Por Redacción - 17 Noviembre 2022
Los estudios han ido señalando que, a pesar de todo, en 2023 los marketeros van a seguir gastando dinero e incluso que en tiempos de inflación y recesión seguir apostando por el marketing y la publicidad es más importante que nunca. Si los consumidores ya son reacios a comprar, si tu marca no recuerda que está ahí puede que acabe en todavía menos decisiones de compra de las que iba a hacerlo en un primer momento.
Por tanto, cabría pensar que, a pesar de todo, las proyecciones para el futuro invitan a un cierto optimismo. Pero ¿es eso confiarse demasiado?
De hecho, los agoreros de un 2023 nefasto o muy malo para la industria de la publicidad se suceden. Hay quienes asumen que el año que viene será un momento de apretarse el cinturón y de eliminar todo aquello que no sea básico y fundamental. Puede, creen algunos, que lo que va a llegar vaya a ser peor que el momento en el que la industria tocó fondo durante la pandemia del coronavirus cuando, no olvidemos, no pocas compañías pausaron por completo su inversión publicitaria.
David Zaslav, el CEO de Warner Bros. Discovery, es una de ellas. El directivo acaba de reconocer en una conferencia con inversores que el mercado publicitario está, ahora mismo, en una situación de mayor debilidad que en la que se encontraba en el peor momento de 2020.
Las palabras de Zaslav son importantes porque, hasta ahora, la industria de los medios había puntualizado que, aunque el verano había sido un poco de decaimiento, no era un descenso notable, como recuerdaCNBC. Frente a ellos, el mercado digital daba señales de alarma. La cuestión es que ahora unos y otros ven las cosas crudas y los anunciantes - al menos en el mercado estadounidense desde el que parte el análisis, aunque Warner Bros. Discovery es un gigante global, la inversión en publicidad está cayendo. Zaslav reconoce que ha empeorado en los últimos meses.
2023 no se promete mejor. Cumplir con los objetivos para ese año será imposible a menos que durante el próximo año las cosas cambien.
Esto encaja, además, con los datos que han presentado en sus últimos resultados financieros algunas de las grandes compañías de internet. La crisis de Facebook es un ejemplo perfecto: no solo la compañía está invirtiendo cantidades ingentes de dinero en el metaverso – algo que por ahora no ofrece resultados tangibles – sino que además ha visto como retrocedían sus ingresos publicitarios.
No ha sido la única. Incluso TikTok, la red social dorada que está subiendo como la espuma, ha tenido que corregir precisiones, reconociendo de forma interna que no logrará llegar a la cifra prevista en sus ingresos para este año. Sigue siendo un imperio publicitario, pero en lugar de ingresar 12.000 millones de dólares, lo hará con 10.000.
De hecho, la sucesión de despidos en la industria tecnológica es una señal de alerta de que las cosas no van tan bien como años atrás. Si estos gigantes parecían no haberse visto tocados por la crisis del coronavirus, no está ocurriendo lo mismo con la crisis generada por la inflación y la resaca de estos años.
