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Regreso al futuro sin SEO: Blogs, Newsletters de noticias y boletines de contenidos resurgen con la IA generativa para combatir al fenómeno del "zero click search"

El verdadero desafío y la verdadera oportunidad radican en la capacidad de transformar esa habilidad en liderazgo, en credibilidad y en una relación duradera con la audiencia

Por Redacción - 3 Septiembre 2025

La llegada de la inteligencia artificial generativa ha reconfigurado por completo la comunicación digital, democratizando de manera sin precedentes la capacidad de producción de contenidos. Esta tecnología, capaz de crear textos, imágenes y audios con una rapidez y eficiencia asombrosas, ha desplazado el foco desde la mera creación hacia una dimensión más profunda: la curación, la especialización y la autoridad.

La facilidad para generar material se ha convertido en un punto de partida común para casi cualquier actor, desde pequeñas empresas hasta grandes corporaciones. Sin embargo, la verdadera diferenciación ya no se encuentra en el acto de producir, sino en la capacidad de forjar una narrativa que resuene con autenticidad y establezca una posición de liderazgo en un nicho específico. Es por ello que el resurgimiento de formatos considerados tradicionales, como los blogs corporativos, las publicaciones en medios especializados y los boletines de noticias, ilustra este cambio.

Lejos de ser reliquias de una era pasada, estas plataformas han recuperado su vitalidad como vehículos para la conexión significativa. Un blog, por ejemplo, no solo sirve para albergar artículos; se transforma en el corazón de una estrategia de contenido, un espacio donde una marca o un profesional puede profundizar en temas que importan a su audiencia, ofreciendo análisis detallados, estudios de caso y reflexiones personales que la IA, por sí misma, no puede replicar. La labor del redactor o del estratega de contenidos se humaniza, pasando de ser un mero generador de palabras a un curador de ideas y un constructor de comunidades.

Las cifras nos revelan que los boletines de noticias o newsletters de contenidos, lejos de morir, han alcanzado un nuevo auge como canal de comunicación directa.

Con más de 4.48 mil millones de usuarios de email a nivel global y un volumen de 347 mil millones de correos enviados al día, su relevancia es indiscutible. La tasa de apertura promedio, aunque variable, se sitúa alrededor del 24%, un número que resalta la importancia de un asunto atractivo y un contenido relevante. Las estadísticas muestran que el 46% de los usuarios abre correos de una marca porque considera que el contenido es de su interés. El éxito no se mide solo en clics, sino en la capacidad de forjar una relación de confianza, lo que se refleja en una baja tasa de cancelación de suscripción, que ronda solo entre el 0.19% y el 0.26%. La IA, si bien es usada por casi la mitad de los especialistas en marketing para redactar asuntos o generar textos, es la personalización y la voz humana detrás de cada envío lo que motiva a los suscriptores a mantenerse y a interactuar.

Los boletines informativos, en particular, demuestran ser herramientas poderosas para cultivar una relación directa y personal con la audiencia. Al suscribirse a una newsletter, el lector no solo busca información, sino que anhela una conexión con la persona o la entidad que la firma, un vínculo de confianza que se construye con el tiempo y a través de la coherencia y la calidad. En un mar de publicaciones impersonales y genéricas, un boletín curado con esmero se percibe como una carta personal, un privilegio que merece atención. Este enfoque subraya que el éxito no reside en la cantidad de contenido producido, sino en la relevancia y la resonancia de cada pieza que se distribuye.

Ya no basta con llenar páginas con palabras clave o con producir un flujo constante de artículos superficiales. El objetivo es posicionarse como una fuente de referencia indiscutible, alguien o algo a quien la audiencia acude en busca de respuestas fiables y análisis perspicaces. Lograr esto implica una inversión en la profundidad del conocimiento, la transparencia en las fuentes y la honestidad en la comunicación. Un líder de opinión, ya sea un individuo o una organización, es aquel que no teme abordar temas complejos, ofrecer soluciones reales y, lo más importante, mantener una conversación continua con su comunidad. Sin embargo, ante fenómenos como el “zero click search” en los buscadores, donde una porción significativa de las consultas se resuelven directamente en la página de resultados sin que el usuario visite un sitio web, la urgencia de generar contenido para audiencias, en lugar de centrarse exclusivamente en algoritmos y estrategias de SEO, se ha vuelto más improtante que nunca.

Este fenómeno subraya la necesidad de que las marcas y los creadores de contenido construyan y mantengan una audiencia propia.

La capacidad de convertirse en un referente en un sector y de poseer canales de distribución directos, como listas de correo, newsletters o comunidades en redes sociales, se erige como una estrategia de supervivencia. Estos canales no solo aseguran que el contenido llegue a quienes realmente les importa, sino que también reducen la dependencia de las fluctuantes reglas de los motores de búsqueda. Como consecuencia, tal y como abordábamos recientemente, el email marketing también está recuperando mayor protagonismo como canal de distribución de contenidos, demostrando su resiliencia y eficacia frente a los cambios en el comportamiento de los usuarios. Mientras las búsquedas sin clic en los motores de búsqueda se vuelven más comunes y el alcance orgánico en redes sociales disminuye, las listas de correo ofrecen un canal de comunicación directo y valioso. Este medio no depende de algoritmos externos ni de las políticas de terceros, lo que permite a las marcas y creadores de contenido construir una relación más sólida y personal con su audiencia. Es una prueba de que, en un mundo digital cada vez más fragmentado, la propiedad de los datos y los canales propios son la clave para mantener la relevancia y la conexión a largo plazo.

Este renacimiento de lo que podríamos llamar estrategias de "larga forma" y de conexión directa no es una regresión, sino una evolución. Es un reconocimiento de que, a pesar de los avances tecnológicos, el ser humano sigue buscando una conexión auténtica y una guía fiable. La capacidad de crear contenido es ahora una commoditización, una habilidad básica. El verdadero desafío y la verdadera oportunidad radican en la capacidad de transformar esa habilidad en liderazgo, en credibilidad y en una relación duradera con la audiencia. El contenido ya no es solo un producto, es el vehículo a través del cual se construye y se mantiene esa posición de referencia y liderazgo.

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