Continua Leyendo...
El uso de la tecnología digital para lograr significativas mejoras en las empresas, experiencias de cliente más satisfactorias, nuevos modelos de negocio y otras avances que pueden ahorrar a las empresas hasta un 20% de su volumen de negocio anual, hace un tiempo que dejó de ser una simple moda. ¿Puede permitirse una compañía, pequeña o grande,continuar al margen de esta revolución? La transformación ya no es cuestión de esnobismo, es que 1 de cada 4 ejecutivos de más de 100 países considera que ha pasado a ser un asunto de supervivencia.
Según un reciente estudio de MIT Sloan Management Review y Capgemini Consulting, una cuarta parte de los ejecutivos de todo el mundo opina que ha llegado la hora de implementar la transformación digital en sus empresas y que ésta debe completarse, según un 51%, antes de los próximos dos años. Sin embargo, parece que el ritmo de los cambios no es todo lo rápido que debería. El 87% de las empresas españolas, por ejemplo, aún no está lista para enfrentarse al enorme cambio que supone liberar todos los datos de los documentos físicos y aprovechar los beneficios del Big Data y sólo un 3% ha completado la transformación digital a día de hoy (Ricoh Europa).
Aún así, hay un 63% de los encuestados por MIT Sloan que considera que la transformación digital de su empresa se está llevando a cabo a buen ritmo. Y es curioso que, cuánto más alto es el puesto del ejecutivo en el organigrama, mejor impresión tiene de la evolución que está teniendo en su compañía. Cuanto más bajamos en el escalafón, el ritmo de los cambios se percibe más lento.
El muro más grande con el que tienen que luchar las empresas para acometer los cambios, según señala el 39% de los encuestados, es la falta de lo que en la jerga inglesa de los negocios se conoce como "burning platform": no hay sensación de urgencia ni de que el cambio sea una cuestión de vida o muerte para la compañía. Los propios responsables de impulsar el cambio así lo reconocen. Demos la vuelta, si no, a la estadística del principio: 3 de cada 4 ejecutivos de todo el mundo no cree que la transformación digital sea una cuestión de supervivencia, ignorando quizáque el cambio ya se está produciendo a pasos agigantados en una sociedad de la que el empresariado no puede ser ajeno.
Como otros motivos que frenan la transformación, se señalan la falta de financiación (33%) y las limitaciones de los sistemas de Tecnología de la Información (30%). La falta de liderazgo o de cultura empresarial, en cambio, no figuran como grandes obstáculos para el progreso digital, no más de un 20% lo han señalado como problema.
Sin embargo, sí existe una carencia en las empresas que es reveladora: una hoja de ruta clara de por dónde han de dirigirse los pasos hacia el cambio digital. Sólo un 36% de los ejecutivos comparte la misma visión que los líderes de la organización. Estos tienen clara la importancia de la transformación digital pero todavía no han trazado el camino a seguir, y como dice Alberto Díaz, socio de Digital Migration Partners, la transformación digital no es un objetivo, ha de ser una estrategia. La adopción del social media, del big data y del resto de cambios que trae consigo la era digital deben impregnar e integrarse en todo el proceso productivo de la empresa para que la transformación resulte un éxito y redunde en beneficio del negocio y por ende, de la sociedad.
