Por Redacción - 14 Julio 2025

JLR, el conglomerado automotriz británico, ha emprendido una ambiciosa redefinición de su estructura corporativa, transitando de un modelo centrado en Land Rover y Jaguar hacia un ecosistema de marcas de lujo individuales. Esta estrategia posiciona a Range Rover, Defender y Discovery como pilares independientes, cada uno con su propia identidad y propuesta de valor, alejándose de la tradicional subsunción bajo el paraguas de Land Rover. La marca Jaguar, por su parte, se encuentra en una fase crucial de transformación, buscando un reposicionamiento definitivo en el segmento de la movilidad eléctrica de lujo, un movimiento estratégico que busca revitalizar su legado y asegurar su relevancia en el futuro de la automoción.

En este contexto de profunda reestructuración, Range Rover ha desvelado un nuevo logotipo, una pieza gráfica que, aunque generó un considerable debate por su diseño particular, no se integrará en la estética exterior de sus vehículos. Este emblema, descubierto en una presentación a inversores de JLR, se compone de dos letras "R" reflejadas y entrelazadas, una sobre la otra, evocando una simetría deliberada.

La justificación de la marca para esta singular creación reside en su uso como un "Range Rover Motif", un símbolo de menor tamaño destinado a aplicaciones donde la denominación completa de la marca no resultaría práctica. Esto incluye elementos como etiquetas, patrones repetitivos en diversos materiales o como un emblema distintivo en entornos de eventos, donde su formato compacto y su carácter simbólico son más pertinentes. De esta manera, el clásico distintivo "Range Rover" continuará adornando el capó de cada uno de sus modelos, manteniendo la herencia visual que los consumidores asocian con la exclusividad y el desempeño todoterreno de la marca.

La incursión de Range Rover en el diseño de patrones repetitivos también merece atención. La marca ha introducido un monograma que evoca la sofisticación de las casas de moda de alta gama, como Goyard o Louis Vuitton. Este patrón podría ser utilizado en tapicerías o accesorios, añadiendo una capa adicional de exclusividad y personalización al universo Range Rover. Este enfoque no es inusual en la industria automotriz. BMW, por ejemplo, presentó hace un lustro una versión actualizada de su logotipo que, si bien se emplea para la marca corporativa, no figura en el frontal de sus vehículos.

De manera similar, Bentley y Jaguar también han renovado sus identidades visuales como parte de sus respectivas estrategias de transformación, aunque con reacciones variadas por parte del público y la crítica, en particular, el caso de Jaguar generó controversia por la radicalidad del cambio respecto a su historia. Estos cambios en la iconografía de marca son movimientos audaces, pues los logotipos a menudo cultivan una conexión emocional profunda con los consumidores, y cualquier alteración significativa puede generar una resistencia inicial.

La historia de los cambios de logotipo en la industria automotriz es vasta y variada, desde modificaciones sutiles hasta transformaciones drásticas. Fiat, por ejemplo, en los años 80 adoptó un formato de cinco barras oblicuas para luego, en la década del 2000, retomar un diseño más arraigado en la tradición de la marca. El icónico rombo de Renault también ha evolucionado a lo largo del tiempo, regresando recientemente a un estilo que rememora su estética ochentera. Estos ejemplos ilustran cómo las marcas buscan equilibrar la innovación visual con la preservación de su legado, un desafío constante en un sector donde la identidad es tan crucial.

Este año se perfila como un periodo de gran trascendencia para Range Rover, con el inminente lanzamiento de su buque insignia totalmente eléctrico. Este modelo, que promete mantener una estética idéntica a la de su contraparte de combustión, ha generado una expectación considerable. En una reciente presentación a inversores, JLR reveló que ya cuenta con más de 60.000 personas en lista de espera para adquirir este vehículo. La electrificación es una piedra angular en la estrategia ‘Reimagine’ del grupo JLR, que busca cimentar un futuro donde todas sus marcas operen bajo el estandarte de la movilidad eléctrica, consolidando su posición en el segmento de lujo.

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