Por Redacción - 27 Julio 2022
Si a principios de la década pasada la realidad aumentada parecía una prometedora idea, una de esas cosas futuristas que podrían llegar en algún momento, ahora es una pieza más a tener en cuenta en la estrategia de marketing, de publicidad y hasta de ventas.
Las compañías han empezado a experimentar con ella, lanzando desde filtros para redes sociales a aplicaciones especiales que ayudan a visualizar cómo serán los productos antes de comprarlos. El límite está en lo que los marketeros puedan imaginar y, a diferencia de la realidad virtual, aquí no se necesita que el consumidor invierta en costosos aparatos para poder acceder a ella. Todo resulta más accesible, por tanto.
Pero ¿cómo puede ayudar la realidad aumentada (RA) a mejorar la relación entre los consumidores y las marcas? Eso es lo que se ha preguntado un estudio de Magna Australia, que toma como muestra a consumidores de ese país y otros cuatro más repartidos por varios continentes.
Sus conclusiones señalan que la RA logra crear conexiones más profundas con los consumidores. "La investigación demuestra claramente el poder de la realidad aumentada para ofrecer a los consumidores una experiencia personalizada que tienen el lujo de controlar ellos mismos", asegura la responsable de Insights de la compañía, Hannah Rook, destacando que esto aumenta la intención de compra y ayuda en la toma de decisiones.
Por supuesto, la RA no debe verse como una suerte de cajón de sastre y no vale con simplemente meter un poco de realidad aumentada. Las marcas deben comprender cómo se integra en el viaje de compra para determinar cuándo les viene mejor y qué beneficios son los que más les interesan. Al fin y al cabo, esta herramienta puede integrarse con muchas y muy diferentes fases del proceso de compra, desde las previas o la captación de atención hasta la postventa y el compromiso con la marca.
El estudio ha detectado ciertos patrones. De entrada, añadirla en general lleva a que aumente la probabilidad de que el consumidor continue el viaje de compra. La intención de compra también sube en un 6%.
Pero además la RA puede sumarse en los anuncios, lo que mejora las métricas y ayuda a ampliar las decisiones de compra. Es decir, si ya en la publicidad que intenta captar al consumidor aparece realidad aumentada, este siente más interés y más deseo por hacerse con el producto, como ha demostrado el estudio. Posiblemente, ayuda el que cambie la percepción del anuncio: la realidad aumentada suma en seis puntos la percepción de utilidad y en 14 la de conexión emocional con la marca anunciada.
Mantener reclamos de realidad aumentada más allá de esa primera fase también sale rentable. Según el análisis, si se posiciona en el medio del viaje de compra aumenta la intención de búsqueda de la marca.
Y es que, al final, la realidad aumentada ayuda a crear experiencias inmersivas que es, en resumidas cuentas, lo que el consumidor del siglo XXI quiere para conectar con las marcas. Se busca lo memorable y lo vivible y las compañías deben encontrar la manera de ofrecerlo.