Artículo Negocios y Empresas

La ola de frío también afectará al comportamiento de los consumidores

Las marcas deben tener en cuenta cómo las condiciones meteorológicas cambian los hábitos y el humor de sus consumidores.

Por Redacción - 20 Enero 2017

Igual que circula posiblemente por todas y cada una de las conversaciones de Whatsapp que se están desarrollando ahora mismo en España, todos los medios están también incluyendo noticias sobre la ola de frío. 14 comunidades autónomas están en alerta por las bajas temperaturas y se esperan nieves en algunas de las comunidades afectadas. El tema, que se ha convertido en una de esas cuestiones de portada y en uno de esos elementos que abrirán todos los telediarios (especialmente teniendo en cuenta que se espere que el mal tiempo dure unos cuantos días), es también una cuestión fundamental para las marcas. Los cambios en el tiempo, especialmente los cambios bruscos de tiempo y las situaciones extremas, tienen un impacto directo en cómo se comportan los consumidores y en cómo se relacionan con las marcas.

El principal efecto y el que se puede deducir casi sin pensar mucho en ello está en qué compran. Una vez que llega el mal tiempo llegan también las compras de ciertos productos. Durante las oleadas de frío, se disparan las compras de radiadores, abrigos, mantas y productos similares. Pero, además, también cambia el dónde compramos. En lugar de salir de casa a hacer nuestras compras, el mal tiempo hace que prefiramos comprar desde el hogar. El mal tiempo es siempre una oportunidad para el ecommerce.

De hecho, cuando llegan los días de lluvia y de frío es cuando el ecommcerce se frota las manos. Los consumidores prefieren evitar salir de casa y compran desde el hogar. Un claro ejemplo fue la temporada de Navidad de hace unos años en Estados Unidos y Reino Unido, que coincidió con una serie de nevadas. Los consumidores se volcaron tanto en las compras en la red que colapsaron los sistemas de entrega (que tuvieron que luchar contra unas condiciones extremas y contra un pico en la demanda). Un estudio de Vente-Privée señalaba, incluso, que el 76% de los españoles prefiere comprar en internet durante los días de lluvia.

Además, durante los días de mal tiempo se consume mucho más ocio también desde casa, lo que hace que las plataformas que ofrecen esos contenidos tienen un momento de crecimiento de uso. Al fin y al cabo, no todo lo que hacemos en internet los días de mal tiempo es por necesidad a cubrir que no queremos cumplir saliendo de casa, sino también por una búsqueda de algo mejor, de un incentivo. El estudio de Vente-Privée apuntaba que un 26% de esos compradores online de los días de mal tiempo compra porque están aburridos y un 23% porque necesita encontrar algo que le alegre el día.

Cómo cambian los anuncios

El tiempo no solo impacta en el comercio electrónico sino que también hace que los anuncios se vean de un modo diferente o que deban hacerse de un modo distinto. Por ejemplo, The Weather Channel cerró hace unos años un acuerdo con Twitter para incluir información del tiempo para anunciantes. De este modo, se puede segmentar lo que se está ofreciendo partiendo de lo que se está "sufriendo" climáticamente. Un anuncio de un paraguas, por ejemplo, funcionará mucho menos durante los días de sol.

Además, de forma general, los anuncios se ven más. Un estudio de Google había señalado que el tiempo meteorológico puede hacer variar en un 5% el número de clics que recibe un anuncio online. Cuando hace mal tiempo, hacemos más clics en los banners.

Y se usan más las redes sociales

Los días de mal tiempo también tienen un impacto en las estadísticas de uso de las redes sociales, un dato muy importante para las marcas siempre deseosas de estar ahí donde están sus consumidores. Si llueve y si hace mucho frío, sus consumidores estarán en Twitter o en Facebook, posiblemente hablando del tiempo. Algunos estudios han incluso puesto números a cómo cambia la actividad. En los días de lluvia, por ejemplo, la actividad es un 42% superior a los días de sol. Si ese día de lluvia es además de verano, la diferencia puede ser del 90%.

Pero lo cierto es que no solo se habla más en redes sociales, sino que también se modifica el modo el que se enfrentan los consumidores a las actualizaciones. Un estudio de Facebook y la Universidad de California concluyó que el mal tiempo hace que se incrementen los posts negativos y que bajen los positivos. Publicamos menos cosas positivas, creando además un efecto contagio entre nuestros amigos.

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