Artículo Comercio electrónico

Supermercados online y reparto a domicilio: el próximo gran campo de batalla del ecommerce

Google acaba de entrar en la carrera para ser el super online del futuro

Por Redacción - 9 Septiembre 2015

La próxima gran guerra del comercio electrónico puede cubrir un terreno de juego que no es el que hasta ahora ha protagonizado todas las grandes batallas. Los gigantes de la red están afilando sus garras en un espacio que hasta ahora está por explotar: el de la compra semanal. Los grandes de internet quieren entrar en la guerra por ser el próximo supermercado de cabecera del consumidor.

El último gran nombre en unirse a la guerra de los supermercados online es Google. Como suele ser habitual, el servicio empezará en prueba y en una ciudad estadounidense. San Francisco será la primera ciudad en la que Google probará el servicio, aunque habrá otra más en la prueba (una de la que aún no se conocen más detalles). Google no creará una infraestructura propia de supermercado, sino que se aliará con supermercados locales que serán los que darán los productos. Las cadenas Whole Foods Market y Costco Wholesale serán las primeras aliadas de Google.

Google está entrando poco a poco en el mercado del comercio electrónico mediante el atractivo de gestionar la entrega porque, como publica AdAge, esto se ha convertido en una fuente de tráfico directo para sus sites. Además, de este modo Google consigue entrar en un mercado con cifras de crecimiento bastante interesantes (la venta de alimentación en internet es por ahora una industria que solo mueve 10.900 millones de dólares en Estados Unidos, pero de la que se espera que crezca a un ratio anual de un 9,6% de aquí a 2019).

Igualmente, el movimiento lo pone a competir con el que es uno de sus grandes oponentes en la batalla para hacerse con el dominio de internet, Amazon. No es además el primer paso que Google da para luchar contra Amazon en el terreno en el que esta domina. La compañía también está detrás de Google Express, un servicio por ahora solo disponible en algunas ciudades de Estados Unidos y que convierte (como es la idea en supermercados) a Google en un intermediario en ecommerce. Google se encarga de gestionar la entrega de productos comprados en ciertas tiendas online. Las tarifas son bajas (10 dólares al mes) y la entrega se realiza en el mismo día.

Amazon, el grande que lidera la batalla de la alimentación

Amazon ha ido incorporando diferentes productos y servicios en sus ofertas de comercio electrónico y ha dejado por tanto de ser, hace ya bastante tiempo, simplemente una firma que vende libros online. La compañía es uno de los gigantes del comercio electrónico y, como tal, era de esperar que también estuviese compitiendo en el mercado de la alimentación a domicilio.

Amazon Fresh, que opera ya en algunas ciudades de Estados Unidos, es un supermercado online como otro cualquiera, solo que uno operado por el gigante del comercio electrónico. La firma ha ido además ampliando en los últimos tiempos lo que vende en cuestiones de alimentación y acaba de añadir servicio de comida a domicilio, al estilo de Just-Eat y sus competidores, que sirve, por el momento, solo en Seattle.

La posición de Amazon en el mercado de los supermercados online es la más asentada de la de los gigantes de internet en este tipo de ecommrce y además es la que le permite jugar en ligas ya muy diferentes a las que juegan otras compañías del sector. Mientras Google está, de hecho, probando cómo van las cosas en Estados Unidos, Amazon está ya pensando en llevar su oferta de super online a otros mercados, como el europeo.

El verano estuvo lleno de rumores y de hechos. Así, este verano se filtró el hecho de que Amazon había alquilado un almacén en una zona muy bien situada en Londres y que antes había servido como almacén de distribución para Tesco, la cadena de supermercados por excelencia en Reino Unido. La posición funcionó como fuel para las especulaciones y se empezó a dar por hecho que Amazon se iba a lanzar al mercado de los supermercados en la capital británica. Al fin y al cabo, sería solo un paso natural ya que, en Reino Unido, la compañía ya distribuye productos no perecederos de supermercado, como pueden ser te, pasta de dientes o detergente.

No es el único rumor ni el único hecho que ha llevado a pensar a los consumidores que Amazon está a punto de caer con su división de frescos en Europa. También este verano la home de Amazon.es mostraba, como uno de los productos más vistos del día, un paquete de salsa de tomate. La imagen saltó a Twitter, fue retuiteada por algunos tuiteros interesados en ecommerce y sirvió para generar cierta especulación sobre lo que iba a pasar. Según la prensa especializada, Amazon sí estaría planeando abrir Amazon Fresh en España y hacerlo de forma además inminente. La compañía planea, según estas fuentes, abrir en los próximos meses y habría estado, en verano, intentando fichar al personal especializado necesario. La compañía empezaría por Madrid como escenario para su supermercado online.

Supermercados españoles, renovarse ¿o morir?

La guerra de estrategias de las grandes marcas de internet en el mercado de la alimentación y, sobre todo, su posible llegada a Europa y especialmente a España podría suponer un cambio en la situación de mercado y sobre todo un golpe bastante importante para las compañías que están operando en el mercado estatal. Porque, como quien haya intentado hacer la compra alguna vez en internet sabe, aunque las opciones son muchas (muchas son las grandes cadenas estatales y las más pequeñas de ámbito autonómico que han abierto super online) la experiencia en líneas generales deja mucho que desear.

Para empezar, casi todas las compañías cobran unos gastos de envío que, al consumidor, posiblemente le parecerán excesivos. Los precios suelen superar los seis euros y no muchos son los que reducen cantidades cuando las cifras totales de compra superan ciertos totales. Las cantidades elevadas de gastos de envío no son además patrimonio de las pequeñas marcas (de hecho, muchas de ellas son las que ofrecen condiciones de envío más favorables) sino que las grandes cadenas de supermercado, incluidas las líderes del mercado, tienen tarifas de envío y manipulación muy elevadas. Hacer la compra online en Mercadona sale, por ejemplo, en 7,21 euros. El Corte Inglés e Hipercor están entre los 6 a 8 euros.

Ese no es el único problema que tienen los supermercados en su experiencia ecommerce. El servicio está muy limitado a niveles geográficos y solo cubre zonas concretas de la geografía española. Incluso en ciertas ciudades puede resultar problemático conseguir que sirvan la compra en algunos barrios y zonas concretos (lo que puede ocurrir, por ejemplo, en las ciudades con cascos históricos monumentales eminentemente peatonales). Los supermercados no solo tienen una presencia limitada sino que además su presencia virtual también lo es. Son pocos los que tienen servicios de atención al cliente online (por no decir ninguno) y son muchos los que tienen un diseño de tienda digno de los comienzos de la red. No hay más que ver, por ejemplo, el diseño de la versión online del supermercado de Mercadona.

Por el momento, por otro lado, los intentos de crear compañías especializadas y limitadas al mercado de la compra no han tenido mucho éxito en España. Algunas firmas lo intentaron, como fue el caso de Alice.es, pero acabaron echando el cierre. Claro que sus aventuras empresariales fueron años atrás (Alice.es cerró en 2012) y el mercado del comercio electrónico en España está mucho más maduro ahora mismo. Además, el hecho de que los grandes de internet puedan entrar en el mercado podría hacer que las cosas variasen, ya que tienen detrás el gran poder de su marca y crearían unas nuevas condiciones de juego. No hay que perder de vista el efecto que Amazon tuvo cuando llegó al mercado del ecommerce español hace unos años.

Igualmente, estas marcas impondrían una filosofía distinta y unas reglas del juego mucho más acordes con las necesidades de los consumidores de ecommerce, imponiendo gastos de envío más bajos y tiempos más cortos en las entregas. Su único problema podría ser, sin embargo, competir con la fortaleza física de los supermercados. Ellos no tienen una cadena de tiendas físicas a la que echar mano repartida por la geografía española.

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