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La voz de la marca ya no es la única protagonista: la interpretación algorítmica es ahora tan importante como la comunicación humana

El nuevo marketing para algoritmos redefine la comunicación y la relación con el consumidor

Por Redacción - 22 Septiembre 2025

La revolución del marketing ha alcanzado una nueva fase, donde la inteligencia artificial trasciende su papel de mera herramienta para convertirse en un mediador crucial entre las marcas y su público.

Este cambio ha dado origen a una disciplina que exige a las empresas replantearse sus estrategias de comunicación, diseñando mensajes no solo para la mente humana, sino también para la lógica algorítmica. LLYC, ha acuñado este concepto como “Machine Marketing”, destacando que las compañías deben aprender a hablar un lenguaje dual, capaz de resonar tanto con el consumidor final como con las máquinas que ahora dominan el flujo de la información. La transición de los canales de búsqueda tradicionales hacia los modelos conversacionales, mediada por la IA, es un hito de la comunicación comparable a la irrupción de la web y las redes sociales, un momento de inflexión que redefine la forma en que el público accede al conocimiento.

La llegada de la IA a la esfera de la compra ha sido fulminante. Cifras recientes revelan que el 60% de los consumidores ya integra la inteligencia artificial en sus decisiones de adquisición, según un informe de Capgemini. Además, uno de cada cinco clientes modifica su elección de compra tras consultar con una IA, un dato que subraya la influencia decisiva que estos sistemas ejercen sobre el comportamiento del consumidor. Un fenómeno notable es que los visitantes que llegan a un sitio web a través de búsquedas mediadas por inteligencia artificial demuestran una tasa de conversión 23 veces superior a la de aquellos que lo hacen a través del SEO orgánico clásico.

Este cambio de paradigma se ve magnificado por el hecho de que un 70% de los esfuerzos de marketing en línea y fuera de línea, a menudo pasan desapercibidos para los complejos procesos de entrenamiento de los grandes modelos de lenguaje (LLMs). La consolidación de la inteligencia artificial como puerta de entrada a la información es innegable. Por ejemplo, Google AI Overviews superó la impresionante cifra de 1,500 millones de usuarios mensuales en el primer trimestre de este año 2025, lo que representa el 26.6% de todos los usuarios de internet a nivel global. Esto consolida a la IA como un canal central y masivo para la interacción y la búsqueda de información.

Esta evolución marca un cambio profundo en la dinámica de la información. Federico Isuani, socio y líder de soluciones de marketing para América en LLYC, ha reflexionado sobre este punto, señalando que mientras que durante más de dos décadas los motores de búsqueda como Google y Bing actuaron como intermediarios que canalizaban el tráfico hacia los sitios web, hoy nos encontramos ante una lógica de "respuesta directa". Los modelos conversacionales actúan como filtros, entregando respuestas inmediatas a los usuarios sin que necesariamente tengan que hacer clic en una fuente externa. Esta transformación ha impactado directamente en las estrategias de contenido. Un dato elocuente es que las respuestas sintetizadas que ofrecen los motores de búsqueda han reducido los clics a los sitios web en casi un 35%. Esto evidencia que una parte sustancial del trabajo y la inversión de las empresas en sus plataformas en línea puede quedar anulada, ya que la inteligencia artificial extrae la información y la presenta de manera concisa antes de que el usuario tenga la oportunidad de visitar la fuente original.

¿La voz de la marca ya no es la única protagonista?

En esta nueva realidad, la interpretación algorítmica se ha convertido en un portavoz no autorizado de las compañías. Lo que las marcas dicen de sí mismas sigue siendo relevante, pero lo que realmente importa es lo que la IA percibe, procesa y comunica sobre ellas. Este desafío no implica descartar las estrategias de marketing existentes, sino complementarlas con un enfoque que tome en cuenta la forma en que los algoritmos interpretan y gestionan el contenido. La inteligencia artificial no solo modifica la comunicación, sino que se infiltra en toda la cadena de valor, desde la etapa inicial de descubrimiento hasta la interacción con los clientes a través de agentes conversacionales y la optimización de las operaciones de marketing.

Los expertos coinciden en que la verdadera clave no reside en la tecnología en sí misma, sino en la calidad y fiabilidad del contenido que se alimenta a la inteligencia artificial.

Se trata de proporcionar datos veraces, mensajes coherentes y narrativas que estén perfectamente alineadas con la identidad de la marca. Como bien lo explica Federico Isuani, estamos frente a una disrupción comparable a la llegada de internet o de las redes sociales, con la particularidad de que las máquinas ahora pueden actuar como portavoces de las marcas sin requerir su permiso. Por lo tanto, el reto para las empresas es aprender a gestionar no solo lo que comunican a las personas, sino también lo que los algoritmos asimilan sobre ellas. Las compañías que ignoren esta realidad corren el riesgo de volverse invisibles para los consumidores, ya que la inteligencia artificial podría simplemente no mencionarlas, o peor aún, hacerlo basándose en información incompleta o negativa.

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