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Cómo internet y el ecommerce han revolucionado en una década la industria de la imprenta

Internet ha creado las condiciones para hacer que las cosas cambien y que el mundo de la imprenta tenga una nueva vida

Por Redacción - 20 Enero 2016

Cuando en el siglo XV Johannes Gutenberg sentó las bases de la imprenta moderna, comenzó una revolución que cambió por completo cómo se accedía a la información y quiénes eran quienes podían hacerlo. De pronto, cualquiera podía convertirse en el distribuidor de la palabra escrita y no eran necesarias horas y horas de trabajo de copistas para poder lanzar un texto escrito al mundo. Las cosas fueron avanzando desde entonces y fueron modificándose para lograr que los textos se produjesen mucho más rápido, de un modo mucho más eficiente y con cantidades cada vez más abrumadoras. La tecnología que permitía imprimir también fue evolucionando y cambiando rápidamente y modernizándose década tras década y siglo tras siglo, hasta que toda ciudad y hasta cada barrio tuvieron sus pequeñas imprentas tradicionales, en las que cualquiera podía llegar y pedir lo que quisiese que fuese impreso. Tarjetas de visita, invitaciones de boda, unos marcapáginas personalizados para repartir entre los compradores de la librería de la esquina? La imprenta se había convertido en una parte más del día a día de la ciudad.

Hasta que llegó una nueva revolución, tan impresionante como la que Johannes Gutenberg propició tantos siglos atrás: hace unas décadas internet irrumpió en la vida de los consumidores y cambió nuevamente cómo se accede a la información, cómo se distribuye y cómo se necesitan los soportes para acceder a la información. El papel y la palabra impresa empezaron a parecer poco relevantes y dejaron de tener interés. Internet ofrecía una avalancha de conocimiento, hacía que todo estuviese a un clic de distancia y hacía que imprimir empezase a parecer no tan relevante.

Empezó así la que podría conocerse como la crisis del papel. Los medios de comunicación impresos empezaron a perder lectores en favor de los nuevos medios nacidos en internet. Los periódicos online y los blogs, las revistas de internet y los nuevos formatos online estaban robando la relevancia que tenían sus predecesores en papel, haciendo que las tiradas en papel se redujesen cuando no desapareciesen por completo. El papel empezó a parecer menos relevante, porque ¿quién necesita una tarjeta de visita cuando se tiene un contacto en LinkedIn? A la revolución de la red y al cambio de modelo de paradigma comunicativo, se sumó la crisis económica de los últimos años, que hizo que quienes aún seguían imprimiendo a pesar del tirón de internet, las empresas que aún invertían dinero en formatos impresos de publicidad como flyers o folletos, dejasen también de imprimir. Esas imprentas que habían conseguido colarse en cada barrio de las ciudades del siglo XX comenzaron a cerrar durante el siglo XXI.

¿Quiere esto decir que las imprentas están llamadas a desaparecer y que la palabra escrita y los modelos de impresión lo harán con ellas? ¿Se ha acabado el momento del papel?

Internet ha cambiado el mercado

Lo cierto es que la propia internet que parecía que iba a ser la muerte del papel en realidad ha simplemente cambiado las reglas del juego. Lo cierto es que los consumidores no es que no necesiten el papel, simplemente lo necesitan de una forma diferente. La impresión no ha desaparecido por completo, simplemente ha cambiado de forma y ha mutado de formato. En los últimos 10 años, internet también ha aplicado su varita mágica transformadora al negocio de la imprenta. Ahora, las impresiones ya no se compran de entrada en un lugar que huele a papel y a tinta. Se compran desde el salón de casa, con una conexión a la red y haciendo clic en un navegador.

Si se prueba a buscar una imprenta en Google, por hacer una prueba de cómo está el estado de las cosas, los tres primeros resultados son, en realidad, enlaces patrocinados a tres imprentas online. Si se busca de forma mucho más específica "imprenta online", el propio Google arroja en muy pocos segundos 657.000 resultados, con todos los tipos de productos, servicios y precios que el consumidor puede desear. La oferta es muy amplia y las compañías del sector tienen que ser muy competitivas a la hora de crear unos servicios que resulten atractivos. De hecho, el mercado de la impresión parece en plena ebullición: nunca fue tan fácil encontrar sin gran esfuerzo a quien le haga a uno las invitaciones de boda, el calendario personalizado con el que sorprender a la abuela en Navidad o las tarjetas de visita que, por mucho que se tenga LinkedIn, no está de más dejar.

Los números también demuestran que las imprentas online están en plena ebullición. Las cifras de crecimiento de algunas de las empresas estadounidenses del sector están por encima del 60% y algunos de los gigantes de Europa del mercado tienen ya casi medio millón de clientes en todo el continente.

Los modelos de negocio son también cada vez más variados y se apoyan en cada vez más y más formatos diferenciados, desde quienes buscan dar rapidez, quienes se quedan con los servicios de toda la vida que algunos clientes buscan o quienes apuestan por el diseño como elemento para llamar la atención en un mundo cada vez más obsesionado con las cosas bonitas. De hecho, que el mercado está en plena ebullición y que grandes cosas pueden llegar desde él en el futuro próximo lo demuestra el hecho de que los fondos de capital riesgo estén apostando por algunas de las start-ups del mercado: el Fast Growth Tech Fund de Barclays inyectaba capital el pasado verano en Moo.

El ecommerce, un nuevo modelo

Internet ha creado las condiciones para hacer que las cosas cambien y que el mundo de la imprenta tenga una nueva vida, una nueva existencia pasada por el tamiz del comercio electrónico. Las imprentas online se benefician de los mismos aspectos que hacen que el ecommerce sea tan beneficioso para las compañías de otros sectores. Así, crea oportunidades de larga cola, haciendo que productos que no serían solventes y rentables para las imprentas tradicionales empiecen a serlo; elimina las barreras del barrio o la ciudad como nicho de mercado, haciendo que cualquiera pueda comprar estos servicios; y hace que el foco de la impresión no esté solo en aquellos que antes dominaban el mercado.

La red y el comercio electrónico han conseguido que las imprentas ya no necesiten las grandes tiradas de las revistas, los libros de la editorial local o los panfletos de la empresa vecina para sobrevivir. Ahora cualquier puede ser su cliente. Cualquiera puede imprimir lo que necesita y convertirse en el difusor y el creador de esa palabra escrita. Las imprentas online se han convertido en la llave para encontrar prácticamente cualquier cosa que se imagine el consumidor. No hay más que ver el catálogo de una de algunas para comprenderlo: Soloimprenta.es como ejemplo, se puede ver que es posible hacer desde revistas o catálogos hasta flyers, marcapáginas o postales.

No se trata además solo de que imprimir sea más fácil que nunca, sino que además las revoluciones tecnológicas han permitido hacer cada vez más y más cosas y posibilitar acciones que antes eran casi imposibles o muy poco eficientes en términos económicos. Los cambios tecnológicos han hecho que se pueda imprimir mucho más rápido, que se haga con menos despilfarro de materiales o que sea posible imprimir cantidades mucho más pequeñas y más adaptadas a las necesidades de los consumidores. El boom de la autoedición de los últimos años, por ejemplo, no ha sido únicamente en formato ebook: ahora cualquiera puede lanzar su propio libro y puede hacerlo también en el venerado por el mundo literario papel.

Los valores son los mismos

Y las imprentas online están intentando hacerlo además sin renunciar a los valores que lograron acuñar las imprentas tradicionales del pasado. Ellos también quieren estar cerca, a pesar de su condición online, y convertirse en un elemento que ayuda y da confianza a la hora de crear esos productos en papel. Muchas de ellas tienen, de hecho, servicios de diseño que ayudan a los consumidores a configurar sus productos finales.

El papel ha sido siempre algo sólido, algo permanente, algo que se queda y se comparte: las imprentas online están haciendo que algo tan rápido y que parece tan efímero como la red sirva para encontrar una vía para mantener esas realidades.

La imprenta por tanto no está muerta ni tampoco lo estará en el futuro próximo. Como apuntaban en un análisis en Forbes hace ahora un año, la industria de la impresión ha visto como en los últimos años crecía entre el 3 y el 5%, tras años de decrecimiento, lo que demuestra que está reencontrando su camino. Según datos de Barclays, la industria de la impresión mueve en todo el mundo 640.000 millones de libras esterlinas (856.000 millones de euros) y, según datos de la Comisión Europa, reporta 88.000 millones de euros a la economía de la UE cada año. Internet, aunque pueda parecer paradójico, es, gracias a la revolución que ha propiciado el ecommerce, una parte de ese reparto.
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