Reputación algorítmica: la nueva clave para que marcas y empresas gestionen su visibilidad en la era fragmentada de la inteligencia artificial
Por Redacción - 28 Octubre 2025
Actualmente, la presencia de una marca se juega en un tablero mucho más fragmentado y opaco, compuesto por una amalgama de buscadores, modelos de inteligencia artificial generativa como ChatGPT, Gemini o Copilot, y herramientas específicas que operan con lógicas propias. Esta dispersión, lejos de ofrecer más oportunidades, introduce una complejidad metodológica que dificulta la gestión coherente y eficaz de la huella digital, obligando a los profesionales a replantear la esencia de su estrategia de posicionamiento. Los algoritmos de estos nuevos asistentes no se limitan a clasificar enlaces; interpretan, resumen y recomponen la información, actuando como filtros cognitivos que deciden qué fuentes son dignas de mención directa.
El cambio paradigmático en la obtención de información se caracteriza por una migración desde el tradicional listado de diez enlaces a una única respuesta generativa o a un resumen conciso, lo que se ha denominado la era de las búsquedas sin clic o zero-click searches. Este fenómeno reduce drásticamente las oportunidades de las marcas para interactuar directamente con el usuario. Según datos recopilados en julio de 2025, el porcentaje de búsquedas en Google que terminan sin un solo clic ha alcanzado un preocupante 69%, un aumento significativo que coincide con el despliegue de los AI Overviews en los resultados del buscador.
Esta realidad significa que si la inteligencia artificial satisface la consulta en el mismo espacio de búsqueda, el usuario no siente la necesidad de visitar la web, a menos que la IA cite explícitamente la fuente o la recomiende como la opción más fiable. La visibilidad ya no se mide primordialmente por el volumen de tráfico orgánico, sino por la cuota de cita o la presencia de mención dentro de las respuestas generadas por los modelos de lenguaje. Es una batalla donde no existe una "página dos"; o se está en la respuesta directa o se corre el riesgo de ser invisible para una porción creciente de consumidores que confían cada vez más en estas herramientas para tomar decisiones.
La dificultad intrínseca para las empresas, marcas y organizaciones reside en que cada sistema de inteligencia artificial y cada plataforma de búsqueda opera con un conjunto de criterios distinto para juzgar la relevancia, la autoridad y la confianza del contenido.
El imperativo de la visibilidad de marca ha trascendido la mera obsesión por la posición en los motores de búsqueda; ya no es suficiente aspirar al codiciado "número uno" si este no se traduce en menciones cualificadas y autoridad real en el nuevo ecosistema digital. Hoy, la meta de un estratega de marketing se centra en asegurar que la marca no solo sea visible a los ojos del algoritmo, sino que sea seleccionada, referenciada y citada como la fuente de información más fiable en los entornos de inteligencia artificial generativa. Esta metamorfosis obliga a un cambio de mentalidad: la visibilidad es la nueva moneda de cambio, y se gana demostrando ser un actor de referencia, no solo un buen optimizador de palabras clave.

Los buscadores del futuro ya no muestran enlaces, muestran respuestas: así cambia el juego del SEO
De hecho, un texto que logra un alto ranking en un buscador tradicional puede ser completamente ignorado por un modelo de IA generativa si su estructura semántica no es adecuada, si no utiliza un lenguaje declarativo conciso o si carece de las referencias de autoridad suficientes. La IA prioriza la coherencia semántica y la verificación factual por encima de la densidad de palabras clave o la acumulación de backlinks que dominaban las estrategias SEO de antaño. Las consecuencias de esta fragmentación se evidencian en el sector de la moda, donde, según análisis de octubre de 2025, solo dos marcas, Zara y H&M, concentran cerca del 80% de las menciones en las principales respuestas generadas por buscadores con IA, dejando al resto en posiciones testimoniales.
El reto se agudiza por la falta de transparencia en los mecanismos de ponderación de cada modelo; las marcas deben deducir las mejores prácticas mediante la observación del comportamiento de la IA y el uso de herramientas específicas que rastrean las menciones en este nuevo universo de respuestas generativas.
El reto se agudiza por la falta de transparencia en los mecanismos de ponderación de cada modelo.
A diferencia de los algoritmos tradicionales de los motores de búsqueda, cuyos factores de posicionamiento podían analizarse con cierta precisión, las inteligencias artificiales generativas operan con criterios opacos y en constante evolución. Las marcas y los especialistas en SEO se ven obligados a deducir las mejores prácticas a partir de la observación del comportamiento de la IA, el análisis empírico de las respuestas y el uso de herramientas específicas que rastrean menciones dentro de este nuevo universo de respuestas generativas.
Esta situación marca una nueva encrucijada para el mundo del SEO. Ya no se trata solo de optimizar para buscadores convencionales, sino de comprender cómo las plataformas basadas en IA seleccionan, sintetizan y jerarquizan la información. El desafío consiste en descifrar los mecanismos que determinan qué fuentes o marcas son citadas, cuáles son omitidas y qué variables influyen en la autoridad o la precisión percibida por los modelos. En este contexto, la visibilidad digital deja de depender exclusivamente de palabras clave o enlaces, y pasa a medirse en términos de relevancia semántica, coherencia contextual y confianza algorítmica.
Reputación algorítmica
Gestionar esta fragmentación exige una aproximación multidisciplinar que fusione la optimización técnica tradicional con la denominada reputación algorítmica. Las marcas deben asegurarse de que su contenido no solo es indexable, sino también perfectamente legible y estructurado para una máquina, empleando formatos como los rich snippets o el marcado schema de forma rigurosa. Más allá de la técnica, se impone la necesidad de actuar como una fuente de autoridad indiscutible, un aspecto vital si consideramos que el valor del mercado mundial de la IA generativa alcanzará los 62.750 millones de dólares en 2025.
La IA favorece el contenido que demuestra Expertise, Authoritativeness y Trustworthiness (E-A-T), evolucionado hacia el concepto E-E-A-T con la inclusión de Experience (Experiencia). Por lo tanto, el contenido debe ser claro, conciso y, fundamentalmente, verificable y con referencias sólidas que demuestren por qué la marca es la más indicada para responder una consulta. La visibilidad de una marca, en este contexto, se ha convertido en una disciplina de gestión de la confianza y la autoridad, que requiere una monitorización constante y la adaptación ágil a los cambios de un ecosistema en permanente redefinición. La pasividad ante esta realidad no es una opción, ya que la invisibilidad en el espacio generativo es, para el consumidor del futuro, una forma de inexistencia, especialmente si se considera que ya en el primer trimestre de 2025, la adopción de la IA en las empresas españolas superaba el 30%.












