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Por Redacción - 15 Septiembre 2016
Uno de los formatos que más éxito tiene en internet son los vídeos. A los consumidores les encantan estos contenidos y dedican cada vez más y más tiempo a consumirlos. Los vídeos se han convertido, por tanto, en unos de los que tienen mayores crecimientos en audiencias en la red y en unos de los que empiezan a ser casi ubicuos. Todo el mundo se está sumando a la batalla del vídeo y, más allá de los portales especializados, como YouTube, cada vez son más los jugadores que intentan hacerse con un trozo de la tarta. Los medios de comunicación online ya incluyen vídeos prácticamente por defecto y nuevos jugadores intentan robarle el cetro del rey del vídeo al tradicional ganador de esa partida, YouTube, como es el caso de Facebook.
Este éxito de los vídeos y este hecho de que cada vez sean más los internautas que accedan a esos contenidos y que cada vez exista también mucha más oferta de vídeos tiene un impacto directo sobre la estrategia de las marcas en internet. Las marcas están usando los vídeos de forma recurrente y casi masiva. Se podría decir que por prácticamente cada vídeo publicado en internet hay un anuncio esperando entrar asociado al mismo.
Las marcas están produciendo sus propios vídeos e intentando lanzar sus propios contenidos en este mercado emergente, pero, sobre todo, están luchando para usar los vídeos de los demás como plataforma para posicionar sus anuncios. Las marcas están apostando, por tanto, mucho (y un mucho al alza) en lo que a vídeos respecta. De hecho, las últimas cifras señalan que la publicidad en internet va a crecer mucho en los nuevos soportes y el vídeo es uno de los formatos que tradicionalmente protagoniza ese crecimiento.
Pero, al tiempo que el vídeo coge carrerilla y a medida que las marcas apuestan más y más por el mismo, se están produciendo otras cuestiones. Puede que las marcas amen los vídeos de los otros como herramienta para posicionar sus mensajes, pero los consumidores que los reciben no lo tienen tan claro. Incluso, se podría decir que ellos odian encarecidamente la publicidad en vídeo.
Un reciente estudio de Brightcove da cifras de impacto sobre cuán cansados están los internautas de los anuncios asociados a vídeos. Según sus datos, el 92% de los internautas europeos quieren que se mejore la experiencia actual de anuncios en vídeos online, ya que consideran que no son lo que quieren. En definitiva, los europeos están hartos de la publicidad asociada a los vídeos y no la reciben con los brazos abiertos.
Las causas de este desencuentro se pueden resumir en tres realidades: los anuncios son irrelevantes, tienen un volumen molesto y son entregados de mala manera. Los problemas de estos anuncios tienen un impacto directo sobre cómo se ven las cosas. Un 67% de los encuestados reconoce que ha dejado de ver un contenido por culpa de uno de estos anuncios, un 74% que tuvo una mala experiencia con el contenido de un anuncio de vídeo online y un 73% que tuvo una mala experiencia con la entrega de ese contenido, como por ejemplo que no se cargase.
Pero mucho más terrible y mucho más impresionante es la cantidad de consumidores que reconoce que nunca ha visto un anuncio de vídeo online que realmente le interese: un 36% de los encuestados nunca se cruzó con un anuncio de vídeo relevante.
Curiosamente, las quejas de los consumidores están bastante en línea con las quejas que el propio sector tiene. Los marketeros y los trabajadores de agencias señalan retos muy en línea con esto cuando se les pregunta qué les preocupa de la experiencia de ver vídeos online. Un 29% cree que el problema principal al que se enfrentan es que la ventana de atención es menor en dispositivos móviles y un 28% que lo es la visibilidad del anuncio. Pero a esas cifras se suma quienes creen que el principal problema es que están dañando la experiencia de uso de los consumidores (lo cree un 21%).
Qué hacer para mejorar
Por todo ello, a la industria no le queda más remedio que mejorar lo que están haciendo y trabajar para hacer que la experiencia de ver anuncios de vídeo online sea mucho más atractiva. Los consumidores creen que serían más tolerantes si estos anuncios fuesen interactivos (un 58%) o si fuesen más breves (un 57%). Un 41% de los encuestados cree que sería deseable que se pudiese hacer fast-forward en el anuncio.
