Por Redacción - 12 Enero 2015

¿Cómo será el día a día durante 2015? Posiblemente en alguna novela de ciencia ficción de hace unas cuantas décadas se podía encontrar alguna visión sobre un mundo sorprendente y tecnológicamente muy avanzado (pero con ese toque un poco entrañable de lo que ahora conocemos como retrofuturismo), en el que los coches volaban, los conocimientos se adquirían gracias a pastillas de colores y no a horas de estudio y las comidas se cocinaban solas o lo hacían gracias a inteligentes robots con capacidades dignas del mejor chef.

Pero lo cierto es que llegado el momento ese 2015 no es tan "futurista" como las predicciones de los autores del pasado, aunque sí está lleno de nuevas tecnologías. De hecho, dos de las tendencias que han pegado fuerte en los últimos años marcarán este año y servirán para trazar cómo será la vida cotidiana en 2015. Así lo defiende Google en una de sus últimas actualizaciones en su página de investigación y, por así decirlo, think tank. Y así, en realidad, podríamos concluir también si nos parásemos a ver qué está sucediente ahora mismo en Las Vegas durante el CES, la feria por excelencia de la electrónica de consumo en la que se presentan todos esos productos que harán sensación y que cambiarán el día a día de los consumidores.

El primer punto que modificará el día a día de los ciudadanos es el internet de las cosas. El texto en el site de Google prevé que durante este año se producirá la gran aceleración del internet de las cosas y que, con ello, se dará el gran salto al mismo. La adopción del internet de las cosas ha ido creciendo en los últimos años y ha subido el interés de los consumidores con respecto al mismo. Los fabricantes de productos tecnológicos y las marcas han visto por donde vienen los tiros y se han lanzado ya a una exaltación del internet de las cosas (y a un posicionamiento dentro del mismo) que no siempre necesariamente traerá algo bueno. Al fin y al cabo muchas están haciendo ruido sin más, sin ofrecer realmente nada que merezca tal nombre a cambio, y podrían acabar con la buena imagen de la tendencia.

Aunque mientras eso no ocurre y solo es una amenaza, el internet de las cosas tiene margen de maniobra y puede hacerse con posiciones destacadas. O como apuesta la previsión convertirse en un elemento básico y clave de la vida cotidiana durante 2015. La aceleración durante este año de su penetración es casi un hecho para muchos analistas. Gartner prevé de hecho que crezca un 30% la compra de estos dispositivos inteligentes frente a 2014 y durante el año no pararán de aparecer más.

Los consumidores tienen cada vez un abanico más amplio donde escoger y la variedad de productos del internet de las cosas va mucho más allá de las simples persianas que se bajan solas. En el último CES, por ejemplo, se están viendo productos tales como mecheros inteligentes que te dicen cómo y cuándo dejar de fumar o cinturones smart que te ponen a dieta cuando ganas esos kilos de más. Pero esos son solo ejemplos de las cosas llamativas que consiguen siempre titulares y fotos en los medios de comunicación, aunque no las únicas que se pueden encontrar.

De hecho, los medios que están cubriendo en directo la feria parecen tener claro que el internet de las cosas es una de las grandes tendencias de la misma, con presencia "seria". Las propuestas son muchas y muy variadas, con desde cocinas en las que todos los electrodomésticos son inteligentes hasta soluciones que hacen que los bebés se conviertan en algo controlado en todo momento gracias a la red.

El internet of me

Pero no solo el internet de las cosas marcará el 2015 y se convertirá en una piedra angular de la vida cotidiana. También pasará lo mismo con el llamado internet of me, el que se podría traducir como el internet de mi mismo. Solo hay que pensar en Siri y en los elementos similares para entender qué es y cómo funciona.

El internet of me es una tendencia creciente y alcista que consiste en convertir al smartphone en un asistente personal al 100%. El teléfono inteligente se convierte "en un mando a distancia no para la televisión sino para tu vida", nos dicen, en un terminal dedicado al completo a servir a uno mismo. Lo importante es lo que el usuario quiere, lo que busca, lo que necesita. El teléfono inteligente le avisa de que va a llegar tarde para coger ese tren que tiene a las X horas (y sí, eso lo hace ya Google en los últimos Android) o le da la receta para hacer un bizcocho como el de su madre (solo hay que preguntarle a Siri para conseguirlo).

artículo la revista Wired, internet se convierte en una experiencia altamente personalizada, en la que los consumidores encuentran realmente lo que ellos necesitan. No se trata de ir a lo total sino a las cosas específicas que uno busca. Es como la huella dactilar: irrepetible.

Qué hacen las marcas

Y este cambio en lo que rodea a los consumidores tiene un impacto en lo que hacen las marcas. Muchas se han adelantado ya, de hecho, y han entrado a formar parte de ese internet of me antes incluso de que se convirtiese en un elemento a dar por hecho en la vida cotidiana.

Uber y Lyft son dos de los grandes ejemplos de servicios nacidos al calor de esta corriente/necesidad y que han triunfado, pero también marcas más convencionales lo han aprovechado. Starbucks, por ejemplo, ha centrado todo lo que ofrece en su app (la misma que permite hacer un pedido desde el móvil y que está empezando a usarse en Estados Unidos) en lo que el consumidor podrá necesitar de forma personal. El servicio no es general, no se adecúa a lo que podría querer cualquier persona: busca y ofrece lo que puedes necesitar.

Pero no es el único cambio que las marcas deben tener en cuenta, como apunta el breve estudio. El hecho de que estemos siempre conectados ha hecho que todo vaya mucho más rápido y que todo sea mucho más inmediato. Los consumidores han empezado a pedir eso también a las marcas. Quieren que las cosas pasen aquí y ahora y no esperan menos de las compañías con las que se relacionan.

Y, además, estos cambios han abierto la puerta a nuevas oportunidades, ya que las marcas tendrán que cubrir las nuevas necesidades que se irán imponiendo a medida que los consumidores empiezan a reclamar más y más productos que cumplan con lo que esperan del internet de las cosas y del emergente internet of me.

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