Por Redacción - 16 Diciembre 2025
Las grandes marcas internacionales están recurriendo cada vez más a fondos de capital privado para mantener y expandir sus operaciones en China, un mercado que se ha vuelto cada vez más complejo y competitivo. La combinación de un crecimiento económico más lento, la fuerte competencia de marcas locales y la incertidumbre geopolítica está obligando a estas empresas a replantearse sus estrategias tradicionales en el país.
China, que durante años fue un motor de crecimiento global para muchas compañías extranjeras, ahora presenta desafíos estructurales: las ventas de algunas marcas han estancado, los consumidores muestran preferencias cada vez más localizadas, y la competencia de empresas chinas ágiles y bien capitalizadas ha reducido la ventaja de las marcas internacionales. En este contexto, los fondos de private equity se han convertido en aliados estratégicos, capaces de aportar capital fresco, experiencia local y agilidad para tomar decisiones críticas en un entorno que cambia rápidamente.
Entre los casos más emblemáticos está Starbucks, que recientemente vendió el 60 % de su negocio en China a Boyu Capital, un fondo con sede en Hong Kong, con el objetivo de acelerar la expansión de sus tiendas y adaptar mejor su oferta al mercado local. Marcas como Häagen‑Dazs, Decathlon, Costa Coffee, Peet’s y Lawson también están considerando modelos similares, evaluando ventas parciales de sus operaciones o la creación de joint ventures con socios locales especializados.
Los expertos destacan que esta tendencia refleja un cambio estructural profundo: la reputación global ya no garantiza el éxito. Para prosperar en China, las marcas extranjeras necesitan alianzas estratégicas que les permitan combinar su know-how internacional con el entendimiento profundo del mercado local. Los fondos de private equity, además de inyectar capital, ofrecen conocimientos sobre consumo, regulación y logística, elementos críticos para operar eficientemente en un entorno tan dinámico.
“La estrategia tradicional de abrir tiendas y esperar que la marca atraiga clientes ya no funciona”, señala Liu Wei, analista de mercados asiáticos. “Ahora es vital tener un socio local que comprenda los gustos del consumidor chino, la competencia emergente y la dinámica regulatoria. De lo contrario, incluso marcas sólidas corren el riesgo de perder relevancia rápidamente”.
Más allá de las finanzas, esta tendencia también tiene implicaciones culturales y de gestión: las empresas deben equilibrar su identidad global con la adaptación local, capacitar equipos para responder con rapidez y construir experiencias de marca que resuenen en el consumidor chino moderno.
La búsqueda de socios de capital privado es también una estrategia para reducir riesgos: en lugar de abandonar completamente China, las empresas buscan compartir la carga financiera y operativa mientras conservan presencia en un mercado que sigue siendo estratégico a largo plazo.
En los próximos años, se espera que esta tendencia se intensifique, con más marcas explorando acuerdos estratégicos, fusiones parciales y alianzas locales que les permitan no solo sobrevivir, sino también prosperar en un mercado cada vez más competitivo y sofisticado. China continúa siendo un terreno de oportunidades, pero también un desafío que exige flexibilidad, innovación y colaboración estratégica.












