La inteligencia artificial ya influye en la decisión de compra del 27% de los consumidores
Por Redacción - 9 Septiembre 2025
La influencia de la inteligencia artificial en el comportamiento de compra de los consumidores se ha convertido en una realidad ineludible.
Este fenómeno, lejos de ser una simple tendencia, marca un punto de inflexión en la manera en que las personas interactúan con las marcas y los productos. La velocidad con la que herramientas como ChatGPT, Gemini,… han sido adoptadas es un testimonio de su utilidad percibida, con un 67% de los consumidores ya familiarizados con su uso habitual. Este rápido avance ha transformado al consumidor, que ahora va más allá de buscar la mejor oferta o la mayor eficiencia; ahora busca una guía, una validación y un acompañamiento en su viaje de compra, una función que la IA está empezando a desempeñar de forma decisiva.
El análisis detallado de la AECOC Shopperview subraya cómo este cambio de paradigma está reconfigurando la relación entre consumidores y empresas. A pesar de que la adopción diaria de estas tecnologías es aún minoritaria, con solo uno de cada diez consumidores utilizándolas diariamente, la interacción ocasional ya es una constante para la gran mayoría. Esta familiaridad creciente se refleja en un sentimiento de excitación, donde el 23% de los encuestados ve con optimismo el futuro de la IA. No obstante, una parte significativa de la población, un 36%, mantiene una postura de cautela, mientras que otro 41% se encuentra en una encrucijada emocional entre la excitación y la preocupación.
Las inquietudes que la IA suscita son tan variadas como sus aplicaciones. La principal preocupación, compartida por un 66% de los encuestados, se centra en el potencial de la inteligencia artificial para la propagación de noticias falsas, un temor que resuena con fuerza en una sociedad hiperconectada. La privacidad de los datos, un tema recurrente en la era digital, inquieta al 57% de los consumidores, mientras que el impacto en la educación de los jóvenes es motivo de preocupación para un 55%. La posibilidad de que la IA amenace los puestos de trabajo también figura como una inquietud relevante para el 34% de la población. Estas cifras revelan que, a pesar del entusiasmo por las posibilidades de la IA, la sociedad sigue navegando entre el optimismo y la cautela, consciente de los riesgos que un avance tan rápido puede conllevar.
La versatilidad de la IA ha sido clave en su rápida integración en la vida cotidiana de los consumidores.
las diferentes herramientas de IA ya no son solo una herramienta para programadores o especialistas en tecnología, sino un asistente personal al alcance de todos. Un 45% de los usuarios lo utiliza para resolver dudas, lo que demuestra su eficacia como fuente de información instantánea y accesible. Un 34% lo ha incorporado a su rutina para aprender sobre nuevos temas, transformando la forma en que las personas adquieren conocimientos de manera autodidacta. Además, su función como asistente de escritura, utilizada por un 31% de los consumidores, simplifica tareas cotidianas y profesionales, consolidando su papel como una herramienta de productividad indispensable.
La creciente confianza en la inteligencia artificial como un asesor de compras marca un punto de inflexión en la economía. Un 27% de los consumidores consulta a la IA para obtener recomendaciones de productos, marcas o servicios, lo que demuestra un nivel de confianza significativo en sus algoritmos y bases de datos. Esta cifra, que se ha consolidado en el último año, revela una nueva forma de descubrir y evaluar opciones de consumo. Más allá del ámbito comercial, la IA también está tejiendo su camino en la esfera personal, con un 24% de los usuarios pidiendo consejo para situaciones personales, y un 16% utilizándola simplemente como compañía para conversar. Este uso más íntimo y social de la IA refuerza su papel como una nueva capa en el tejido de la interacción humana, complementando los canales tradicionales de comunicación e información.
A pesar de la creciente sofisticación de la IA y su omnipresencia, un sentimiento de humanismo persiste.
Un 64% de la población mantiene la convicción de que la inteligencia artificial, por muy avanzada que sea, nunca podrá replicar la creatividad humana. Esta perspectiva pone de manifiesto que, si bien la tecnología ofrece eficiencia y capacidad analítica, el valor de la autenticidad, la emoción y la conexión personal sigue siendo insustituible para el consumidor. Las marcas que comprendan este equilibrio y logren fusionar la innovación tecnológica con un toque humano y genuino serán las que prevalezcan. En este nuevo contexto, el éxito no radicará únicamente en la implementación de la IA, sino en su integración de manera que potencie la experiencia humana, haciendo que la tecnología sea una herramienta al servicio de la conexión, no un sustituto de ella.
