
Por Redacción - 10 Junio 2025
El marketing móvil hace tiempo que dejó de ser una tendencia para convertirse en la piedra angular de las estrategias de empresas y marcas. Hoy, el móvil es el punto de contacto más directo, constante e influyente entre consumidores y marcas. Lejos de limitarse a ser una plataforma de acceso, el smartphone se ha transformado en un espacio de decisión, de consumo y de relación. Todo sucede en la palma de la mano: desde descubrir un producto, comparar opciones y tomar decisiones de compra hasta gestionar pagos, acceder a servicios o compartir experiencias.
El uso del móvil continúa en ascenso, no como novedad, sino como norma consolidada.
Según datos de Techgaged, en 2025, más del 67% del tráfico web global ya proviene de dispositivos móviles, y el comercio electrónico móvil (m-commerce) ya representa cerca del 75% de todas las ventas online. Esta realidad no solo confirma una preferencia de los usuarios, sino que redefine completamente cómo las marcas deben diseñar sus contenidos, plataformas, campañas y experiencias.
Las cifras lo dejan claro: el gasto global en publicidad móvil ha superado los 450 mil millones de dólares, impulsado por la eficiencia, la segmentación avanzada y el alto retorno que ofrece este canal. Las empresas que lideran el mercado no son necesariamente las más grandes, sino las que mejor comprenden cómo personalizar sus mensajes, adaptarse al comportamiento móvil y optimizar la experiencia desde la primera impresión hasta la conversión final. Geográficamente, Asia continúa marcando el ritmo, con países como India, China e Indonesia liderando en consumo móvil. Pero el fenómeno es global: en América Latina, Europa y África, la conectividad móvil sigue siendo el principal motor de inclusión digital. Esto obliga a las marcas a adaptar sus estrategias no solo a nivel técnico, sino también cultural, entendiendo los patrones de uso, las apps más populares, las plataformas dominantes y las expectativas locales.

Todos los sectores abrazan el móvil
Sectores como el turismo, el transporte, el ocio, la restauración, la gastronomía y el deporte —por nombrar solo algunos— han acelerado su transformación digital para responder al auge imparable del consumidor móvil. La relación entre marcas y usuarios ya no se limita a la comunicación unidireccional: ahora se construye en tiempo real, con experiencias personalizadas, accesibles y, sobre todo, diseñadas para el ecosistema móvil. Reservar un vuelo, pedir comida, escuchar música, comprar entradas o seguir un partido en directo son hoy acciones cotidianas que ocurren, casi exclusivamente, desde un smartphone.
El turismo, por ejemplo, ha abrazado la movilidad con herramientas que permiten desde comparar vuelos hasta hacer check-in en el hotel sin pasar por recepción. En el transporte, aplicaciones como Uber o Cabify han redefinido la forma en que las personas se desplazan, mientras que otras, como Moovit, optimizan los trayectos en transporte público. En el ámbito del ocio, los servicios de streaming y su consumo a través del móvil sigue aumentando día a día, mientras que los videojuegos móviles rivalizan con las consolas tradicionales. La gastronomía también se ha digitalizado: pedir comida a domicilio, consultar menús desde un código QR o reservar mesa en segundos son ya prácticas comunes. Y en el mundo deportivo, desde seguir competiciones en directo hasta entrenar con apps personalizadas o reservar pistas, el móvil se ha convertido en el entrenador, el estadio y el marcador en un solo dispositivo.
Tendencias y estrategias omnicanal
Entre las tendencias más destacadas, la publicidad in-app sigue ganando terreno y se posiciona como la modalidad dominante: se estima que representará el 81.9% de toda la inversión publicitaria en dispositivos móviles. Este auge refleja un cambio en los hábitos de consumo digital, donde las aplicaciones móviles concentran gran parte del tiempo de los usuarios.
El formato de video corto, popularizado por plataformas como TikTok, Instagram Reels y YouTube Shorts, sigue marcando el ritmo de la creatividad móvil. Según los especialistas, el 90% de quienes ya lo utilizan tienen previsto mantener o incluso aumentar su inversión en este tipo de contenido, debido a su alta capacidad de captación y retención. Al mismo tiempo, el contenido generado por los usuarios (UGC) cobra más relevancia, ya que el público lo percibe como más auténtico y confiable, influyendo directamente en sus decisiones de compra.

La personalización del contenido continúa siendo un pilar clave en las estrategias móviles. Gracias a la recopilación de datos de primera parte, las marcas desarrollan mensajes más afines a los intereses y comportamientos de los consumidores, aumentando la efectividad de los anuncios y fortaleciendo la relación marca-usuario. En paralelo, el video en vivo a través del móvil mantiene su vigencia como herramienta para conectar en tiempo real con las audiencias, ofreciendo una vía directa para generar interacción y obtener retroalimentación instantánea.
Otra de las tendencias que gana fuerza es el desarrollo de experiencias inmersivas a través de tecnologías como la realidad aumentada (RA), que permiten a las marcas ofrecer vivencias interactivas y memorables desde los dispositivos móviles. Estas iniciativas buscan no solo sorprender al usuario, sino también fortalecer el vínculo emocional con la marca.
Durante 2025, el gasto global en publicidad móvil podría superar los 400 mil millones de dólares, con algunas estimaciones que lo sitúan incluso en 433.7 mil millones.
Esta expansión se ve impulsada por el crecimiento sostenido del m-commerce, que se espera represente el 72.9% de todas las ventas de comercio electrónico a nivel mundial. En este entorno, tecnologías como la inteligencia artificial y el aprendizaje automático dejarán de ser una promesa para convertirse en herramientas imprescindibles. Su aplicación permitirá optimizar campañas en tiempo real, aplicar modelos de predicción más certeros y ofrecer experiencias hiperpersonalizadas. Por otro lado, los métodos de pago también evolucionarán, con una creciente adopción de monederos móviles y sistemas basados en códigos QR que simplifican las transacciones. A esto se suma una mayor sofisticación del marketing basado en la ubicación, que permitirá entregar mensajes más relevantes en el momento y lugar adecuados.
Por supuesto, la integración omnicanal será otro de los principales pilares de las estrategias de marketing móvil, en un esfuerzo por ofrecer a los usuarios una experiencia fluida y coherente entre plataformas. Frente al aumento de los costos de adquisición y las restricciones en la medición, los equipos de marketing pondrán más énfasis en indicadores como el retorno sobre la inversión publicitaria (ROAS) y el valor de vida del cliente (LTV). Por último, el contenido interactivo y “shoppable” ganará protagonismo, permitiendo que los usuarios compren directamente desde los videos y otros formatos, cerrando así el ciclo de atención, interés y conversión en el mismo entorno móvil. Además, el entorno regulatorio, cada vez más exigente en materia de privacidad, está impulsando a las marcas a centrarse en los datos de calidad como fuente confiable para personalizar experiencias sin comprometer la confianza del consumidor. En paralelo, se buscará enriquecer las experiencias dentro de las propias aplicaciones, utilizando técnicas como el deep linking y estrategias de SMS marketing para aumentar la retención y el uso de apps.

