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Érase una vez un Director de Marketing de un reino de material deportivo, llamado Didasland. Como cada año cuando las nieves se acercaban empezaba a pensar en sus cosechas del año que viene, y con prestancia y compromiso, pidió a su equipo, los duendes del producto que le preparan el Plan de Marketing. Los duendes se pusieron a ello, y en el tiempo que una luna completa un ciclo, acudieron al reino para presentarles sus recomendaciones. Los duendes le contaron al Director de Marketing que si querían que su reino fuera el más conocido de todo el continente deberían contar entre sus caballeros con el magnífico jugador Sr. Richard Sice, jugador de uno de los equipos más importantes del reino, y que durante el último año de fustas había realizado la hazaña de marcar más de 40 goles. Joven caballero prometedor y con el cual el reino vería reforzado su presencia y aprecio entre sus paisanos.
El Director de Marketing, convencido por los duendes decidió que la estrategia que le habían sugerido era adecuada a la par que interesante. Y por ello raudo y veloz se apresuró a llamar a Mago Dolarín que era a la vez Mago y representante de imagen de Sr Richard.
El Director de Marketing, habló con el Mago Dolarín para tratar de convencerle de la conveniencia de que Sr Richard se prestara para utilizar su imagen como símbolo del reino Didasland, y de esta manera tanto Sr Richard como el reino tendrían mutuos beneficios. Hablaron y hablaron y en casi todo de acuerdo estaban. La relación entre el Director y Dolarín fue mejorando y casi amigos acabaron. Hasta el momento en que Dolarín aprovechando un ocasional encuentro en una fiesta, le dejó caer al Director de Marketing que esa relación, 100.000 monedas de oro le contaría al reino Didasland.
El Director de Marketing, preocupado se fue de la fiesta, las arcas del reino bastante vacías se encontraban y además bastante caro le parecía la propuesta, pues si bien Sr. Richard buena imagen era para Didasland, mucho parecía para figura tan joven y aprendiz.
El Director de Marketing a los duendes llamó y su encuentro les contó, preocupado estaba, pues mucho se temía en estas condiciones difíciles el acuerdo tenía.
Los duendes quisieron tranquilizar al Director, y le dijeron que a las Hadas ESIC llamaran, estas con sus pociones de MEVF, un valor real al caballero darían y de esta manera el Director tranquilo se quedaría.
Así lo hizo el director y a las hadas hizo llamar, pues con ellas confianza tenía y buen consejo le darían.
Presto las hadas acudieron y en menos que canta el gallo, el problema comprendieron. Manos a la obra se pusieron y pronto hubieron de comenzar a preparar su fórmula, hierbas, raíces, insectos, y resina de árbol mezclaron, y su poción elaboraron.
Poco tiempo después las hadas de nuevo al Director de Marketing vieron, y buenas noticias le trajeron. Majestad, así trataban al Director de Marketing, una vez nuestra poción hemos cocinado, el valor real hemos hallado. Para Sr. Richard 100.000 monedas de oro alto precio pensamos, pues la poción no revela que no más de 80.000 monedas son las que merece la pena pagar.
El Director de Marketing con Dolarín volvió a hablar y el consejo de las hadas le contó. Dolarín muy apenado quedó, pero viendo que poco podía hacer por convencer al director de lo contrario, al cabo de unos días el trato cerró, pues bien pensó que con las hadas no se juega y si alguna moneda quería ganar poco ese precio debería cobrar.
Sr. Richard su imagen al reino dio, y camisetas, estandartes, y banderolas, el reino inundaron, y todos los aldeanos felices y contentos estaban de que Sr. Richard su reino representara.
Moraleja; si estás cansado de cuentos, cuenta con MEVF (modelo ESIC de valoración de futbolistas), y ven al HEM (10 de Abril), donde las hadas te desvelaremos las claves de la negociación entre jugadores y marcas.
