Por Redacción - 27 Diciembre 2022
Puede parecer hasta un poco paradójico: la próxima gran revolución tecnológica intenta usar las paradas de autobús para posicionarse en el mercado. Meta, la empresa dueña de Facebook que tanto ha apostado por el metaverso que se ha cambiado el nombre corporativo, está posicionando publicidad en exteriores en Europa para convencer a los consumidores del potencial de esta herramienta y de que, como se lee en las campañas, “aunque el metaverso sea virtual, el impacto será real”.
Como publica eldiario.es, las acciones publicitarias de Meta en Europa en este tipo de soportes publicitarios se han intensificado desde el pasado septiembre. También han intentado posicionarse en espacios de alta visibilidad, como las vallas publicitarias de Picadilly Circus, en Londres. Lo hacen porque, como le explican desde la industria al medio online, el metaverso no está logrando crecer por sí mismo, como les había pasado a las redes sociales de la compañía.
“Han tenido un error de cálculo", apunta al medio Oscar Soriano, fundador de la agencia Play The Game. "Pensaban que esto iba a ir súper rápido y consiguieron que mucha gente se subiera al tren del hype", añade, señalando que, sin embargo, "los resultados no han sido los esperados".
Es decir, necesitan anunciarse en algo tan poco glamuroso como una parada de autobús porque precisan que la gente se crea qué es el metaverso, qué va a cambiar en el futuro próximo y, sobre todo, qué beneficios les dará y que se lancen a su uso. Solo si hay gente en el metaverso triunfará esta herramienta. Todos los cambios espectaculares que traerá llegarán únicamente si realmente hay gente al otro lado usándolos. Si no, todo se quedará en más bien humo.
Y el futuro inmediato no pinta exactamente bien. Puede que 2023 vaya a ser el año del "invierno" del metaverso.
Es lo que ya pronostica GlobalData: la consultora asegura que el metaverso va a fracasar a la hora de cumplir con las exceptivas y todo el hype que se ha creado para él para ese 2023. No va a haber una adopción masiva durante el año que se avecina, porque la poca madurez tanto de la realidad virtual como de la inteligencia artificial hacen que el metaverso esté un poco a medio hacer, pero también porque el interés de los consumidores por la herramienta va a decaer.
Y, además, el metaverso también tiene un problema que podríamos llamar de identidad. "La ausencia de una visión única sobre qué significa el metaverso supone que el futuro es maleable e incierto", añade William Tyson, analista asociado en GlobalData. Por eso, y aunque Tyson recuerda que su potencial "extraordinario" a largo plazo es "ampliamente reconocido" -por eso, recuerda, "Big Tech sigue invirtiendo miles de millones en su creación"- el año que viene será más bien gris para esta herramienta.
Eso sí, esto no debe verse como una confirmación de que el metaverso se ha quedado en simplemente fiasco, sino más bien hay que asumir que su potencial no es inmediato. El metaverso podría triunfar, pero lo hará dentro de más tiempo del que posiblemente a algunas grandes compañías les gustaría.
"La tecnología experimentará un período frío, pero esto ofrece una oportunidad para que las tecnologías subyacentes se desarrollen", añade el experto. Es decir, será un momento para seguir trabajando entre bambalinas en su potencial y su estructura. Durante el período, GlobalData cree que la inversión en China adelantará a la que se está haciendo en Occidente en el metaverso.
