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La edad de oro de las jóvenes estrellas de YouTube

Los niños sueñan con ser youtubers: sus referentes en la red de vídeos son cada vez más jóvenes y por tanto más parecidos a ellos

Por Redacción - 10 Agosto 2016

Preguntarles a los niños qué quieren ser de mayor es una de esas cuestiones que abuelos, tíos y señoras un tanto cotillas de parada de autobús suelen hacer de forma recurrente. Las respuestas suelen ser siempre las mismas y suelen ser bastante irrelevantes. Sin embargo, cuando se hace esa misma pregunta de forma masiva, las respuestas se convierten en algo mucho más interesante y en una información que muchas veces ayuda a ver cómo están cambiando los modos y las costumbres. Y así una de estas encuestas, elaborada por Adecco, pone de manifiesto algo que los analistas de internet ya estaban viendo. Los youtubers están viviendo su edad de oro.

En la lista de respuestas que los niños ofrecen cuando se le hace la pregunta de qué quieren ser de mayor, hay cada vez más profesiones del universo 2.0. Los niños del presente quieren ser youtubers, probadores de videojuegos o gamers, community managers y blogueros, además de las clásicas profesiones que suelen aparecer siempre en estos listados. Si quieren ser estas cosas es porque conocen estas profesiones y, sobre todo, porque están cada vez más en conexión con ellas.

Y es que los jóvenes y los niños se han convertido en consumidores activos y recurrentes de la red y han encontrado en ella a su guía generalizada. Para ellos, la red es la principal fuente de información y la que está haciendo que los demás medios de comunicación se estén quedando obsoletos. Buscan todo lo que necesitan (información y entreteniemiento) en la red y lo hacen, además, echando mano de nuevas fuentes. Quienes están triunfando en la red no son los medios tradicionales en su versión adaptada a lo que internet reclama, sino más bien los nuevos jugadores que están sirviendo contenidos nativos para esos universos. En la red, los jóvenes y los niños no buscan al canal de tele tradicional en su versión online, sino que directamente echan mano de los contenidos que han aparecido directamente en esos entornos. Se van directamente a YouTube y, una vez allí, se van a lo que están publicando los youtubers, las estrellas de YouTube.

Por otro lado, no solo han comprendido lo que quiere su audiencia, sino que están dispuestos a dárselo por muy extraño que sea. Ningún directivo de una televisión podría aceptar que lo que tiene que hacer es sentar a un gamer a jugar durante horas, grabarlo en vídeo y sacarlo como contenido y nadie tampoco en su sano juicio (se podría, de una forma cuestionable, añadir) aceptaría como contenido con potencial para conectar con el público el poner a alguien a hablar en susurros sobre cualquier cosa. Más exitosa o más de nicho, las dos son tendencias que están ahora mismo teniendo su momento en YouTube y a las que ya se han entregado estos youtubers jóvenes y exitosos.

Así, los jóvenes encuentran en estos productores de contenido esos contenidos que los medios tradicionales no les ofrecen, pero que ellos quieren ver, mientras que estos productores de contenidos han encontrado una nueva forma de crear ingresos. Han encontrado una profesión de la era de internet.

A todo esto hay que sumar que se produce una identificación. Frente al muchas veces paternalista presentador de televisión, la estrella de YouTube es como uno mismo, es el otro lado del espejo. Y por ello funciona.

Ciudad sin ley

El hecho de que estos jóvenes estén teniendo tanto éxito no es, sin embargo, una cuestión meramente de cambio de gustos, sino que está teniendo un impacto también en los contenidos y en la publicidad que se sirve asociada a esos. Si estos jóvenes youtubers están entrando en su edad de oro no es solo por sus increíbles audiencias sino también porque las marcas cada vez cuentan más con ellos. Los usan para vender seguros, para hablar de ONGs o para apuntalar el último taquillazo de Hollywood. Y así el joven creador con una webcam se convierte de pronto en un "entrepreneur".

Pero esta situación crea un nuevo terreno de juego y uno en el que las cosas no están nada claras. Las marcas no tienen ni idea de qué hacer con estos jóvenes creadores y ellos mismos tampoco tienen claro cómo funciona el mundo publicitario, lo que está haciendo que algunas normas básicas de la publicidad no siempre se cumplan. Ahí está el reciente caso de PewDiePie, uno de los youtubers que entra siempre en las listas de influencers de nuevo cuño y que suele encabezar las listas de quienes hacen más dinero en la red de vídeos. Una investigación demostró que jugaba al despiste a la hora de presentar la publicidad, que aparecían camuflada como contenido legítimo.

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