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Twitter, Facebook y los problemas de cálculo de las redes sociales

Twitter reconoce que lleva tres años midiendo mal su número de usuarios activos mensuales.

Por Redacción - 30 Octubre 2017

Twitter acaba de presentar resultados financieros. La noticia dio como siempre para unos cuantos análisis sobre datos económicos y para que la bolsa respondiese a la cuestión, pero además sirvió para desvelar otra cosa, otra cosa un tanto inesperada. Twitter acaba de reconocer que lleva tres años contando mal su número de usuarios.

La compañía acaba de reconocer que ha estado contando durante los tres últimos años a los usuarios que usan apps de terceros como usuarios activos mensuales. La red social ha reajustado sus cuentas de usuarios de los tres últimos trimestres, pero a pesar de ello la cuestión ya está ahí. Twitter ha fallado en lo que más preocupa a los inversores: los números.

El efecto es bastante importante, como recuerdan en TechCrunch. La situación ha hecho que en determinados momentos el número de usuarios activos mensuales estuviese hinchado en dos millones de usuarios (que en realidad no eran los que deberían ser). Dos millones no parece tantos usuarios cuando se habla de totales y de totales del universo de las rede sociales, pero para Twitter son un serio problema.

Por un lado, su cifra de usuarios (algo más de 300 millones) no es tan elevada como la de otras redes sociales. Por otro lado, y esta es la cuestión más importante, los últimos trimestres no han sido nada buenos para Twitter, que presentó incluso crecimiento cero, lo que hace que un usuario más o un usuario menos sea un dato especialmente significativo.

Facebook también tuvo problemas

La cuestión hace además que se vuelvan a traer a la mesa otros problemas de cifras y de contabilidad que han tenido en los últimos tiempos las redes sociales. A Facebook se la ha acusado hace unas semanas de tener números imposibles. La compañía asegura tener unas cantidades de usuarios que encajan en una demografía que son incompatibles con los números del censo. Para los anunciantes (y para los medios), la cuestión fue bastante polémica.

Lo fue, sobre todo, porque este no era el primer error que Facebook mostraba en relación a sus números. De hecho, se podría decir que en los primeros meses de 2017 los grandes escándalos de Facebook estuvieron ligados a los problemas de cálculo. Cerró 2016 reconociendo que había medido mal los resultados que presentaba a anunciantes (midieron clics de más en visitas a anunciantes) y continuó mostrando divergencias en datos de engagement. Antes había contado mal las reproducciones de anuncios de vídeo.

Facebook tuvo que abrir la puerta a los auditores externos y empezar a permitir a terceros medir los resultados de sus anuncios. Parecía la única solución válida, ya que tras los diferentes escándalos los anunciantes estaban en pie de guerra. La compañía, que funciona como una suerte de jardín cerrado en el que es difícil ver desde fuera las cosas, había sido puesta en tela de juicio y perder la confianza de los anunciantes era algo que no se podía permitir.

Jardines cerrados y problemas de confianza

Y este es de hecho el gran problema de las redes sociales: son universos cerrados en el que los datos son los que las compañías del sector ofrecen. Para los anunciantes, la cuestión es complicada y muy criticable, ya que quienes están auditando lo que pasa son quienes protagonizan lo que pasa. Tienen que fiarse de esas compañías, pero escándalos y datos como estos hacen que la confianza sea un tema bastante espinoso.

Los anunciantes se fían cada vez menos de las redes sociales, ya que no solo no tienen nada claro cómo sus algoritmos toman las decisiones sino que además sienten que no tienen las garantías que querrían.

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