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¿Cuán dispuestos estarán los consumidores a renunciar a la privacidad en el futuro?

Por Redacción - 22 Diciembre 2014

Uno de los cambios posiblemente más impactantes de los últimos 100 años es cómo los consumidores valoran su privacidad: es decir, cuáles son los datos que están dispuestos a compartir con todo el mundo y el lugar en el que ponen la frontera entre lo que es privado y lo que es público. Hace 100 años, es casi seguro que a nadie se le ocurriría ir cambiando en un perfil que puede ver todo el mundo, como es el caso de Facebook, el estado de su vida amorosa. Hoy en día esa es una de las cosas más habituales que la gente comenta y comparte.

El cambio en lo que se considera privado y lo que no ha sido brutal y, aunque para muchos el presente se parece demasiado a las novelas distópicas que aparecieron en los años 30 y 40 y que alertaban de un futuro a lo Gran Hermano, lo cierto es que no parece que tenga mucha pinta de cambiar. Internet ha cambiado tanto lo que estamos dispuestos a compartir como lo que sucedería a los individuos si no compartiesen en semejante grado.

Como explica un experto en el último análisis del Pew Research Center, el lanzarlo todo a lo público se ha convertido en el modo por defecto para los internautas. "Para poder existir online, tienes que publicar cosas que se comparten y eso tiene que hacerse en los espacios abiertos, públicos", apunta Stowe Boyd, líder de investigación en GigaOm Research en el estudio. Si se quiere tener amigos en internet, formar parte de la comunidad, acceder a nuevos conocimientos y hasta formar parte de la economía online, destaca, hay que compartir en internet información propia y despojarse de la privacidad.

El Pew Research Center ha preguntado a diferentes expertos sobre la situación de los datos personales y sobre cómo los consumidores ven las cuestiones de privacidad en internet. El punto culminante estaba en crear una visión de cómo será el mundo en 2025, al menos en cuestiones de privacidad de datos en internet.

Un valor económico: el dato vale

La cuestión de los datos, como bien señala el informe, no es solo, además, un tema que preocupe a los consumidores. Es igualmente una cuestión de valor económico. En la nueva economía, la información personal es lo que era el carbón en el medio del siglo XIX en plena Revolución Industrial. Los datos son la materia prima de la nueva economía del conocimiento y su valor es cada vez mayor y menos discutible.

Los datos se han convertido en la base del éxito de las empresas de tecnología que están consiguiendo mejores resultados económicos. Pero pensar que solo las firmas tech se están aprovechando del dato o se centrarán en ellos para conseguir valor sería demasiado reduccionista y hasta naif. Al fin y al cabo, el mundo empresarial está entrando de lleno en la revolución del big data. Y el big data no es más que el uso de la información, el análisis del dato, para determinar cuáles son las mejores decisiones de negocio. "El big data es igual a gran negocio", señala otra de las fuentes de la industria a las que ha echado mano el Pew Research Center.

Las empresas de sectores de lo más variado están ya usándolos y las firmas de un mercado más tradicional, como los medios, las finanzas, el retail, las aseguradoras o la salud los están empleando cada vez más. Este crecimiento del peso que el dato tiene en los negocios, aseguran los expertos, supondrá un freno a cualquier ley que intente aumentar la privacidad online.

Los consumidores ante la privacidad

Porque a medida que pasa el tiempo y a medida que se acerca ese punto que se han fijado para establecer el retrato robot de cómo será internet, los consumidores se irán despojando de más capas de protección sobre lo que quieren y no quieren contar. Todo será más transparente. Y las leyes no se centrarán en crear estructuras que controlen lo que se puede o no saber sobre ellos.

Entre las preguntas que les hicieron a los expertos, una se centraba de forma concreta sobre el hecho de que pueda o no existir una herramienta que ayude a mantener la privacidad. ¿Creen que las administraciones públicas crearán algún tipo de infraestructura que permita mantener la privacidad de los consumidores? Solo un 45% apuesta por un sí y consideran que para 2025 se tendrá algún tipo de infraestructura de protección de la privacidad. El 55% está seguro de que eso no va a pasar y de que no se creará una situación de consenso y protección de la privacidad.

Hay que tener en cuenta, eso sí, que los expertos son sobre todo del mundo estadounidense. En Europa, las cuestiones de privacidad se analizan de otra manera y la Unión Europea se ha mostrado mucho más reacia a permitir una especie de libre mercado sobre los datos personales, como demuestran las normas de derecho al olvido o de control de cookies.

Las realidades que marcarán la privacidad de aquí al futuro

Pero aunque los expertos no están al 100% de acuerdo sobre cómo será la respuesta de las autoridades con respecto a la protección o no de los derechos a la privacidad de los consumidores (o si simplemente la privacidad es un derecho de una forma mucho más cercana a lo que era en el pasado), lo cierto es que sí se pueden establecer unas ciertas líneas generales sobre la privacidad en el futuro inmediato de las opiniones recopiladas, una suerte de hoja de ruta sobre las realidades que marcarán la privacidad de los consumidores de aquí al mañana.

La primera es que la privacidad y también la seguridad (los consumidores están preocupados por lo que pasa con esa información) se han convertido en cuestiones y preocupaciones básicas en el mundo digital. Las empresas tendrán, por tanto, que estar a la altura y entender esta nueva situación.

La posición de los consumidores también cambia, como demuestran los siguientes puntos. Por una parte, los ciudadanos estarán más vigilados que nunca: es decir, será más fácil de lo que jamás ha sido saber qué hacen y dónde están. Tener una masa de datos sobre ellos será increíblemente sencillo. Y, por otra parte, los ciudadanos estarán más dispuestos que nunca a compartir esa información. Solo necesitan un pequeño empujón para compartir con el mundo (y con las empresas) esos datos.

Y, al hilo de todos estos cambios, las normas de sociedad están evolucionando y lo que hoy es considerado privado no tendrá que serlo en el futuro próximo. La idea de privacidad va a cambiar en los próximos años. Durante los próximos años, empresas, autoridades y consumidores se entregarán a una constante renegociación de los que están dispuestos a coger, permitir y renunciar.

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