Por Redacción - 14 Agosto 2025
La búsqueda de nuevas vías de financiación para OpenAI ha abierto la puerta a una conversación que hasta hace poco parecía impensable: la posible llegada de la publicidad a ChatGPT. Este movimiento, aunque no se ha confirmado de manera rotunda, refleja una estrategia corporativa para diversificar los ingresos y asegurar la viabilidad a largo plazo de la compañía.
Nick Turley, director de ChatGPT, ha abordado el tema con una cautela significativa, evitando descartar de plano la idea, pero enfatizando la necesidad de una integración que sea "muy reflexiva y de buen gusto". Su postura sugiere una distinción clara entre la herramienta conversacional actual y futuros productos que podrían diseñarse con modelos publicitarios específicos, dejando entrever que la versión original del chatbot podría permanecer intacta para preservar su objetivo principal.
Esta deliberación por parte de OpenAI se produce en un contexto de rápido crecimiento de usuarios y suscriptores. Con más de 700 millones de usuarios totales y 20 millones de suscriptores de pago a fecha de abril, la empresa ha construido una sólida base de usuarios, un activo valioso que no está dispuesta a comprometer. A pesar de las impresionantes proyecciones de ingresos, que sitúan las ganancias de este año en 12.7 mil millones de dólares, más del triple de lo obtenido en 2024, la compañía aún no alcanza la rentabilidad plena. Se estima que el flujo de caja positivo no llegará hasta 2029, lo que explica la urgencia de explorar fuentes de ingresos adicionales. La gran mayoría de los usuarios utilizan la versión gratuita del servicio, lo cual Turley no ve como una debilidad, sino como una oportunidad estratégica para "crear ofertas diferenciadas" y así atraer a quienes estén dispuestos a pagar.
El debate interno sobre la publicidad ha contado con las posturas matizadas de Sam Altman, director ejecutivo de OpenAI. Si bien en una ocasión calificó la integración de anuncios con la IA como algo "excepcionalmente inquietante", lo que consideraba un "último recurso", en una entrevista más reciente ha suavizado su posición al afirmar que "no está totalmente en contra". Esta aparente fluctuación en la opinión de Altman refleja la complejidad del dilema: cómo monetizar un servicio sin socavar la confianza del usuario ni degradar la experiencia. El interés por la publicidad también se intensifica ante la competencia, con rivales como xAI de Elon Musk, que ya han manifestado planes más concretos para incorporar anuncios en sus respuestas.
Además de la publicidad directa, OpenAI está explorando activamente el "Comercio en ChatGPT", un proyecto que busca generar ingresos a través de comisiones por compras de productos recomendados. Esta iniciativa, descrita por Turley como una exploración con comerciantes, busca un equilibrio delicado.
La clave está en garantizar que los ingresos por afiliación no influyan en la objetividad de las recomendaciones de productos del chatbot, una preocupación central para la compañía. Preservar la "magia" de ChatGPT, que radica en su capacidad para seleccionar productos de manera independiente, es fundamental para su credibilidad y valor. Este enfoque de monetización, si se implementa correctamente, podría ofrecer una fuente de ingresos significativa sin comprometer la integridad de las interacciones con los usuarios.












