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Como el tiempo veraniego en primavera está afectando a consumidores, empresa y marcas

Los consumidores se sienten mucho más inclinados a comprar cuando hace mucho mejor tiempo

Por Redacción - 28 Marzo 2019

El último domingo, la costa gallega se enfrentaba a un tiempo casi de verano a pesar de que, en realidad, se estuviese estrenando la primavera. Las temperaturas rondaban los 20 grados, el cielo estaba despejado y los ciudadanos se fueron en masa a la playa. En la playa urbana de Samil, en Vigo, no eran muchos los que se habían aventurado a entrar en el agua, pero sí eran masas las que paseaban por el paseo que discurre paralelo a la playa. Aquello parecía un primer día de rebajas o un día cumbre de la campaña navideña.

El tiempo es especialmente inesperado en Galicia, con máximas y cielos despejados que eran los más destacados del mapa del tiempo en algunos días, algo que no es habitual en estas fechas, pero lo cierto es que los pronósticos meteorológicos positivos no solo afectaban a esa comunidad autónoma. Prácticamente toda España estaba teniendo un tiempo veraniego, días de sol y cielos despejados acompañados de temperaturas cálidas y agradables. En el último fin de semana, de hecho, la AEMET ya alertaba de que las temperaturas serían como "propias de finales de mayo o principios de junio". La agencia recordaba que ese espléndido buen tiempo no era, en realidad, lo normal.

El impacto que los días de calor han tenido ya en las ventas

El buen tiempo inesperado sirve para hablar del cambio climático y de cómo están modificándose las cosas, pero lo cierto es que no tiene un impacto solo en este terreno. Los días de sol y calor también tocan a las marcas y a las empresas y afectan a sus estrategias y sus resultados.

De hecho, como acaba de demostrar un estudio de IMRG Capgemini eRetail Sales Index, el buen tiempo hace que los consumidores acaben comprando más y da una especie de nueva vida al retail. Las conclusiones del estudio parten de los datos de ventas en comercio electrónico en Reino Unido en el mes de febrero, pero sirven fácilmente para comprender lo que ocurre en el resto de mercados que están viendo situaciones parecidas.

En febrero, y gracias a un tiempo excepcionalmente cálido, las ventas crecieron en un 9,4% frente al mismo mes del año anterior. Puede parecer una cifra tampoco tan llamativa, pero lo fue: el crecimiento era el más elevado de los últimos seis meses. Que el buen tiempo era el que marcaba la agenda y lo que empujaba a los consumidores a comprar más se ve bastante claro cuando se miran las categorías que presentaron mejores datos. El sector de jardinería creció en un 33,3% y de salud y belleza en un 13,4%.

Cómo usar el buen tiempo para incentivar el consumo

A eso se suman otros elementos que impactan en cómo consumimos y que pueden hacer que las marcas y las empresas aprovechen mejor el buen tiempo. La ropa más veraniega tiene un cierto elemento aspiracional. Como explican en Forbes, la asociamos rápidamente al verano, a las vacaciones y a las salidas y la vida social.

Por tanto, cuando la compramos, estamos comprando también la llave para todo eso. Ese es el sentimiento que domina en las primeras compras cuando aparece el buen tiempo. Es decir, los primeros rayos de sol y las primeras subidas de temperatura tienen un impacto psicológico. En cuanto empieza a hacer buen tiempo, nos lanzamos a comprar ropa de verano con la promesa de lo que nos espera y de lo que disfrutaremos. De hecho, en el mercado estadounidense, el mes con pico de ventas de bañadores en 2018 fue abril.

Otros cambios que llegan en estas fechas también impactan en el consumo. Los datos de lo que ocurre en EEUU con el cambio de hora apuntan a que es más probable que los consumidores se paren en una o dos tiendas de camino a casa cuando entra en vigor el horario de verano, porque la luz solar les resulta más invitadora para hacerlo. Si ya está oscuro cuando salen de trabajar, es más probable que directamente se vayan a casa.

Igualmente, el tiempo cálido suele aumentar el tráfico a pie en las calles comerciales y también generar un mejor estado de ánimo entre los consumidores, que suelen estar mucho más optimistas y más abiertos a hacer cosas. De hecho, el impacto que la luz del sol tiene en la predisposición para comprar ciertas cosas hace que algunas tiendas intenten simular la luz solar en su iluminación durante todo el año.

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