Tendencias que redefinen la relación, interacción y el diálogo entre marcas y la Generación Z
Por Redacción - 1 Octubre 2025
La generación Z que se adentra en la edad adulta ya ostenta un considerable poder adquisitivo, no solo consume productos, sino narrativas y propósitos. Su lenguaje es el del contexto, la autenticidad sin filtros y una participación activa que transforma la comunicación tradicional en un intercambio genuino. Ignorar estas premisas ya no es una opción; el éxito se cifra en la habilidad para iniciar y mantener conversaciones significativas y bidireccionales, a menudo a través de estrategias de marketing conversacional sofisticadas que fusionan lo humano con la última tecnología.
La autenticidad es sin duda uno de los baluartes de cualquier estrategia dirigida a estos jóvenes nacidos entre finales de los noventa y principios de los dos mil diez.
La Generación Z tiene un radar muy afinado para detectar la impostura y rechaza cualquier mensaje que huela a simple estrategia de venta. Exigen transparencia total: no les basta con ver el producto final, también quieren conocer el proceso, los valores que lo sostienen y, sobre todo, a las personas que dan vida a la marca. Por eso, la comunicación no puede quedarse en la transacción; debe reflejar un compromiso real con causas sociales y medioambientales que conecten con sus convicciones más profundas, como la sostenibilidad o la equidad. Una marca con propósito claro y auténtico no solo resulta atractiva, sino que puede ganarse su lealtad, aunque esta fidelidad se mantendrá únicamente si se cumplen las expectativas en calidad y servicio.
La autenticidad y el propósito se han convertido en ejes esenciales de cualquier estrategia de marca efectiva. Lejos de ser una generación volátil, los zoomers son consumidores informados y exigentes: un 81% contrasta información antes de comprar. En España, la calidad (90,2%) y el precio (83,3%) continúan siendo factores decisivos, pero la alineación con los valores de la empresa se ha consolidado como un potente diferenciador. De hecho, un 84% de la Generación Z afirma que el propósito de sus organizaciones influye directamente en su satisfacción, lo que demuestra una clara inclinación a respaldar aquellas marcas que acreditan un compromiso genuino con causas sociales y ambientales. En este sentido, la transparencia no es opcional: es la prueba tangible de la autenticidad, y cualquier narrativa impostada o exagerada es rápidamente desenmascarada.
El marketing conversacional, impulsado de manera decisiva por la inteligencia artificial, se convierte en la herramienta vehicular para canalizar esta necesidad de diálogo.
Los miembros de la generación Z, habituados a interacciones rápidas y multicanal, demandan respuestas instantáneas y personalizadas. La clave reside en implementar soluciones de IA avanzadas, como chatbots y asistentes virtuales, que no solo procesen el lenguaje natural, sino que sean capaces de detectar matices y emociones para adaptar el tono de la respuesta. Esta personalización a gran escala, que se anticipa a las necesidades del cliente basándose en sus patrones de comportamiento, es vital. Sin embargo, en España, como en el resto de Europa, la transparencia sobre la recopilación y el uso de datos es una exigencia irrenunciable, que debe ir de la mano con el cumplimiento normativo.
La plataforma donde se desarrolla este diálogo también es crucial, y el vídeo de formato corto se consolida como el rey indiscutible del contenido. Plataformas como TikTok e Instagram Reels, junto con YouTube, son los espacios predilectos para el consumo, donde se busca contenido que entretenga, eduque y sea, ante todo, interactivo.
Los vídeos deben ser nativos de la plataforma, es decir, rápidos, ingeniosos y con un alto componente visual, empleando el humor y la cultura del meme de forma natural, sin parecer forzado. Las marcas deben pasar de ser meros anunciantes a convertirse en auténticos creadores de contenido, utilizando narrativas que incorporen a los propios usuarios y que reflejen su realidad. En este sentido, la colaboración con micro-influencers, percibidos como más auténticos y cercanos que las grandes celebridades, ha demostrado ser una estrategia excepcionalmente efectiva para generar confianza y pertenencia.
La omnnicanalidad marca la pauta en la experiencia del cliente actual, que ya no distingue fronteras entre lo físico y lo digital.
Este consumidor espera transiciones sin fricciones al cambiar de canal: pasar de un mensaje en WhatsApp a una consulta web o a una visita en la tienda debe sentirse como parte de un mismo recorrido. También están dispuestos a interactuar en formatos emergentes, como la publicidad dentro de entornos de gaming o la búsqueda por voz, que en 2025 seguirá creciendo con fuerza. En el fondo, la meta es humanizar la marca, mostrando compromiso, escuchando activamente y permitiendo que esta generación co-cree valor. Así se construye una relación que trasciende la compra puntual.
En este contexto, la hiperpersonalización conversacional, impulsada por la Inteligencia Artificial, se convierte en un recurso esencial para gestionar la relación con el cliente a gran escala. La Generación Z se siente especialmente cómoda con estas tecnologías: un 40% interactúa a diario con chatbots, y hasta un 71% de los jóvenes entre 16 y 24 años afirma que una respuesta más rápida mejoraría su experiencia. No sorprende entonces que la adopción global de chatbots esté en auge y que, para 2025, se proyecte un ahorro de 11.000 millones de dólares en atención al cliente gracias a ellos. El verdadero desafío, sin embargo, es que estos asistentes virtuales comprendan el contexto y los matices emocionales, ofreciendo interacciones fluidas y coherentes sin importar el canal de origen.
Por otra parte, nuevos entornos digitales —como el gaming, la realidad aumentada o la búsqueda por voz— abren escenarios que van más allá de la simple presencia de marca. Se trata de participar de forma relevante, con un lenguaje humano y adaptado a cada contexto, para reforzar la conexión emocional con el consumidor. El reto ya no consiste únicamente en vender, sino en construir relaciones duraderas basadas en la confianza. Una marca humanizada no se percibe como lejana ni corporativa, sino como un socio cercano que entiende, acompaña y aporta valor real en la vida de sus clientes. Esa autenticidad es la que transforma a los consumidores en defensores de la marca y garantiza su permanencia en un mercado cada vez más competitivo.
Resumen de tendencias
Autenticidad y propósito como ejes innegociables
- Las marcas que no demuestren transparencia real y compromiso con valores sociales (sostenibilidad, inclusión, equidad, salud mental) quedarán fuera del radar de la Gen Z.
- Crecerá el concepto de “brand activism”: no solo apoyar causas, sino involucrarse activamente en cambios tangibles.
- La exigencia de “pruebas” de autenticidad (ej. trazabilidad de productos, impacto ambiental verificado, testimonios de empleados) será cada vez mayor.
Marketing conversacional potenciado por IA emocional
- Los chatbots evolucionarán hacia asistentes virtuales capaces de interpretar emociones, tono de voz y contexto.
- La IA será usada para hiperpersonalización en tiempo real, anticipando necesidades con base en comportamiento e historial, pero bajo un marco de ética y transparencia en el uso de datos.
- Crecerán los modelos híbridos: IA para escala + humanos para la empatía en casos complejos.
Vídeo corto + contenidos inmersivos
- TikTok, Reels y Shorts seguirán siendo dominantes, pero habrá un salto hacia formatos de realidad aumentada (AR) y experiencias interactivas dentro de vídeos.
- El humor, los memes y la co-creación con usuarios se consolidarán como lenguajes nativos de marca.
- El gaming como ecosistema de marketing (publicidad nativa dentro de juegos, experiencias de marca gamificadas) crecerá con fuerza, fusionando entretenimiento y consumo.
Micro-influencers y creadores de nicho
- Mayor confianza en influencers locales, especializados y percibidos como auténticos frente a grandes celebridades.
- Se intensificará la tendencia de co-creación de productos o campañas con comunidades y micro-creadores.
- Las comunidades digitales (Discord, Twitch, foros especializados) se consolidarán como espacios de interacción entre marcas y consumidores.
Omnicanalidad sin fricciones
- La integración fluida entre físico y digital será un estándar: del WhatsApp a la tienda física, del chatbot al evento en vivo, sin interrupciones.
- Crecerá el uso de voz como interfaz (búsquedas, compras, soporte).
- Se expandirá el concepto de “phygital” (experiencias híbridas donde la tienda física se convierte en extensión de lo digital).
Data & confianza: el nuevo contrato con el consumidor
- La Generación Z exigirá control sobre sus datos personales (quién los usa, para qué, y cómo se benefician ellos a cambio).
- Crecerán los modelos de “data for value exchange”: compartir información solo si se traduce en beneficios claros (descuentos, personalización, exclusividad).
- Regulaciones más estrictas en Europa obligarán a las marcas a reforzar su ética en la IA y el marketing digital.
Construcción de comunidades y co-creación
- Las marcas pasarán de tener clientes a tener comunidades activas que participan en el diseño de productos, contenidos y narrativas.
- Se expandirá el modelo de embajadores auténticos: usuarios reales defendiendo marcas por afinidad genuina, no por contrato publicitario.
- Las plataformas que potencien la interacción (ej. realidad aumentada colaborativa, mundos virtuales, experiencias inmersivas) serán clave para generar pertenencia.












