¿Cuántas veces al día hablas con un chatbot? ¿Sabías que el 80% de las empresas usan o planean adoptar chatbots impulsados por IA para servicio al cliente en el 2025 según el índice de adopciónde IA global de IBM?
La irrupción de la inteligencia artificial (IA) y su acelerado avance han desencadenado una revolución en el marketing. Hoy vemos a la IA crear video con guiones, redactar copy persuasivo y componer jingles; mañana será un intermediario del consumidor a través de asistentes virtuales capaces de tomar decisiones de compra. ¿Cómo nos preparamos para este nuevo paisaje? ¿Qué habilidades y estrategias necesitamos para no quedarnos atrás? En este artículo exploraremos:
- Cómo pasarán de Siri y Alexa a intermediarios de nuestra comunicación de marca.
- El nuevo desafío de diseñar campañas para persuadir algoritmos con automatización y personalización en tiempo real de artes, mensajes y audiencias.
- Las nuevas variables del marketing en lenguaje, taxonomía y métricas.
- Qué debe hacer hoy un marketer para dominar el marketing del mañana.
Un entorno en constante aceleración
Hace apenas cinco años, la IA en marketing se limitaba a recomendaciones básicas de productos o publicidad programática. Hoy, herramientas como DALL·E y ChatGPT generan creatividades multimedia en segundos. Mañana, la promesa de la computación cuántica reducirá de horas a minutos procesos de análisis masivo de datos.
Pero este vertiginoso avance choca con la capacidad humana de adaptación. Aprender un nuevo stack tecnológico, cambiar procesos internos y rediseñar flujos de trabajo lleva meses o incluso años. Esa brecha de velocidad es el primer gran desafío: si la tecnología dobla su capacidad cada 18 meses, nuestras rutinas organizacionales no pueden quedarse atrás. ¿Cómo aprender a ese ritmo de velocidad? En realidad, no tiene que ver con tiempo, sino con prospección. No se puede por obra de magia transformar la realidad evolutiva del humano, pero si se puede realizar un ejercicio consciente de análisis del futuro para establecer los escenarios probables y prepararnos con anticipación a ese futuro. Mirar al futuro es importante. ¿Cuánto tiempo? 5 o 10 años. Y preguntarnos cómo será el consumidor en ese entonces, cuáles serán rutinas diarias, propósitos, valores y ayudantes digitales. Con esto podemos establecer hitos y requerimientos que la organización debe conseguir para alcanzar su misión y visión en ese futuro.
Una de estas aristas de prospección es pensar en el asistente virtual como el nuevo protagonista. Los asistentes de voz (Siri, Alexa, Google Assistant) ya forman parte de nuestra vida diaria: pedimos el clima, la lista de la compra, o controlamos el hogar. En pocos años, estos mismos sistemas actuarán como intermediarios de nuestras decisiones de compra, pudiendo efectuar las siguientes actividades:
- Recomendador personal: en lugar de buscar “mejor smartphone 2025” en Google, le preguntaremos a nuestro asistente “¿qué teléfono me conviene?” y este analizará precio, reseñas y compatibilidad con mis apps. Alerta para los buscadores y las campañas en buscadores, es muy probable que en el futuro, las búsquedas sean realizadas por la IA y que las personas sólo reciban las respuestas analizadas de estos asistentes.
- Comprador delegado: cuando una marca gane la confianza de un asistente, este podrá completar la transacción directamente: “Alexa, compra mi shampoo habitual”.
Este giro implica que el marketing dejará de hablar al consumidor para hablarle al algoritmo que decide en su lugar. Nuestra narrativa, nuestros claims y hasta el tono de voz deberán calibrarse para influir en ese intermediario invisible. ¿Cómo están hoy los reviews, los rankings, los backlinks de la marca en internet?
¿Qué hacemos después de pensar en ese escenario futuro?, bueno, viene la parte de establecer cómo serán nuestras actividades para ese futuro. Para este caso específico, ¿cómo serán las campañas la actividad de marketing?
Campañas construidas para persuadir algoritmos
Hoy ya existe el “Position Zero” en Google, que muestra fragmentos destacados en los que el buscador extrae párrafos, listas o tablas de tu contenido. Llegar ahí exige optimizar no solo por keywords, sino por la semántica y la estructura que el crawler prefiere.
Hace poco, una startup de belleza consiguió aparecer en Position Zero con un snippet optimizado en HTML semántico y JSON-LD. Sus ventas online crecieron un 22 % en un mes.
Sin embargo, hay otras cosas que debemos integrar:
- Lenguaje de computación: Python serán tan valiosos como HTML o CSS. Un marketer deberá conocer este lenguaje de programación para poder traducir con la mayor fidelidad el mensaje que busca a este tipo de programación.
- Taxonomía de señales: Entender qué señales se priorizan por algoritmos como los de Alexa (reseñas verificadas, backlinks desde sitios oficiales o menciones en newsfeeds) será parte de nuestra estrategia.
- Modelos de prompt engineering: Redactar prompts (instrucciones) que guíen a la IA generativa para crear mensajes, artes e incluso jingles alineados con el tono de marca.
Automatización y personalización al instante
La capacidad de la IA para procesar datos en tiempo real permite establecer de forma autónoma A/B testing continuo de creatividades donde un cartel digital rota automáticamente entre 5 variantes de video hasta encontrar la que genera más clics. La optimización de audiencias con ajustes automáticos en la segmentación según patrones de comportamiento detectados cada minuto. El feedback loop en vivo de datos de ventas, interacciones en redes y reviews que alimentan al motor de IA para recalibrar recomendaciones y presupuestos.
Imagina un anuncio que, en lugar de mostrarse a una audiencia demográfica, instruye a un modelo de lenguaje a presentar tu producto de un modo que maximice la “confianza” que ese asistente virtual le atribuye. El copy, la metadata y hasta los tags de imagen serán elementos de persuasión algorítmica. Ahora imagina que este anuncio esta conectado con la IA generativa y que según métricas de la campaña y de los algoritmos cambia automáticamente para maximizar su eficiencia y se personaliza para cada segmento detectado.
Así, cada pieza gráfica, cada headline y cada targeting es un experimento que evoluciona sobre la marcha. Olvídate de lanzar campañas estáticas: el marketer del futuro pilota una flota de microcampañas coordinadas por un cerebro algorítmico.
Las nuevas variables del juego
Para dominar este mundo, el marketer debe sumar:
- Pensamiento computacional: saber programar en Python para analizar datasets o construir scripts de scraping.
- SEO avanzado + voice search: comprender cómo los asistentes usan criterios de relevancia y autoridad y el funcionamiento del AEO (Answer Engine Optimization).
- Conocimiento e integración con CRM/ERP/CDP + orquestación: herramientas como N8N o Zapier para automatizar flujos—desde captura de lead hasta scoring, enriquecimiento y activación.
- Modelado de datos: capacidad de definir taxonomías de señales (reviews, menciones, CTR, share of voice) y asignarles peso en un score de “confianza de marca” algorítmica.
En este nuevo ecosistema, el conocimiento de programación no es un “plus”: es la columna vertebral de cualquier estrategia eficaz.
Acciones inmediatas: tu hoja de ruta hoy
Mientras esperamos que los asistentes virtuales se vuelvan omnipresentes, puedes:
- Aprender Python: incluso un curso básico te permitirá manipular datos, generar informes y entender mejor los modelos de IA.
- Explorar APIs de voz: prueba a crear un skill para Alexa o un action para Google Assistant que hable de tu producto.
- Integrar IA generativa en tu workflow: usa ChatGPT o herramientas gráficas para acelerar guiones, creatividades y respuestas a clientes.
- Estructurar tu stack de automatización: conecta CRM, CDP y herramientas de data pipelining (ETL) para que tus datos fluyan de forma limpia y alimenten a tu IA.
Estas acciones transformarán tu día a día y te posicionarán como agente de cambio en tu organización.
Sin embargo, no olvides que la gran promesa de la IA no es reemplazar la creatividad, la empatía o el pensamiento crítico, sino ampliarlos. Mientras los algoritmos optimizan rutas de media buying o personalizan newsletters a escala, el marketer puede dedicarse a:
- Crear el storybrand que conecta emocionalmente.
- Diseñar experiencias de marca memorables que la IA no puede replicar (aún).
- Definir la ética y el propósito que guíen el uso responsable de la IA.
No todo es tecnología, debemos conocer la base
En un mundo donde la velocidad de procesamiento, la personalización extrema y la eficiencia algorítmica sean la norma, el diferencial será volver a lo esencial: construir relaciones de confianza. Porque al final, incluso la IA más avanzada necesita alimentarse de una fuente: la verdad de lo que somos como marca.
El marketing del futuro será más técnico, más automatizado, más personalizado y más rápido. Pero también será más humano en su propósito. Porque no se trata solo de persuadir máquinas, sino de entender mejor a las personas para que, a través de sus algoritmos, sigan eligiéndonos.
Para finalizar, la gran pregunta no es si estamos listos para este futuro, sino: ¿cómo convencerías a un asistente virtual de que tu marca es la mejor opción para su usuario?







