Artículo Email marketing

Errores que marcas y empresas no deberían cometer con sus promociones en email marketing

Por Redacción - 22 Enero 2018

El email marketing es una poderosa herramienta para conectar con el consumidor de forma directa y para lograr ofrecerle de un modo personal lo que puede funcionar con ellos. Sin embargo, igual que tiene estas ventajas, tiene sus inconvenientes y es también fuente potencial para cometer errores y acabar lastrando la relación con los consumidores, especialmente en lo que a ofertas y promociones se refiere.

Las ofertas son un buen cebo para lograr que el consumidor abra el mail que acaba de recibir, en lugar de mandarlo directamente a la papelera de reciclaje. Bien organizadas pueden convertirse en un elemento muy positivo, que genera un buen ROI. Mal organizadas, pueden ser una fuente de problemas. Por tanto, las marcas y las empresas deberían tratar de evitar ciertos errores y ciertas acciones que solo harán que sus relaciones con los consumidores se resientan.

No insistas con promociones que ya no están operativas

Una de las campañas que llegó a mi bandeja de correo electrónico en la recta final de las Navidades era de una tienda online de fotografía. Hasta el 7 de enero había una serie de descuentos que podían ser aprovechados. El mail fue reenviado varias veces antes de que la oferta acabase en la fecha en cuestión… pero ha sido enviado otras cuantas veces más desde entonces, a pesar de que cuando se abre el mail vuelve a aparecer que la oferta está operativa solo hasta el 7 de enero. ¿Se han olvidado de cambiar la creatividad? ¿Es simplemente una manera de mantener la atención con una oferta que no existe? Sea como sea, es bastante frustrante y hace que la imagen de marca de quien envía la promoción no salga nada beneficiada.

Y no mandes promociones que no están activas

Algo similar ocurre cuando se envía el emailing de la promoción demasiado pronto. Se quiere tener al consumidor preparado y dispuesto para comprar lo que toque y se quiere generar expectativa, pero esto también tiene que hacerse con mano izquierda y con cuidado. Nada más frustrante para los consumidores que hacer clic en esa gran oferta y descubrir que la página da error o que aún no se puede acceder a ella. Con ello solo se logrará quemar la oferta sin que el consumidor la use para adquirir nada.

O que no sean exactamente lo que está en la web

Otra experiencia muy frustrante para los consumidores en lo que a email marketing y ofertas se refiere es encontrar divergencias. Esto es, recibir un mail que promete una cosa, pero encontrar cuando visita la web de quien se lo envía que las condiciones son otras o que la información del correo electrónico era confusa o engañosa. Igualmente, hará que el consumidor tenga una peor imagen de quien le ha enviado el mail y no se logrará cumplir con las intenciones de la campaña.

Solo envía promociones que interesen al consumidor que las recibe

Por otro lado, y en el universo de los datos y en el que es más fácil que nunca conocer al consumidor, no tiene sentido enviar mensajes de email marketing que no encajen con quien los recibe. Si se sabe ya cómo es ese consumidor y cuáles han sido sus hábitos de compra hasta el momento, ¿por qué enviarle una promoción que nada tiene que ver con lo que suele comprar y con sus características habituales?

Y no de productos que ya han comprado

Otro fallo muy recurrente - y que debería ser evitado - ligado a este punto anterior está en el enviar campañas de email marketing ligadas a productos que el consumidor ya posee. A veces la culpa es del retargeting. Otras veces es simplemente que el producto en cuestión entra en promoción. Sea como sea, hay que cruzar bases de datos y evitar a ese consumidor que ya ha comprado ese producto en el pasado, especialmente cuando el precio de la nueva oferta es mucho mejor. Hará que se sienta poco hábil por haber comprado el producto cuando lo hizo.

Explica bien qué incluye y qué no la promoción en cuestión

Y, finalmente, hay que dejar claro qué es lo que ofrece y cómo y no jugar al despiste metiendo las cosas en la letra pequeña, especialmente teniendo en cuenta que los consumidores leerán por encima y verán, por tanto, posiblemente lo que quieran ver. Simplificar las cosas es importante para que, llegado el momento de la compra, no se llamen a error y se enfrenten a decepciones.

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