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La empresa emocional, acercándonos a la experiencia del consumidor

Nacida y criada en Madrid, cursando sus estudios de Ciencias...

La forma de comunicarnos ha cambiado, hemos descubierto que, unidos tenemos acceso a más información y por lo tanto, somos más capaces de elegir. Pensamos diferente, somos consumidores con una escala de valores y necesidades distintas y simultáneamente, productores de todo aquello que observamos como una necesidad sin resolver.

Si existe algo importante en el momento actual para lograr saltar definitivamente hacia la “empresa social”, es realizar un cambio de modelo de pensamiento desde el interior de la empresa.

La necesidad de generar emociones requiere desarrollar nuevos instrumentos que permitan la gestión de la imaginación. Al igual en el marketing, la gestión de la imaginación requiere la optimización de las relaciones que conforman la oferta y demanda. El marketing se centra en el mercado y la gestión de la imaginación en los mensajes que provocan impacto. El marketing apunta a los elementos en común de su target y la gestión de la imaginación a las diferencias entre ellos.

El gran desafío lo encontramos en la ausencia de una fórmula tipo para la gestión eficaz de la imaginación. Ello es así porque estamos construyendo nuestra personalidad y por lo tanto, debe ser única.

Aplicar la gestión de la imaginación en fusión con las estrategias de marketing fomenta un orden social basado en la “experiencia” El cambio estructural que supone la integración de las emociones en las estrategias de las empresas, sigue siendo el principal desafío para lograr consolidar empresas emocionales.

Otro tema no menor derivado de la puesta en escena de un modelo empresarial centrado en emociones y sensaciones, radica en analizar los efectos derivados de un nuevo orden en el que la segmentación deja de ser realizada por niveles económicos y pasa a ser por intereses, necesidades y valores.

Lo que deriva en la necesidad de modificar estructuralmente el modelo de pensamiento, los organigramas y la evaluación de los resultados obtenidos, dentro del conjunto del nuevo orden económico.

Las empresas emocionales, sociales… la nueva empresa, tiene ante sí – además- el enorme desafío de incitar de forma permanente a sus clientes a transformarse en productores y trabajar en equipo, lo que fomenta la aparición constante de nuevas experiencias y nuevas necesidades.

Resulta obvio decir que para logarlo, entregar toda la información que necesiten tanto los clientes internos como los externos, los proveedores, aliados, socios, en general, cualquier figura relacionada directa o indirectamente con el proyecto, es indispensable si se busca no solo generar el impacto de entregar una “experiencia única” sino además, mantener esa “emoción” vigente en el largo plazo.

Las necesidades de los individuos aterrizados tras la debacle económica global, unido a la innovación tecnológica, han permitido el surgimiento de una nueva civilización, nuevos intereses que conforman nuevas escalas de valores y por lo tanto, nuevas normas de comportamiento y formas de vivir.

Todo ello gira en torno a las emociones derivadas del establecimiento de vínculos humanos, centrados en la credibilidad y la confianza, las empresas que busquen ser emocionales, deben asumir el cambio como real. ¡Es lo que les permitirá acercarse a la experiencia el consumidor!

Nacida y criada en Madrid, cursando sus estudios de Ciencias...
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