Los dispositivos "weareables" representan la próxima fase de la revolución móvil

Los dispositivos "weareables" están en pleno auge. En los próximos años, estos accesorios conectados que llevamos puestos formarán parte de nuestra indumentaria diaria.

Bien sea en forma de relojes, pulseras, gafas o cualquier otro tipo de complemento, el aumento de estos dispositivos conectados será de más del 700% (704,5%) en los próximos 4 años. Cisco Systems indicaba en Febrero que pasarán de ser 22 millones en 2013 a 177 en 2018. Lo que implica un aumento del tráfico de datos móviles de 2 petabytes mensuales a 61 en apenas 5 años.

Según Forrester, los weareables representan la próxima fase de la revolución móvil. Un dispositivo ágil, sencillo y efectivo que permite estar conectados en cualquier momento.

Estos dispositivos permiten, desde mostrar la ubicación y constantes vitales en todo momento, registrar la actividad física diaria, o la ruta hacia el trabajo y lugares de destino habituales, hasta los hábitos de consumo y comportamiento de navegación online que ya registran los smartphones y tabletas.

Con la implantación de los weareables, bien sean por razones de salud, productividad o entretenimiento, estamos a las puertas de una nueva inundación de dispositivos conectados, que permiten un contacto todavía más directo y personal que los smartphones y tabletas. Sin duda una oportunidad única para las marcas, que no dudarán en utilizarlos como plataforma publicitaria.

Estos dispositivos ofrece asimismo información más personalizada sobre sus usuarios. Que puede ir desde su ubicación constante, hasta sus preferencias y comportamiento en materia de vida saludable, hasta el conocimiento de sus actividades y rutinas diarias específicas. Información de alto valor para ofrecer un mensaje personalizado, específicamente orientado a los intereses de cada usuario, en el momento más apropiado.

¿Cuál es la postura de los usuarios ante esta nueva generación conectada?

La encuesta de Harris Interactive muestra 2 barreras principales a la plena adopción de estos dispositivos. De una parte, está su coste económico. Se trata de última tecnología, y eso tiene un coste, que los usuarios no están dispuestos a asumir.

En la actualidad, apenas un 3% de los usuarios de internet en Estados Unidos dispone de algún weareable. Un tercio de los encuestados por Harris Interactive mostró sus dudas acerca de la idoneidad de adquirir estos dispositivos; mientras que otro 19% afirma que nunca se plantearía la posibilidad de comprarlos.

De otra parte, la preocupación por la privacidad supone un obstáculo importante, en principio difícil de salvar. La prioridad de las empresas en los próximos años es el de apostar por la plena transparencia y el control total por parte de los usuarios de su intimidad. Se trata de un tema delicado en el que todavía quedan muchos puntos por aclarar.