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El imparable ascenso de la marca BYD y el reajuste del mercado automovilístico global

BYD reescribe la historia del motor y escala al cuarto puesto mundial superando a gigantes como Hyundai y Honda

Por Redacción - 21 Octubre 2025

El tablero del mercado automovilístico mundial experimenta una profunda y veloz transformación, marcada significativamente por el ímpetu de los fabricantes de origen chino. Los primeros seis meses de 2025 han certificado un reajuste histórico en el ranking de ventas, impulsado por una demanda global que ha crecido un 3,8% respecto al mismo periodo del año anterior, totalizando 45,2 millones de coches nuevos vendidos. Este crecimiento, si bien es moderado, es un testimonio de la capacidad de las marcas asiáticas para compensar la ralentización o el retroceso que experimentan algunas firmas históricamente asentadas.

En la cúspide de esta clasificación global, que integra también los vehículos industriales pesados, Toyota retiene su liderazgo indiscutible. La compañía japonesa vendió 4,73 millones de vehículos, afianzando una posición que implica que uno de cada diez coches nuevos vendidos en el planeta lleva su emblema, superando sus propios registros de 2024. Este rendimiento subraya la resiliencia de Toyota frente a una competencia que se torna cada vez más intensa, especialmente desde Oriente. A continuación, Volkswagen y Ford mantienen sus posiciones, aunque es el sorprendente ascenso de BYD lo que realmente acapara el foco de atención periodístico.

La irrupción de BYD en el top 5 mundial

La firma china BYD ha protagonizado el movimiento más significativo de este semestre, escalando hasta el cuarto puesto mundial y superando a gigantes de la talla de Hyundai, Honda, Nissan, Suzuki y Kia. Este logro resulta notable para una marca que, hasta hace muy poco, mantenía una presencia muy limitada fuera de sus fronteras. En la primera mitad de 2025, BYD ha comercializado algo más de dos millones de vehículos, reflejando un incremento interanual del 31%. Estas cifras, que no incluyen a sus submarcas como Denza, Fang Cheng Bao o Yang Wang, ilustran la dimensión real de su crecimiento.

El éxito de BYD se explica, en gran medida, por su sólida estrategia de exportación. Este auge internacional ha logrado mitigar los desafíos de su mercado doméstico, donde una agresiva guerra de precios ha intensificado la competencia interna entre fabricantes nacionales. Fuera de China, la marca está cosechando resultados excepcionales en regiones como el Sudeste Asiático (con Tailandia y Malasia a la cabeza), América Latina (destacando Brasil y México), e incluso en Europa (con buen desempeño en Reino Unido e Italia). Este acelerado ritmo de expansión está forzando a la compañía a establecer nuevas plantas de producción, sugiriendo que BYD podría llegar a desafiar la posición de Ford antes de que concluya el año.

Contraste en el mercado global y reveses para los tradicionales

Si bien BYD es la única enseña china que ha irrumpido en el top ten global, el empuje de otros grupos asiáticos como Geely merece mención aparte. Geely experimentó un crecimiento espectacular del 59% en sus ventas semestrales, aproximándose al millón de unidades, impulsado por submarcas de éxito como Galaxy y por modelos clave como el Xingyuan, que se ha consolidado como el vehículo más vendido en China. Este dinamismo oriental contrasta con el panorama que enfrentan varias marcas históricas.

En el lado opuesto de la balanza, Nissan se encuentra entre las compañías que han experimentado un mayor retroceso, con una caída de ventas del 7,3%, alcanzando 1,62 millones de vehículos. La marca japonesa sigue inmersa en dificultades financieras y cediendo cuota de mercado en áreas consideradas estratégicas, incluyendo Norteamérica, su propio mercado doméstico en Japón y China. Honda padece una situación similar, con un descenso del 7,4% en 1,66 millones de unidades, principalmente a causa de la baja competitividad de su oferta de vehículos electrificados en el mercado chino. Asimismo, Mercedes-Benz y Audi también registraron retrocesos, viéndose penalizadas por la desaceleración de las ventas, particularmente en la República Popular China.

España se posiciona como el próximo eje productivo europeo de BYD

La estrategia de expansión de BYD en el Viejo Continente ha entrado en una fase de consolidación industrial, y España se perfila con una ventaja significativa para acoger la que sería su tercera fábrica europea, tras los anuncios ya realizados para Hungría y Turquía. Una decisión, cuya confirmación podría llegar antes de que finalice 2025, que reforzaría la proyección del mayor fabricante global de vehículos eléctricos y situaría a la nación ibérica en una posición clave dentro del mapa de la movilidad futura.

La estrategia industrial en Europa se desarrolla con notable celeridad y precisión. Tras cimentar su liderazgo en Asia y en el segmento mundial de vehículos de nueva energía (NEV), la ambición de la marca china se centra ahora en establecer una base productiva robusta en suelo europeo. Hungría fue la primera parada, enfocada en turismos y vehículos comerciales eléctricos. Turquía siguió, con una inversión significativa y una capacidad productiva proyectada en cerca de 150.000 unidades anuales. Ahora, España se presenta como la siguiente gran pieza de este complejo industrial.

Fuentes cercanas al sector confirman que BYD valora altamente la posición geográfica peninsular, su infraestructura logística, la eficiencia energética y el ecosistema automovilístico preexistente. Elementos como la extensa red de proveedores especializados, la disponibilidad de suelo industrial adecuado y la decidida apuesta del país por las energías renovables configuran a España como una opción altamente atractiva para la multinacional.

El volumen de BYD respalda la relevancia de esta posible inversión. En 2024, el grupo chino rozó la producción de 4,3 millones de NEV, abarcando tanto eléctricos puros como híbridos enchufables, de los cuales cerca de 1,8 millones fueron completamente eléctricos, asegurando su liderazgo en este segmento a nivel global. BYD no solo presiona a Tesla, su principal competidor global, sino que también ejerce una influencia creciente sobre grupos tradicionales como Volkswagen, Toyota o Stellantis en mercados esenciales.

Para BYD, establecer producción en Europa implica una triple ventaja: acortar los plazos logísticos, reducir la carga arancelaria y, crucialmente, obtener una mayor legitimidad industrial y política en el continente. La instalación de una fábrica en España ofrecería un equilibrio productivo esencial entre Europa Central, la región mediterránea y los mercados occidentales, aprovechando la capacidad logística de puertos clave como Barcelona y Valencia.

La materialización de este proyecto representaría una de las inversiones industriales más importantes en el sector automotriz español durante la última década, con el potencial de generar miles de puestos de trabajo directos y un significativo efecto arrastre sobre la industria auxiliar, especialmente en áreas como los componentes eléctricos, baterías y software. Además, la posibilidad de aprovechar la creciente red de energías renovables, particularmente solar y eólica, permitiría a BYD producir vehículos con una huella de carbono reducida, fortaleciendo su imagen de sostenibilidad industrial a nivel global.

En un contexto geopolítico de tensión comercial entre Bruselas y Pekín, la estrategia de BYD de fabricar dentro de la Unión Europea actúa también como una jugada defensiva, buscando sortear potenciales barreras comerciales y reforzar su posición frente a posibles medidas restrictivas. Si la inversión se concreta, supondría un punto de inflexión para el sector automovilístico nacional, consolidando a España como un polo estratégico para la electrificación a escala continental. El objetivo final de BYD es claro: consolidar su posición como el referente global de la movilidad eléctrica, y Europa es el siguiente gran paso en esa hoja de ruta.

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