Artículo Comercio electrónico

Los consumidores visitan cada vez más páginas de productos antes de realizar sus compras online

En este mundo cada vez más conectado no se está traduciendo en un mayor ratio de compras online

Por Redacción - 24 Agosto 2015

Cada vez navegamos mucho más por internet porque cada vez estamos más conectados. La realidad de los consumidores es cada vez más online. De los ordenadores que daban acceso a internet de hace unos cuantos años, se ha pasado a una realidad hoy en día en la que prácticamente todo está conectado a la red y en la que además se lleva la red siempre con uno mismo.

Los smartphones permiten conectarse en movilidad y estar por ello siempre conectados, lo que hace que los consumidores se pasen el tiempo mirando todo lo que puedan necesitar online y lo que ha creado nuevos parámetros de comunicación. Y cuando no se está conectado a la red empleando el smartphone de turno, siempre queda el echar mano a la tableta, que se ha convertido en la nueva aliada del ocio y en la nueva competidora de los habituales dispositivos de entretenimiento. Pero smartphones o tabletas no están solos en un mundo que está cada vez más conectado. En realidad, ahora - y por culpa del boom del internet de las cosas - pocas son las cosas que están conectadas a la red o que tienen el potencial de estarlo en el futuro próximo e inmediato.

Pero ¿ha supuesto esta avalancha de tabletas, móviles inteligentes, wearables que permiten hacer ejercicio conectados a la red o televisiones que está siempre online una avalancha también de conversiones? Es decir, ¿es internet una fuente de ingresos mayor para las marcas ahora que todo está siempre conectado? Lo cierto es que, como demuestran los estudios, este mundo cada vez más conectado no se está traduciendo en un mayor ratio de compras online.

Según un estudio de Monetate, en el primer trimestre de 2015 (el último analizado), los ratios de conversión online cayeron, ya que aunque los consumidores navegan mucho más por la red que en el pasado también están gastando menos en cada compra que realizan online. Es decir, los consumidores sí están recibiendo mucha más información sobre y de las marcas, pero no la están empleando para consumir más y gastar más en esos productos. El estudio se ha realizado a nivel global (han analizado para ello 7.000 millones de transacciones de ecommerce en todo el mundo) lo que hace que sus datos permitan obtener una foto fija bastante interesante sobre lo que ocurre en el ecommerce a un que va más allá de sus mercados líderes.

¿Qué cifras son las que demuestran esta realidad? Según los datos de Monetate, la conversión global de internet estaba en el 2,32% en el primer trimestre del año. En el mismo período del año precedente estaba en el 2,54%.

Pero además no solo han caído los indicadores que marcas las compras finales y por tanto la conversión de la navegación online en ventas realizadas, sino que además han caído también otros indicadores, por así decirlo, intermedios. Los ratios de añadir al carrito también han caído. El ratio de añadir al carrito los productos que se ven se situó en el 7,39% durante el primer trimestre de 2015. En el mismo trimestre de 2014, estaba en el 8,31%.

Los nuevos hábitos de compra en ecommerce

Las cifras no deberían simplemente interpretarse desde la vertiente negativa de que nos cuesta más cerrar realmente la compra sino que puede verse como un síntoma de que las intenciones o los hábitos de compra online están cambiando. Los consumidores están modificando ligeramente cómo realizan sus compras en internet.

Siempre según los datos de Monetate, los consumidores están ahora siendo mucho más intensos, por así decirlo, a la hora de realizar el estudio previo a la compra. Los compradores visitan cada vez más páginas de producto antes de realizar cualquier compra final, según el estudio. En el primer trimestre de 2014, la media era de 2,09. Un año después, la cifra subía a las 2,28.

Los consumidores ya no solo comparan precios de una y otra fuente de información sino que además ahora investigan y comparan las opciones de envío o las políticas de devoluciones para quedarse con la compañía que más le interesa. Y esto tiene un efecto directo sobre la conversión ya que cuanto más se investiga antes de comprar un producto se acumulan más páginas vistas sin cerrar la compra de ningún producto.

Los números también demuestran que ha cambiado el cómo y el a través de que vía se compra más. El acceder directamente al site de una marca es uno de los métodos que ofrece una mejor conversión. El visitar directamente el site en el que se vende un producto tiene un ratio de conversión del 2,46% (aunque era un 2,81% en 2014). Este método adelanta tanto a aquellos que llegan a un producto tras hacer clic en un link que recibieron por email (2,18%, aunque 2,29% en 2014) y los que llegan al mismo gracias a una búsqueda (2,04%, 2,10% en 2014).

El único terreno en el que el paso de un año ha demostrado ser beneficioso ha sido en las compras con un origen social. Las redes sociales tienen un efecto cada vez mayor a la hora de empujar a la compra. Si en 2014 su ratio de conversión era del 0,99%, en 2015 estaba ya en el 1,17%.

Cuánto gastamos en compras online

El estudio no solo ha comparado cuánto nos lleva comprar o cómo llegamos a los productos que compramos sino que también ha estudiado las cifras medias de gasto que dedicamos al ecommerce. Según sus conclusiones, gastábamos más en 2014. En un año, se ha producido una caída del 2% en las cantidades medias que dedicamos a la compra online. Ahora, el gasto medio es de 78,54 libras estelinas.

Quizás, la culpa de la caída esté en las cifras de gasto de los nuevos soportes. Aunque el gasto medio que se realiza desde ordenador es más o menos el mismo, desde un smartphone los consumidores compran por un valor un 15% inferior y desde tablets por un 7% menos.

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