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Valentino se convierte en el centro de la polémica al usar IA para crear perturbadores anuncios publicitarios de su nuevo bolso DeVain

Valentino bajo el microscopio la arriesgada apuesta por la inteligencia artificial en la moda de lujo

Por Redacción - 2 Diciembre 2025

La icónica casa de moda italiana Valentino se halla en el centro de una intensa polémica digital tras la publicación de anuncios generados por inteligencia artificial para promocionar su nuevo bolso de lujo, el modelo DeVain.

Esta iniciativa, enmarcada dentro de lo que la firma ha denominado un "proyecto creativo digital" en colaboración con artistas digitales, ha desencadenado una oleada de críticas que cuestionan la estética, la ética y la coherencia de emplear este tipo de tecnología en el sector del lujo. La reacción de los seguidores de la marca en plataformas como Instagram ha sido contundente, calificando las imágenes de "inquietantes", "descuidadas" y, en un sentido más amplio, una muestra de pereza creativa.

El anuncio en cuestión, que incluye una etiqueta transparente que indica su origen en la IA generativa, presenta un collage de modelos con un efecto surrealista, entrelazados con logotipos de Valentino y el bolso DeVain. Las escenas se vuelven progresivamente más abstractas, mostrando figuras que parecen surgir de una versión dorada y ornamentada del accesorio, o el logotipo de la marca que muta en brazos humanos que a su vez se disuelven en un remolino de cuerpos. Este enfoque visual, que busca la sorpresa, ha tenido un efecto opuesto al deseado en gran parte de su audiencia. Cientos de comentarios en la publicación han tachado el uso de la IA de "barato", "vago" y "decepcionante" para una casa de alta costura, sugiriendo que las campañas publicitarias deberían ser una plataforma para destacar a creativos y talentos humanos en lugar de recurrir a la automatización. Las voces más críticas han llegado incluso a equiparar el contenido con el concepto de "AI slop", o "basura de IA", acusando a la marca de buscar intencionadamente la controversia, lo que en el léxico digital se conoce como "rage-baiting".

La incursión de Valentino en la IA no es un hecho aislado, sino que se enmarca en una tendencia más amplia que atraviesa a toda la industria de la moda. Este sector, al igual que otros campos creativos, ha explorado activamente las herramientas de IA generativa, que permiten la creación rápida de imágenes y vídeos, ofreciendo una vía para optimizar costes en producción y promoción. Más allá de la publicidad, la tecnología se ha presentado como una oportunidad para mejorar procesos clave como el diseño, la manufactura y la adaptación de tallas. Sin embargo, esta adopción acelerada no está exenta de graves preocupaciones. El temor principal se centra en el potencial desplazamiento de trabajadores humanos —modelos, fotógrafos, maquilladores, diseñadores gráficos— y en la posible merma de la calidad artística y la esencia que define al lujo.

Expertos en tendencias culturales y agencias creativas han señalado que, si bien Valentino actuó con "el instinto correcto" al ser honesto sobre el uso de la IA generativa, la reacción negativa del público revela una "tensión cultural profunda". El problema fundamental, según estos análisis, no reside en la tecnología per se, sino en la percepción de aquello que sustituye. Cuando la IA se integra en la identidad visual de una marca de lujo, el público interpreta que la firma está priorizando la eficiencia económica por encima del arte y la artesanía. Incluso cuando la ejecución técnica logra ser creativa, la audiencia tiende a verla como un atajo para el ahorro de costes disfrazado de innovación disruptiva.

Este debate se ha visto amplificado por iniciativas previas de otras grandes firmas. Por ejemplo, el uso de IA por parte de H&M para generar "gemelos digitales" de modelos en sus anuncios provocó una importante controversia sobre su impacto en la figura del modelo humano y en el equipo creativo que tradicionalmente participa en una sesión de fotos. De igual modo, una campaña de Guess generada por IA y publicada en la revista Vogue suscitó preocupaciones acerca de su influencia en los estándares de belleza femenina.

La conclusión de los analistas es clara: la IA ofrece nuevas posibilidades creativas, pero el riesgo de una desconexión emocional es igualmente palpable. El lujo se construye sobre la base de la exclusividad, la artesanía y, fundamentalmente, una conexión profundamente humana. Cuando la IA generativa se utiliza sin una poderosa idea o narrativa emocional que la respalde, existe el peligro real de que la experiencia se perciba como menos auténtica y, por tanto, menos valiosa en un momento donde el consumidor, paradójicamente, busca una presencia humana y un contacto genuino más que nunca. La formalidad del sector no debe sacrificar la calidez narrativa; de lo contrario, la tecnología puede convertirse en una barrera en lugar de un puente hacia la innovación.

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