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Grupo Bimbo asegura la exclusividad del nombre "Donuts" tras casi una década de disputa judicial

El Tribunal Supremo sienta un precedente crucial al negar la genericidad del término Donuts para uso comercial que será exclusiva de Bimbo

Por Redacción - 18 Noviembre 2025

La defensa del patrimonio inmaterial de una marca rara vez se libra en el fragor de la innovación o en la conquista de nuevos mercados; a menudo, la batalla más trascendental se juega en los tribunales, donde la historia y el arraigo cultural deben convivir con la fría letra de la ley.

Es precisamente en este delicado equilibrio donde se inscribe la reciente y trascendental victoria legal del Grupo Bimbo en España, una resolución del Tribunal Supremo hecha pública justo en este día, 18 de noviembre de 2025, que pone fin a un litigio que se ha prolongado durante casi una década y que asegura la exclusividad del término Donuts®. Este veredicto no solo resguarda un activo comercial de incalculable valor, sino que además sienta un precedente inquebrantable en la defensa de la propiedad intelectual y del renombre extraordinario en la jurisdicción española, redefiniendo los límites entre la popularización de un producto y la titularidad legítima de su denominación.

El proceso judicial, que se inició formalmente en el año 2017 contra un tercero, ha culminado con la estimación del recurso de casación de Bimbo Donuts Iberia, ratificando lo que para muchos consumidores era ya un hecho emocional y cultural: la inconfundible asociación del nombre a un único fabricante. La sentencia del Supremo subraya la necesidad de proteger el vínculo mental directo que se establece entre el signo registrado, Donuts®, y su origen empresarial.

Esta decisión va más allá de un simple reconocimiento mercantil; es una afirmación de la jurisprudencia que sostiene que el uso no autorizado y puramente descriptivo del vocablo Donut con fines de comercialización constituye, per se, una violación de los derechos de la marca. El alto tribunal ha impuesto el cese definitivo a la parte contraria en todo empleo del signo en el ámbito comercial de la bollería, consolidando así el monopolio nominativo del que históricamente ha gozado el producto.

En un desarrollo notable, el Tribunal Supremo ha abordado por primera vez una cuestión de profunda relevancia social y lingüística: la incorporación de un término de marca a los diccionarios de la lengua y su uso generalizado o coloquial. Contrario a la creencia popular y a argumentos esgrimidos en la contienda legal, el dictamen judicial establece con claridad meridiana que esta asimilación popular no conlleva una pérdida ni una limitación de los derechos exclusivos de la marca. De esta manera, se desmantela el argumento de la genericidad, reforzando la máxima de que los derechos de exclusiva marcaria deben ser respetados íntegramente en el comercio, independientemente de la ubicuidad lingüística que el éxito del producto haya propiciado. La marca Donuts® queda, pues, reconocida en su máxima expresión de renombre, otorgándole la protección legal más rigurosa posible dentro del marco normativo vigente.

Para comprender la magnitud de esta victoria, es esencial retroceder a los orígenes de la marca, una narrativa que humaniza la bollería industrial y la conecta con la historia reciente del consumo en España.

La génesis de Donuts se remonta a 1962, cuando Andreu Costafreda introdujo el concepto de las rosquillas estadounidenses en el país. El industrial no se limitó a importar un modelo, sino que, tras adquirir la maquinaria necesaria, se dedicó a adaptar meticulosamente la receta a la harina española y a las sensibilidades del paladar local, una alquimia repostera que dio como resultado la fórmula única y reconocible que conquistó a generaciones. La empresa se registró entonces como "Donut Corporation Española", sentando las bases de un legado que, tras ser adquirido por Panrico, encontró en Grupo Bimbo, a partir de julio de 2016, el socio capaz de defender con tesón y recursos su identidad registral ante las instancias más altas.

Esta consolidación legal brinda a Grupo Bimbo el marco de estabilidad necesario para impulsar su estrategia comercial de cara a los próximos años. La marca, que en 2024 ya demostró su firmeza con una inversión significativa de diez millones de euros en publicidad convencional, según los datos de InfoAdex, ahora dispone de una certeza jurídica absoluta para continuar liderando la categoría de la bollería. Carlos Tatay, vicepresidente de marketing de Grupo Bimbo, ha enfatizado que esta resolución trasciende la mera formalidad, al ser el reconocimiento tangible del "vínculo emocional" forjado con los clientes y de la innegable calidad que el producto ha mantenido a lo largo de seis décadas. Este blindaje legal de la excelencia supone un impulso definitivo para que la marca continúe con su senda de innovación, asegurando que la atemporalidad de su sabor y la defensa de su nombre vayan de la mano en un mercado donde la diferenciación y la autenticidad son divisas de valor supremo. La sentencia es, en esencia, la prueba de que en el sector alimentario español, la tradición y la ley convergen para preservar los iconos del consumo cotidiano.

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