Por Redacción - 4 Noviembre 2025

La llegada de la campaña navideña de Coca-Cola es, cada año, un referente ineludible que marca el inicio extraoficial de la temporada festiva en el calendario publicitario global. Este año, la marca ha optado por una narrativa profunda y cercana, presentando "A Holiday Memory", una propuesta recien lanzada en mercados cruciales como Norteamérica, Latinoamérica y Asia-Pacífico. La elección estratégica de fechas, justo al comienzo de la temporada prenavideña, subraya la intención de posicionarse no solo como una bebida, sino como un facilitador de momentos de alto valor emocional en el período de mayor celebración del año.

La esencia de esta pieza, desarrollada por la agencia VML, se cimenta en la humanización del esfuerzo que subyace a la celebración. Lejos de idealizar una festividad perfecta, el relato se centra en la figura de la madre, el motor silencioso que orquesta la magia del hogar. Tras una extenuante jornada de decoración, culminada al colocar la estrella en el árbol, el simple acto de tomar un respiro y un sorbo de la bebida se convierte en el umbral hacia una experiencia trascendente. Este mecanismo narrativo no es casual; utiliza anclajes sensoriales —la visión del objeto, la melodía— para acceder a la nostalgia, demostrando una comprensión sofisticada de la psicología del consumidor y de cómo los recuerdos se activan a través de estímulos cotidianos y poderosos.

Desde la perspectiva de la estrategia creativa, la campaña de 2025 representa un ajuste significativo respecto a ejercicios anteriores. Si el año 2024 estuvo marcado por una reinterpretación de un clásico a través de herramientas de Inteligencia Artificial que generó un considerable debate y opiniones divididas, la actual pieza parece canalizar la tecnología al servicio exclusivo de la emotividad. Se trata de un enfoque más sutil donde cualquier innovación digital opera como un medio para amplificar el sentimiento humano, no para suplantarlo.

La campaña busca deliberadamente alentar "un momento de refresco y un merecido descanso para todos aquellos que trabajan incansablemente detrás de escena para crear la magia de la temporada", según palabras de Islam ElDessouky, vicepresidente global de estrategia creativa. Esta declaración no solo es una directriz de marca, sino un reconocimiento público a los "héroes anónimos" de las festividades, un gesto de empatía que refuerza la conexión con la audiencia a un nivel personal y muy íntimo, validando su esfuerzo.

La evolución creativa es clave. La estrategia de 2025 consolida el compromiso de la marca por inspirar la conexión humana y elevar los momentos especiales, un hilo conductor que se extiende más allá de la mera publicidad estacional. Al centrarse en el valor de la pausa y el recuerdo, el mensaje trasciende la compra de productos, invitando a la reflexión sobre el verdadero significado de la dedicación familiar durante estas fechas. El éxito en Latinoamérica, en particular, está casi garantizado por la inteligente inclusión del tema "Feliz Navidad", una canción que actúa como un poderoso activador cultural en toda la región hispanohablante, demostrando la precisión con la que la marca articula su mensaje a través de fronteras. Es un claro ejemplo de cómo una campaña global consigue aterrizar con resonancia local, utilizando la música como un idioma universal de celebración y pertenencia.

Por otro lado, este año, la actual pieza "Holidays Are Coming" parece canalizar la tecnología al servicio exclusivo de la emotividad. Se trata de un enfoque más sutil donde cualquier innovación digital opera como un medio para amplificar el sentimiento humano, no para suplantarlo. El enfoque es volver a lo esencial: la conexión y el recuerdo.

Sin embargo, el pasado año, la compañía tomó una decisión que sacudió los cimientos de la publicidad tradicional, optando por una reinterpretación completa de su clásico navideño. Por primera vez, el spot no fue el resultado de cámaras, actores o sets físicos, sino de una avanzada conjunción de modelos de inteligencia artificial generativa, un movimiento que desató un intenso debate sobre el futuro de la creatividad y la autenticidad en el consumo masivo.

La adopción de la inteligencia artificial no fue un simple adorno tecnológico, sino una estrategia deliberada para multiplicar la velocidad y el alcance de la producción creativa. Detrás de esta audaz maniobra se encontraban estudios especializados como Secret Level, Silverside AI y Wild Card, quienes utilizaron la tecnología para replicar y modernizar la esencia visual del anuncio. Para Pratik Thakar, el vicepresidente global de IA generativa de la compañía, esta tecnología ofrecía la capacidad de acelerar el proceso creativo por un factor de cinco, permitiendo a los equipos dar vida a ideas que, sin grandes presupuestos o complejos rodajes, habrían sido inviables. Esta aproximación supuso una prueba de fuego para la publicidad de escala global: ¿podría la eficiencia de la máquina igualar la conexión emocional que solo el arte humano había logrado establecer durante décadas?

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