
Estafas financieras: la amenaza de los deepfakes y anuncios falsos dirigidos a usuarios de redes sociales y grupos de WhatsApp
Por Redacción - 19 Junio 2025
El panorama de la ciberseguridad se ve constantemente desafiado por la creciente sofisticación de los fraudes digitales, un fenómeno que encuentra en las redes sociales un caldo de cultivo ideal. La proliferación de anuncios bancarios falsos en plataformas como Instagram no solo es una preocupación, sino una realidad que ha provocado pérdidas significativas para muchos usuarios. Los estafadores, con una audacia sin precedentes, emplean tácticas cada vez más pulidas para suplantar la identidad de instituciones financieras de renombre, como ha ocurrido con casos que imitan a grandes bancos globales y nacionales, con el objetivo primordial de despojar a las víctimas de su dinero y de sus datos más sensibles. Este escenario subraya la vital necesidad de una vigilancia constante y un escepticismo saludable por parte de los consumidores al interactuar con cualquier tipo de publicidad o mensaje en el entorno digital.
La estrategia que emplean estos ciberdelincuentes es multifacética, diseñada para engañar al usuario incauto de maneras cada vez más convincentes. Una de las tácticas más alarmantes es la utilización de Inteligencia Artificial para la creación de videos deepfake. Estas producciones audiovisuales, que pueden replicar con asombrosa fidelidad la imagen y voz de ejecutivos bancarios o figuras públicas, buscan manipular la percepción del usuario para obtener información personal valiosa. La clave de su éxito reside en la confianza generada por una apariencia de legitimidad que es casi imposible de discernir a primera vista. A la par, otra técnica prevalente es el uso de dominios typosquatting. Estos sitios web no solo copian minuciosamente la interfaz gráfica de los bancos legítimos, sino que también presentan nombres de dominio con variaciones sutiles –un carácter de más, una letra cambiada– que, para el ojo menos entrenado o apresurado, pasan completamente desapercibidos, llevando al usuario a creer que se encuentra en un portal seguro y autorizado.
Según BleepingComputer, los anuncios en Instagram, incluidos los videos deepfake, se hacen pasar por instituciones financieras confiables como Bank of Montreal (BMO) y EQ Bank (Equitable Bank) para estafar a las personas, según BleepingComputer
Te encuentras navegando por Instagram y un anuncio llama tu atención. Promete un rendimiento de interés bancario extraordinariamente elevado, algo que las ofertas tradicionales rara vez pueden igualar. Un ejemplo que se ha visto es el de supuestos "planes de ahorro" con rendimientos de hasta el 4.5% o incluso más, cifras que de inmediato deberían encender las alarmas. Al hacer clic en un botón como "Sí, quiero saber más" o "Acceder a mi cuenta", el usuario es dirigido a una página de inicio de sesión fraudulenta. Esta página, una réplica casi perfecta de la original de su banco, solicita las credenciales bancarias. En el momento en que se introducen estos datos, el control de la cuenta pasa directamente a los estafadores. En cuestión de minutos, pueden vaciar la cuenta bancaria, buscar la siguiente víctima y desaparecer sin dejar rastro, dejando tras de sí un rastro de daños financieros y emocionales.
La sofisticación de estos engaños se extiende a la suplantación de identidad de figuras reconocidas dentro del ámbito financiero.
Se han documentado casos en los que los estafadores crean perfiles y contenidos falsos atribuidos a gestores de patrimonio, economistas de renombre o incluso directivos de grandes fondos de inversión. El objetivo es capitalizar la credibilidad y el prestigio asociados a estas figuras para atraer a las víctimas. La promesa de acceder a "consejos de inversión exclusivos", "oportunidades de alto rendimiento" o unirse a un "grupo privado de inversión de WhatsApp" actúa como un señuelo increíblemente eficaz. Una vez dentro de estos grupos, los usuarios son bombardeados con información engañosa y presiones para invertir en esquemas Ponzi o para realizar transferencias a cuentas controladas por los estafadores.
La suplantación de identidad de empleados bancarios y de figuras de autoridad ha experimentado un auge preocupante.
Las representaciones que logran son, con frecuencia, muy convincentes, utilizando desde información pública hasta datos filtrados para personalizar sus ataques. Estos impostores no dudan en emplear tácticas de presión psicológica, exigiendo pagos inmediatos o acciones perentorias bajo la amenaza de graves consecuencias financieras o legales. Esta urgencia artificial busca nublar el juicio de las personas, induciéndolas a realizar transferencias de dinero a cuentas fraudulentas sin tiempo para verificar la autenticidad de la demanda. La prisa, en este contexto, es la mejor aliada del estafador. Datos recientes del Banco de España y la Policía Nacional indican que este tipo de fraudes sigue en aumento, con un crecimiento significativo en las denuncias por estafas online, donde la ingeniería social juega un papel fundamental.
La propagación de estos engaños no se limita a Instagram
Los grupos de inversión de WhatsApp se han consolidado como un cebo recurrente en diversas plataformas de redes sociales, incluyendo X (anteriormente Twitter) y Facebook, donde las invitaciones fraudulentas son una constante. Esta omnipresencia de las estafas subraya la necesidad imperiosa de que los usuarios adopten una postura de extrema cautela.
Es vital verificar siempre la autenticidad de las fuentes, desconfiar de cualquier oferta que parezca demasiado buena para ser verdad, y nunca, bajo ninguna circunstancia, compartir información personal o financiera a través de canales no verificados. La educación en ciberseguridad y la concienciación pública son las herramientas más potentes en la lucha contra esta marea creciente de fraude digital que busca explotar la confianza y el desconocimiento de los usuarios.

