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La revolución de las Marcas Blancas: Mitos, realidades y claves de su éxito entre los consumidores

La construcción de una imagen de confianza alrededor de las marcas blancas, resultado de las inversiones y controles de calidad, refuerza la lealtad de los consumidores.

Por Redacción - 31 Enero 2024

Las marcas blancas han emergido como protagonistas indiscutibles, desafiando mitos arraigados y redefiniendo las preferencias del consumidor. El precio, sin duda, se erige como el eje central de su éxito, respondiendo a la creciente inquietud económica de los compradores que buscan optimizar sus gastos. Con un atractivo 15% a 30% más económicas que las marcas de fabricante, las marcas blancas se erigen como una alternativa seductora para aquellos que buscan estirar su presupuesto.

Sin embargo, no se puede simplificar el triunfo de las marcas blancas únicamente bajo la sombra del precio. En una tendencia que ha cobrado fuerza en los últimos años, las cadenas de supermercados han realizado inversiones sustanciales para mejorar la calidad de sus productos de marca blanca. Este fenómeno ha llevado a una percepción en alza entre los consumidores: el 60% de los españoles, según una encuesta de Nielsen en 2023, considera que las marcas blancas rivalizan en calidad con las marcas de fabricante, si no las superan.

La pregunta inevitable surge: ¿Serían las marcas blancas tan populares si su precio se igualara o superara al de las marcas de fabricante? La respuesta se torna especulativa, pero es probable que su atractivo disminuyera significativamente. La esencia de las marcas blancas reside en su accesibilidad económica, una ventaja competitiva que, de desvanecerse, podría inclinar la balanza a favor de las marcas de fabricante, reconocidas por su diversidad y prestigio.

Desmontando Mitos: Calidad y Origen

El mito más arraigado sobre las marcas blancas es su presunta inferioridad en calidad respecto a las marcas de fabricante. Contrario a esta creencia extendida, las marcas blancas se producen actualmente bajo los mismos rigurosos estándares de calidad que sus contrapartes de renombre.

En la actualidad, las marcas blancas se fabrican con los mismos estándares de calidad que las marcas de fabricante. De hecho, en algunos casos, las marcas blancas pueden ser incluso de mejor calidad que las marcas de fabricante.

Este fenómeno se explica por los estrictos controles de calidad impuestos por las cadenas de supermercados a sus fabricantes. Asimismo, las marcas blancas emergen como auténticos focos de innovación, ya que los fabricantes buscan constantemente nuevas estrategias para reducir costos sin sacrificar calidad. Este enfoque ha contribuido a desmontar el mito de que las marcas blancas son meros sucedáneos de calidad inferior.

Otro mito a derribar es la suposición de que las marcas blancas son fabricadas por las marcas de fabricante. En su mayoría, las marcas blancas son el resultado de la labor de empresas especializadas en la producción de productos de marca blanca, cuya experiencia les permite ofrecer calidad a precios competitivos. Aunque en ciertos casos, las marcas de fabricante participan en la producción de marcas blancas, esto suele ocurrir cuando una cadena de supermercados desea lanzar una nueva marca blanca de un producto ya presente en la cartera de la marca de fabricante.

Las marcas blancas han logrado consolidar su popularidad en todos los estratos de consumidores, desde aquellos con menor poder adquisitivo hasta los más acaudalados.

En este último segmento social, conocido como el de los "ricos", las marcas blancas capturan hasta un notable 35% de las preferencias, situándose apenas dos puntos por debajo del promedio de la población española. En este sentido, hace unos años, Ignacio Larracochea, presidente de Promarca, la asociación que agrupa a los principales fabricantes, se pronunciaba para desmentir la percepción de que el nivel socioeconómico influyera en la elección de marcas blancas al explicar que "no tiene nada que ver, eso es una leyenda".

Añadiendo a los mitos desmentidos, es crucial abordar la percepción de que las marcas blancas son menos seguras y menos innovadoras que sus contrapartes de fabricante. Esta noción, en gran medida infundada, se desvanece ante la realidad de controles de calidad rigurosos y una constante búsqueda de innovación por parte de las marcas blancas.

Líderes del Mercado y Categorías en Auge

En España, las marcas blancas representan una impresionante proporción del 43,7% de la cesta de la compra de los consumidores. Este porcentaje, en constante ascenso, pronostica un futuro promisorio para las marcas blancas en el país. Hacendado, la marca blanca insignia de Mercadona, ostenta la posición líder con un destacado 12,1% de las ventas de marcas blancas en 2023.

El 75% de los consumidores españoles compra marcas blancas al menos una vez a la semana

Otras marcas blancas de renombre en España incluyen El Corte Inglés (8,6%), Carrefour (6,2%) y Dia (5,9%). Las categorías de alimentos envasados (53,4%), productos de droguería y perfumería (47,6%) y productos de higiene y limpieza (46,8%) dominan el mercado de las marcas blancas, consolidándolas como pilares fundamentales en diversos segmentos de consumo.

Factores determinantes del Éxito

Más allá del binomio precio-calidad, el éxito de las marcas blancas se sustenta en una sinergia de factores. La variedad de productos, permitiendo a los consumidores encontrar todo lo necesario en un solo lugar, destaca como un elemento crucial. La disposición estratégica de las marcas blancas en las zonas más visibles de los supermercados, facilitando su acceso, contribuye a su comodidad percibida. La construcción de una imagen de confianza alrededor de las marcas blancas, resultado de las inversiones y controles de calidad, refuerza la lealtad de los consumidores.

El producto es más importante que el Marketing

En un análisis más profundo descubriremos que las marcas blancas generalmente presentan precios más asequibles en comparación con las marcas de fabricante debido a entre otras razones a que tienden a destinar significativamente menos recursos a actividades de marketing y publicidad en comparación con las marcas de fabricante. Este enfoque se fundamenta en la sólida visibilidad que las cadenas de supermercados poseen ante los consumidores, eliminando la necesidad de desembolsar grandes sumas de dinero en la promoción de sus propias marcas blancas. Además, las marcas blancas suelen invertir de manera más moderada en la construcción de una imagen de marca robusta. Este comportamiento se justifica por el hecho de que las cadenas de supermercados ya cuentan con una marca establecida y reconocida, lo que reduce la necesidad de realizar inversiones considerables para promover sus marcas blancas.

Asimismo, las marcas blancas optan por diseños más simples y menos llamativos en comparación con las elaboradas presentaciones visuales de las marcas de fabricante. Este enfoque se explica por la obligación de las marcas de fabricante de invertir en diseños atractivos con el fin de captar la atención del consumidor, un gasto que las marcas blancas pueden evitar al mantener un estilo más sencillo en sus productos.

En síntesis, las marcas blancas han transformado el panorama del consumo, desafiando percepciones arraigadas y construyendo una presencia sólida en la cesta de la compra de los consumidores españoles. La revolución de las marcas blancas, impulsada por la conjunción de precio, calidad, variedad, comodidad y confianza, promete perdurar en el tiempo, consolidándose como un fenómeno ineludible en la industria del retail.

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