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Por Redacción - 28 Abril 2014
El uso de los dispositivos móviles es personal e intransferible. Se trata de un objeto que permanece con nosotros gran parte del día, y que utilizamos para todo tipo de actividades relacionadas con la comunicación, incluso las más íntimas y personales.
De ahí que nos sintamos especialmente molestos cuando interrumpen nuestra experiencia de usuario, e intentan interferir en la actividad con la que estamos disfrutando gracias a nuestro terminal inteligente. Tal es el caso de los anuncios de vídeo, cuya presencia provoca más irritabilidad que alegrías.
Los usuarios dedican más de la mitad de su tiempo online al consumo de vídeo (Oolaya); una dedicación de la que quieren disfrutar sin interrupciones. Según recoge el estudio de Rhythm NewMedia, solo el 31% de los usuarios aceptaría de buen grado este tipo de anuncios en su móvil, bajo la promesa de poder reproducir contenido audio audiovisual de calidad de forma gratuita. El 31,4% negó rotundamente esta posibilidad, mientras que un 24,3% solo admitiría los anuncios de vídeo en contadas ocasiones.
A la hora de elegir el formato publicitario preferido por estos usuarios móviles, apenas el 12% eligió los anuncios en vídeo, según recoge el informe de PWC publicado en febrero. Por su parte, los cupones móviles ocuparon la primera posición en esta tabla (27%), seguidos de los banners. No en vano, la publicidad de display no dificulta la experiencia de navegación y puede ser sencillamente ignorada, mientras que los cupones siempre pueden ofrecer algún tipo de ventaja a los usuarios.
El problema añadido de la reproducción del contenido audiovisual en los dispositivos móviles es la conexión. Por lo cual, si ya de por sí ver vídeos en el móvil es más complejo que en otros dispositivos conectados, como el ordenador, la irrupción de loso anuncios en vídeo en las fases previas al ansiado comienzo de la reproducción termina con la escasa paciencia de estos usuarios.
Por su parte, el mercado de la publicidad en vídeo móvil está en pleno auge, y crecerá exponencialmente en los próximos años. La inversión en vídeo móvil el pasado año fue de 520 millones de dólares, lo que supone un 13% de la publicidad de vídeo digital. Una importante apuesta que podría caer en saco roto si no se tiene en cuenta la opinión de una parte fundamental dentro de la estrategia: el consumidor.
