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¿Por qué nos gustan tanto las infografías y por qué las empresas deberían tenerlo en cuenta?

Claves sobre el éxito de las infografías en empresas y consumidores

Por Redacción - 20 Febrero 2015

El marketing de contenidos es una de las principales estrategias que hoy en día utilizan las empresas para acceder a sus potenciales clientes a través del medio online. Sin embargo, dentro del concepto contenidos existen diferentes tipologías y formatos. Así, uno de los que más éxito tienen son las infografías. Y es que cada vez son más las empresas y anunciantes, independientemente del sector al que pertenezcan, que se decantan por esta fórmula que combina imágenes y textos a la hora de ofrecer la información corporativa.

¿A qué se debe este cambio de tendencia? ¿Qué rol desempeña la percepción de los consumidores en él? ¿Se trata de un soporte que ha tocado techo? Lo cierto es que son muchos los interrogantes que plantean las infografías, como también son numerosas las respuestas que pueden darse al respecto. Es por ello que a continuación analizamos las cinco claves que consideramos básicas sobre el éxito de las infografías en empresas y consumidores.

Aumento de la información visual

Las infografías se encuentran en cualquier lugar al que vayamos, pero lo cierto es que el contenido visual al que nos enfrentamos diariamente ha crecido notablemente en los últimos años. Así, desde 1990 lo visual ha aumentado un 400% en la literatura, un 990% en internet desde 2007 y un 142% en periódicos entre 1985 y 1994.

Ello se debe a que estamos interconectados visualmente. De hecho, la mitad del conocimiento al que accedemos está envuelto en un proceso de imágenes y el 70% de nuestra sensibilidad está marcada por la vista. De igual manera, solo requerimos una décima de segundo para entender una escena a través de la mirada puesto que solo nos lleva 150 milésimas de segundo procesar un símbolo y 100 darle significado.

Sobreexposición de información

Del mismo modo, las infografías nos ayudan a afrontar un proceso al que la sociedad de la información nos conduce inevitablemente: la sobrecarga de información. Así, hoy en día recibimos cinco veces más información de la que teníamos en 1985.

En paralelo, es llamativo que solo fuera de la jornada de trabajo, es decir, durante nuestro ocio, consumimos 34 gigabites de información, esto es: más de 100.500 palabras. De igual modo, únicamente se lee el 28% de las palabras que se publican en una página web, por lo que las infografías ayudan a digerir esta información y que no se pierda el contenido más relevante.

Ayudan a retener la información

Con estos datos, no es de extrañar que necesitemos formatos y soportes que nos ayuden a retener la información rápidamente. Para ello, se basan en el color, que incrementa nuestra voluntad de leer en un 80%, según estimaciones de los expertos.

En la misma línea, diversos estudios han revelado que la información que se extiende a través del texto únicamente es entendida en un 70% mientras que si esta contiene imágenes y texto el porcentaje se incrementa hasta el 90%. En paralelo, otros analistas señalan que las personas entendemos las directrices de un texto 323 veces más rápido si este contiene ilustraciones.

Son más persuasivas

Pero lo que realmente importa a las empresas es porqué las infografías se configuran como una buena herramienta de marketing. Así, estas se caracterizan por ser altamente persuasivas. En concreto, las personas si asistimos a una presentación oral somos persuadidos en un 50% si solo se lleva a cabo una charla.

Por el contrario, el grado de persuasión trepa hasta el 67% en los casos en que la presentación se sostiene además por imágenes. Ello es consecuencia de que la gente tiende a creer más aquello que ve que lo que le cuentan.

Son más fáciles de recordar

Las infografías contienen un alto grado de imagen y las imágenes son los conceptos que más recordamos. De ahí que se constituyan como una buena solución para que las empresas vendan más, puesto que los clientes las recuerdan con facilidad. Ello se debe a que somos capaces de memorizar un 10% de lo que oímos. Por el contrario, el recuerdo aumenta al 20% si se ha leído y, como no podía ser de otra manera, este es del 80% en los casos en que recordamos lo que hemos visto.

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