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Consumidores denuncian el engaño de los envases y "precios de ahorro" que perciben como publicidad engañosa

La decepción del marketing XXL revelada por un estudio imparcial que impacta al consumidor

Por Redacción - 9 Julio 2025

Las estanterías de los supermercados muestran a menudo envases de gran tamaño, adornados con etiquetas que proclaman "ahorro" o "familiar", diseñados para capturar la atención del consumidor y sugerir una compra inteligente. Sin embargo, esta estrategia de marketing, omnipresente en el comercio minorista, a menudo dista de ofrecer el beneficio prometido. Lo que se presenta como una oportunidad para economizar puede, en realidad, ocultar un sobrecoste significativo, un hecho que ha generado un creciente malestar entre los compradores, quienes expresan su frustración a través de las plataformas digitales.

Un estudio reciente, conducido por FITstore, ha arrojado luz sobre esta práctica, desvelando que el marketing de los envases "ahorro" es, en ocasiones, una ilusión. La investigación, liderada por Luis Cañada, fundador de FITstore y un referente en el análisis de tendencias de mercado y hábitos de consumo, ha desafiado la creencia popular de que un envase más grande equivale a un mejor precio. Sus hallazgos indican que ciertos productos en formato ahorro pueden llegar a ser sustancialmente más costosos por unidad de medida que sus equivalentes de menor tamaño. Este fenómeno se ha documentado en categorías de productos cotidianos como galletas, batidos, café y patatas fritas, presentes en grandes superficies como Eroski, Alcampo o El Corte Inglés.

La base de esta táctica comercial reside en un principio psicológico elemental: la grandiosidad del envase y el atractivo de la etiqueta influyen en la percepción del valor, disminuyendo la propensión del consumidor a escudriñar el precio real por kilo o litro.

Cañada explica que términos como "ahorro" y "XXL" activan una respuesta cerebral que asocia el producto con una oportunidad ventajosa, llevando al comprador a creer que está adquiriendo una oferta excepcional, cuando la realidad puede ser diametralmente opuesta. Estos mensajes destacados, que a menudo rompen con el diseño convencional del empaque para maximizar su impacto visual, rara vez se traducen en un ahorro genuino. El resultado es una compra de mayor volumen de lo estrictamente necesario, bajo una premisa de ahorro que no se materializa.

Ejemplos concretos de esta disparidad de precios abundan en los pasillos de los supermercados. Un bote de cacao en polvo, comercializado bajo la etiqueta "familiar" en establecimientos como Eroski o Alcampo, puede tener un precio por kilo hasta un 15% superior al de su presentación más pequeña. Situaciones similares se observan con ciertos cereales de gran formato, detergentes líquidos y las populares patatas fritas Ruffles, donde una publicación viral reciente en redes sociales evidenció que su "pack económico" ofrecía el mismo precio por kilogramo que la versión estándar. Estos casos ilustran cómo la percepción del ahorro puede ser manipulada, llevando al consumidor a tomar decisiones de compra que, lejos de beneficiarle, impactan negativamente en su economía.

La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha corroborado estas prácticas, reportando que algunos productos en formato "ahorro" pueden llegar a comercializarse con un sobreprecio de hasta el 82% por kilo o litro en comparación con sus versiones de tamaño estándar. Esta inconsistencia se extiende a un amplio espectro de artículos de consumo masivo, desde lácteos hasta productos de limpieza y otros alimentos. La indignación de los consumidores se ha volcado en las redes sociales, donde proliferan testimonios de experiencias que perciben como publicidad engañosa, reflejando un sentimiento generalizado de desconfianza hacia estas promociones. Comentarios como "muchas veces salen más caros, es publicidad engañosa" o "tenemos que ir, con tiempo, y con lupa" evidencian la frustración de quienes se sienten desatendidos por las grandes marcas y distribuidores.

La clave para eludir estas trampas reside en la vigilancia y el análisis crítico

La recomendación de los expertos es inequívoca: es fundamental dedicar unos instantes a examinar el precio por kilo o litro antes de realizar la compra. Aunque pueda parecer un ejercicio minucioso, esta práctica puede generar un ahorro significativo a largo plazo. Cañada enfatiza que el consumidor que se informa adecuadamente se convierte en un contrapunto eficaz frente a estas estrategias de marketing. Al adoptar una perspectiva crítica, el poder de la publicidad disminuye, permitiendo al comprador tomar decisiones más conscientes y ventajosas. Es importante considerar que la compra excesiva, inducida por la falsa promesa de ahorro, no solo afecta el presupuesto familiar, sino que también puede contribuir al desperdicio alimentario y a la adopción de hábitos de consumo menos saludables.

El concepto de "formato ahorro" debería representar una ventaja tangible para el consumidor, una forma de adquirir productos en mayor cantidad a un precio unitario inferior. Sin embargo, en un número considerable de ocasiones, se ha transformado en una herramienta para que marcas y supermercados incrementen sus márgenes de beneficio, aprovechándose de la desinformación de los compradores. El verdadero ahorro no se encuentra en el volumen del envase o en las promesas destacadas, sino en la lectura atenta de la información detallada en la etiqueta. Es imperativo que los consumidores desarrollen una mayor conciencia sobre estas prácticas para proteger su economía y fomentar una relación más transparente y equitativa con el mercado.

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