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¿Cuáles son los ingredientes perfectos para conseguir una buena estrategia de social media? En mi opinión, existen diversos ingredientes a tener en cuenta. En primer lugar, el ingrediente principal del social media es el público. Sin público no podemos hacer nada en la web social. Y no es que falte, pero la clave está en conocer quién es tu verdadero público objetivo.
Con el target claro y definido (edad, género, gustos, etc.) ya podemos empezar a echar el resto de ingredientes sobre el plato. Por ejemplo, ahora tenemos que definir dónde vamos a desarrollar nuestra estrategia. ¿Nuestro público está en redes sociales generalistas o se desplaza por comunidades virtuales más especializadas? Las redes sociales y comunidades virtuales verticales pueden sernos muy útiles.
Una vez definido quién y dónde, toca el turno para el cómo y el cuándo o lo que es lo mismo, la planificación de una estrategia. En el social media, como sucede en cualquier campaña de comunicación, es necesario establecer una estrategia clara que se ajuste a nuestros objetivos. Planificación en todo momento. La aleatoriedad no funciona en este territorio.
La constancia es otro ingrediente clave en este plato de gusto. Mantenernos al día con todos los mensajes que enviemos (siempre sin llegar al spam), comprender cómo evoluciona nuestro público, que nunca será fijo e inalterable, y alterar nuestro mensaje en función de los cambios que se produzcan en el público. Debemos observar siempre la situación para conseguirlo.
Cuando trabajamos en las redes sociales actuamos como promotores de marcas, servicios o de productos. Avanzamos nuestras novedades, las damos a conocer al público, pero... ¿actuamos también como usuarios? A veces se nos olvida que en el juego 2.0, nosotros también somos usuarios: debemos responder, contestar, opinar y argumentar con solidez cada vez que entramos en una red social.
Por último, pero no menos importante, está la humildad. Debemos saber hasta dónde podemos llegar con nuestras estrategias de social media. Ser humildes y aceptar los errores cuando sea necesario, conversar con nuestros consumidores y reconocer cuando hemos metido la pata, aporta confianza al usuario y credibilidad a nuestro producto.
No somos máquinas y podemos fallar, pero partiendo de estos consejos básicos creo que conseguiremos generar un ambiente de confianza en torno a nuestra presencia en las redes sociales. Recuerda que moverte en el terreno 2.0 requiere cambiar el chip propio del negocio 1.0. Una vez aceptada esta premisa, el resto va llegando solo durante nuestro proceso de conversión. ¡Suerte!
