tiene la cabeza fría.

Todos cometemos errores. ¿Cuántas veces no hemos pulsado el botón de “enviar” de un correo electrónico y nos hemos arrepentido al segundo? Muchas. Sin embargo, con twitter hay que ser mucho más prudentes, ya que lo que digamos se convierte en dominio público instantáneamente. El mensaje no solamente llega a una persona o a un reducido grupo. En el caso de los famosos, los receptores instantáneos, pueden contarse a millares.

Seamos prudentes y sigamos los consejos de nuestros ancestros, que ya nos aleccionaban en este aspecto, mucho antes de que existiera Twitter o el mismo Internet: “Hay tres cosas que nunca se pueden recuperar: la palabra dicha, la flecha lanzada y la oportunidad perdida”.

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