Por Redacción - 26 Febrero 2019
A las marcas y a las empresas el email marketing les ha empezado a gustar, otra vez más, más que nunca. Tras unos años en los que las redes sociales parecían el elemento clave y de moda, el email marketing ha vuelto a resurgir con fuerza porque los responsables de marketing quieren poder controlar el mensaje, tener un control de a quién llega (algo que con las redes sociales no pueden hacer) y ser además quienes reciben toda la información que los mensajes generan. Igualmente, en un momento en el que parece más difícil que nunca poner los mensajes corporativos frente a los consumidores, el email marketing parece un poderoso paliativo para frenar ese problema.
Pero, aunque las razones por las que el email marketing parece tener mucho interés para las marcas y las empresas están claras, ¿qué es lo que hace que los consumidores se muestren igualmente interesados en estos contenidos? ¿Por qué siguen dándose de alta en las bases de datos de las compañías y buscando recibir esa información?
Teniendo en cuenta que cada vez más los consumidores están más sometidos a ruido de marcas y más saturados por ello, resulta sorprendente y llamativo descubrir este tipo de comportamientos.
Un estudio reciente, elaborado por la Direct Marketing Association (DMA), ha intentado comprender qué es lo que ocurre y por qué. De entrada, han detectado que, tras la entrada en vigor de la ley de protección de datos europea, los consumidores están recibiendo en general menos mails de las marcas. En 2017, la media estaba en recibir 73 envíos de email marketing a la semana. En 2018, sin embargo, la cantidad de correos electrónicos de email marketing que recibieron los consumidores bajó a una media de 57.
Igualmente, los consumidores se han dado de alta en menos bases de datos. De media, los consumidores aseguran que se han dado de alta en nueve listas de correo. En 2017 eran 12.
Pero aunque estos datos no puedan parecer muy positivos, el email marketing tiene una posición bastante buena en lo que respecta al marketing. Un 59% de los consumidores sigue viéndolo como la manera favorita en la que creen que las marcas deberían comunicarse con ellos. Y no solo eso: los consumidores dan ahora más valor a lo que reciben. Un 57% reconoce que lee más de la mitad de los mails que recibe de las marcas.
Este interés y este importante ratio de lectura podría ayudar a comprender qué es lo que hace que los consumidores se den de alta en las listas de correo de las empresas. El estudio ha preguntado de forma directa a los consumidores por el tema, lo que ayuda a perfilar mucho mejor las razones. La mayoría de los consumidores lo hacen por razones vinculadas a sacar beneficios o por una relación más bien estrecha con la marca.
Un 51% se da de alta esperando recibir descuentos y ofertas vinculados a los productos, un 46% porque son consumidores fieles de la marca y un 40% para poder unirse así a un sistema de fidelidad.
Una vez que se está dentro de la base de datos, no se puede asegurar que se vaya a leer todo de forma inminente. Un 46% de los consumidores reconoce que para abrir el mensaje es muy importante que reconozca a la marca que lo envía.
Una vez que el consumidor está ahí y se ha convertido ya en receptor de los mensajes, las marcas y las empresas tienen que asegurarse de que su relación siga siendo fluida y que el consumidor no abandone. Una vez que forma parte de la lista de correo, la clave del éxito está en que no se dé de baja.
La mayoría de los consumidores se da de baja cuando los mensajes son excesivos. Un 59% reconoce que se dio de baja en una lista de correo porque estaba recibiendo demasiados mensajes. Un 43% lo hizo porque la información dejó de ser relevante y otro 43% porque no reconocía a la marca que lo mandaba. Para darse de baja, además, los consumidores van a lo fácil: lo hacen empleando el propio link que aparece en el mail o la web de la empresa (70%).