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Las hamburguesas que nunca se ponen malas y por qué son un problema de reputación para McDonald's

Se convierten en virales y asientan la idea de que la comida fast-food tiene algo poco saludable

Por Redacción - 9 Septiembre 2020

Aunque se quiera, la webcam ya no funciona. Hasta hace no mucho tiempo, sin embargo, permitía ver el paso del tiempo - en tiempo real - de la última hamburguesa vendida por McDonald s en Islandia. Islandia es uno de los pocos países en los que no tiene operaciones McDonald s, aunque lo intentó en su momento.

Cerró durante la crisis económica de 2008, aunque al parecer ya no era entonces muy popular. La última hamburguesa que vendió fue guardada en una urna en un hostel y era visible vía webcam a nivel global. Sus imágenes eran populares porque la hamburguesa no se ponía mala: estaba en una suerte de eterno buen estado (al menos visual).

Y, lo que es más problemático para McDonalds en términos de imagen, la hamburguesa islandesa no es la única que ha sido viral en un momento o en otro por no haberse puesto mala jamás. La última ha llegado vía viral de TikTok y muestra a una señora que guardó una hamburguesa y unas patatas de la cadena en una caja en los 90 y que las enseña a caja. No tienen una pinta muy apetitosa (como dice la señora las patatas parece que se hubiese caído en el coche y las hayas descubierto días después), pero no tiene moho, no se ha roto y no ha iniciado ningún proceso de descomposición.

A principios de año, un hombre estadounidense aseguraba que tenía la hamburguesa más antigua nunca estropeada. La había comprado en 1999 por menos de un dólar.

McDonalds lo explica

Cuando el hombre hizo su proclama, los medios estadounidenses ya incluían citas de la propia marca explicando por qué podría haber ocurrido eso. La directora de reputación de la cadena, Anne Christensen, aseguraba que si se eliminaba la humedad era posible que la comida se mantuviese intacta ("la descomposición es poco probable", eran sus palabras). Lo que venía a decir era que la comida se había secado y que por eso no se había puesto - visualmente - mala, pero que por supuesto no estaba como el día que había sido comprada.

Ahora ha sacado una declaración institucional, una "respuesta al mito de que las hamburguesas de McDonalds no se descomponen". Dejan claro que sí, que su comida se descompone como cualquier otra e insisten en que sin humedad suficiente es cuando la comida parece congelada en el tiempo. "Las hamburguesas que estás viendo están probablemente secas y deshidratadas y bajo ningún concepto igual que el día que fueron compradas".

En la breve nota, la cadena insiste en que usan carne que cumple con todas las inspecciones y que no usan más que un poco de sal y pimienta. Nada de conservantes milagrosos.

Un problema de reputación

Y es que ese es, justamente, el problema de los virales de las hamburguesas incorruptas. Refuerzan la imagen negativa que los consumidores pueden tener de los productos de la cadena. Hacen que sus hamburguesas parezcan artificiales y poco saludables. La comida de verdad, se dice el subconsciente del consumidor, es aquella que se pone mala.

De hecho, el impacto de la idea de la comida fast food como una suerte de producto hecho con conservantes superpoderosos es tan importante que una de las últimas campañas virales de Burger King lo usaba como referente. El resultado era bastante desagradable pero compensaba porque reforzaba la idea de que no eran lo que te esperas del fast food. Igual que insistir en la idea de que sus productos se hacen en una parrilla, su campaña recordaba que sus hamburguesas se ponen malas. Una cámara mostraba como una de ellas se llenaba de moho y se iba poniendo mala. Era comida de verdad y la comida real se estropea con el paso del tiempo.

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