Noticia Economia

Mientras Temu y Shein aumentan precios en EE.UU, los consumidores vuelven su mirada hacia los productos de segunda mano y las marcas locales

El endurecimiento de las políticas arancelarias también ha provocado efectos económicos más amplios

Por Redacción - 28 Abril 2025

Temu y Shein, dos gigantes del comercio electrónico que habían conquistado a millones de consumidores en Estados Unidos gracias a su estrategia de precios bajos, comenzaron a aplicar aumentos en sus tarifas debido al alza en los costos de importación. Esta medida podría representar un punto de inflexión en los hábitos de compra de los estadounidenses, quienes hasta ahora se habían volcado masivamente a estas plataformas.

Hasta principios de 2025, cerca del 44% de los adultos en Estados Unidos había realizado compras en Temu, mientras que el 31% lo había hecho en Shein, según datos de Morning Consult. El atractivo principal de ambas compañías residía en su capacidad para ofrecer productos a precios inigualables, una motivación que impulsaba al 66% de los compradores de plataformas extranjeras. Sin embargo, la conciencia de las desventajas también era evidente: un 42% de los consumidores reconocía que la calidad de los productos era inferior comparada con las alternativas disponibles a nivel nacional.

Ahora, con los precios en ascenso, muchos compradores sensibles al costo reconsideran su lealtad. Una encuesta de Omnisend, realizada a través de Cint, revela que alrededor del 30% de los consumidores planea reducir o abandonar sus compras en plataformas como Temu, Shein y AliExpress si los precios siguen subiendo. El impacto es especialmente fuerte en el sector de la moda, donde el 80% de los adultos señala que el precio es el factor decisivo al momento de elegir dónde comprar, de acuerdo con un estudio de Harris Poll para Shein.

Incluso antes de este nuevo ajuste de precios, las señales de fatiga eran visibles. Entre abril de 2024 y febrero de 2025, el número de consumidores que realizaba compras semanales en Shein se redujo en un 8%, mientras que Temu experimentó una caída del 19% en la frecuencia de compradores tanto semanales como mensuales.

Frente a este cambio, las marcas estadounidenses empiezan a posicionarse como las grandes beneficiadas. La intención de los consumidores de redirigir su gasto hacia empresas locales no solo responde al encarecimiento de los productos importados, sino también a la búsqueda de mejor calidad y servicios más confiables. Amazon, que goza de una sólida confianza entre el público, ya está reforzando su presencia con canales de ofertas económicas. Al mismo tiempo, gigantes como Walmart y Target, así como las cadenas de descuentos y marcas de moda rápida locales, se preparan para captar a un público que hasta ahora parecía incondicional de las plataformas extranjeras.

El endurecimiento de las políticas arancelarias también ha provocado efectos económicos más amplios

La imposición de aranceles, como los propuestos por la administración Trump, tiende a incrementar los costos para los importadores, quienes inevitablemente trasladan parte o la totalidad de ese aumento a los consumidores finales. Como resultado, se observa un repunte inflacionario a corto y medio plazo, así como una reestructuración de las cadenas de suministro globales, ya que las empresas buscan maneras de eludir las tarifas. Estos cambios también afectan las decisiones del consumidor, quien responde ante el alza de precios y la reducción en la variedad de productos disponibles.

En este contexto, China evalúa estrategias para contrarrestar los efectos negativos de la guerra comercial. Según Bloomberg, el Gobierno chino estaría considerando levantar parte de los aranceles, particularmente sobre importaciones clave como equipos médicos, productos químicos industriales y el arrendamiento de aeronaves. De esta forma, Pekín busca mitigar el impacto económico en sectores estratégicos.

La moda rápida, símbolo de inmediatez y bajo costo, también enfrenta un dilema

La imposición de aranceles y la subida de precios cuestionan el modelo de crecimiento basado en volumen y velocidad. Paradójicamente, la coyuntura impulsa a los consumidores hacia opciones ya disponibles en sus propios mercados, alejándolos de la tentación de compras impulsivas y poco duraderas. La ropa de segunda mano, que ya venía en ascenso, ahora se presenta no solo como una alternativa ecológica, sino también económica. Más que una moda pasajera, la reventa de ropa se consolida como un modelo de negocio integrado en las estrategias de las marcas, a través de plataformas propias, cápsulas vintage, programas de intercambio y colaboraciones directas con plataformas de segunda mano.

Curiosamente, los aranceles impulsados por la política de Trump no solo alteran los patrones de consumo tradicionales, sino que posicionan la segunda mano en el centro de la nueva economía de la moda. A medida que las marcas luchan con interrupciones en sus cadenas de suministro y los inversores lidian con mercados volátiles, el mercado de ropa usada recibe el impulso que necesitaba para convertirse en parte del consumo cotidiano.

En paralelo, algunas empresas chinas han encontrado maneras creativas, aunque controvertidas, de esquivar las barreras comerciales. Recientemente, la agencia aduanera de Corea del Sur descubrió redes de reetiquetado, donde productos chinos son enviados a Corea del Sur para ser etiquetados como mercancía surcoreana antes de ser exportados a Estados Unidos. Gracias al tratado de libre comercio entre ambos países, esta estrategia permite a los exportadores chinos evitar los elevados aranceles, aunque se trate de productos de alto valor, como cámaras de vigilancia y materiales para baterías. Este "atajo" revela la complejidad y la tensión que atraviesa actualmente el comercio internacional, en un mundo cada vez más repleto de barreras, adaptaciones y desafíos.

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