
Cómo protegerse y auditar la inversión en agencias de comunicación para evitar que prioricen sus ganancias sobre el retorno de tu negocio
Por Redacción - 18 Junio 2025
La inquietud sobre cómo algunas agencias de comunicación priorizan la visibilidad gratuita, a menudo buscando maximizar sus propios beneficios en lugar de destinar el presupuesto del cliente a medios pagados, es una preocupación válida y recurrente en la industria. Este comportamiento, aunque aparentemente ventajoso a corto plazo para la agencia, acarrea consigo una serie de riesgos significativos que pueden erosionar la confianza del cliente y dañar la reputación de la firma a largo plazo.
Un Incentivo Percibido: La Búsqueda de la Máxima Rentabilidad Interna
La razón fundamental detrás de esta práctica radica en la maximización de beneficios por parte de la agencia. Al favorecer activaciones de bajo coste, aquellas que no implican una inversión directa y sustancial en medios externos, la agencia puede retener una mayor porción del presupuesto del cliente. Por ejemplo, mientras una campaña de anuncios en Google Ads o Meta Ads requiere una inversión directa en la plataforma publicitaria, las acciones de relaciones públicas o la gestión de redes sociales orgánicas, aunque demandan tiempo y personal, no implican un desembolso monetario a terceros en la misma escala. Se estima que, en algunos casos, las agencias pueden llegar a retener entre el 50% y el 70% del presupuesto total de un cliente en campañas centradas en lo orgánico, mientras que en campañas con una fuerte inversión en medios pagados, este porcentaje podría reducirse drásticamente a un 15% o 20% de los honorarios de la agencia, una vez descontada la inversión en plataformas.
A esto se suma la falta de transparencia, un factor crítico que permite que esta dinámica persista. Muchos clientes carecen del conocimiento o la infraestructura necesaria para auditar completamente cómo se invierte su presupuesto. Las agencias pueden presentar informes con "métricas vanidosas", como el alcance potencial de una noticia en medios o el número de impresiones orgánicas en redes sociales, que si bien son cuantificables, no siempre se traducen en un impacto directo en los objetivos de negocio reales del cliente.
Por ejemplo, un comunicado de prensa distribuido ampliamente podría generar "menciones" en decenas de medios, inflando las métricas de alcance potencial a millones de personas. Sin embargo, si esas menciones no resultan en clics cualificados hacia el sitio web del cliente, no generan leads o no impulsan ventas, su valor real es limitado. Según los datos, hasta un 40% de los profesionales del marketing admiten haber tenido dificultades para atribuir el retorno de la inversión de sus campañas de relaciones públicas a los resultados de negocio tangibles.
La creciente tendencia de algunas empresas y agencias de ofrecer contenido editorial a los medios con un claro sesgo comercial, pero sin la voluntad de asumir costes representa un desafío significativo para el negocio de los propios medios y el periodismo. Además, estas prácticas, a menudo disfrazada bajo el manto de las "relaciones públicas" o el "marketing de contenidos", busca obtener visibilidad gratuita, diluyendo la línea entre la información genuina y el mensaje promocional encubierto.
No es lo mismo operar con un presupuesto limitado que disponer de recursos y dinero del cliente y, aun así, ver cómo se pierden oportunidades porque la agencia prioriza sus propias ganancias. Esta segunda situación es, sin duda, más frustrante y, lamentablemente, más común de lo que debería ser. Cuando una marca confía una inversión significativa a una agencia, la expectativa es que cada euro se utilice de la forma más estratégica y efectiva para alcanzar los objetivos de negocio, no para engrosar el margen de la agencia a expensas del impacto del cliente.
El Disfraz de la Información
De forma generalizada, podemos comprobar reiterados intentos de las agencias de comunicación, de eludir los costes, presentando mensajes comerciales como si fueran noticias o análisis objetivos. Esto se manifiesta de diversas maneras: desde comunicados de prensa con un fuerte componente promocional que se espera sean publicados sin edición, hasta la oferta de artículos completos "listos para publicar" que glorifican un producto o servicio sin una contraprestación económica directa. La motivación es clara: maximizar el alcance y la credibilidad asociados a una mención en un medio de comunicación respetado, sin tener que desembolsar las tarifas que implicaría un espacio publicitario. Se busca capitalizar la confianza que los lectores depositan en un medio para legitimar un mensaje de marketing.

La presión del mercado también juega un papel importante. A veces las agencias pueden sentirse forzadas a ofrecer tarifas más bajas para diferenciarse. Esta presión a la baja en los precios de los servicios les empuja a buscar formas de reducir sus propios costes operativos, y una de las vías más directas es minimizar la inversión en medios pagados, que representan un coste directo y significativo. Esto crea un ciclo vicioso donde la necesidad de ser competitivo lleva a prácticas que, a la larga, pueden comprometer la eficacia de las campañas para el cliente.
Blindando tu Inversión: Estrategias para Clientes
Para los clientes que buscan proteger su inversión y asegurar un retorno tangible, la clave está en la claridad y la exigencia. Lo primero es establecer objetivos y KPIs (Key Performance Indicators) claros y medibles desde el inicio de la relación. Y por supuesto, exigir un desglose detallado del presupuesto. Cada euro debe estar justificado y desglosado en partidas específicas: honorarios de agencia, inversión en publicidad digital (Google Ads, Meta Ads, LinkedIn Ads), campañas con influencers, creación de contenido, medios, etc. Si la agencia asigna una partida genérica a "gestión de medios", es una señal de alerta. Se debe pedir una distribución granular. En promedio, los expertos sugieren que al menos el 50-60% de un presupuesto de marketing digital efectivo debería destinarse a la adquisición de medios pagados para lograr un impacto significativo.
Los informes de resultados transparentes son no negociables. Estos deben mostrar claramente la inversión realizada en cada canal y los resultados obtenidos.
Hay que pedir pruebas concretas: capturas de pantalla de dashboards de inversión en plataformas publicitarias, enlaces directos a las publicaciones en medios ganados, y datos de Google Analytics o herramientas de CRM que demuestren el impacto en leads y ventas. Si una agencia reporta una gran cantidad de "impresiones", es importante preguntar cuántas de esas impresiones se tradujeron en clics, y cuántos de esos clics en acciones de valor.
La solidez contractual y la investigación previa son escudos protectores. El contrato debe especificar detalladamente cómo se gestionarán los fondos y cómo se medirá el ROI. Considerar auditorías externas para presupuestos significativos, especialmente aquellos que superan los 100.000 euros anuales, puede proporcionar una capa adicional de verificación. Antes de firmar, investigar la reputación de la agencia y pedir referencias de otros clientes, así como casos de éxito verificables con datos tangibles, puede evitar dolores de cabeza futuros.
Los Riesgos para las Agencias: Una Estrategia Insostenible
Para las agencias que persisten en esta práctica de priorizar el margen interno sobre la inversión efectiva del cliente, los riesgos a largo plazo son considerables y pueden ser existenciales. El más evidente es la pérdida de la confianza del cliente. Un cliente que se siente engañado o que no ve un retorno claro de su inversión no solo se irá, sino que también compartirá su mala experiencia. En un mundo hiperconectado, una mala reputación puede extenderse rápidamente. Las plataformas de reseñas de agencias, el boca a boca negativo y la reputación entre pares pueden destruir años de construcción de marca.
El impacto negativo en los resultados del cliente es un efecto directo de estas prácticas. Si las campañas no logran los objetivos reales de negocio del cliente porque la inversión no fue óptima, la capacidad de la agencia para demostrar su valor se reduce drásticamente. Esto lleva a una inestabilidad en el negocio de la agencia, con una alta rotación de clientes que dificulta la planificación a largo plazo y la construcción de un flujo de ingresos estable. Una agencia que no puede mostrar casos de éxito tangibles, basados en datos reales de ROI, tendrá serias dificultades para adquirir nuevos clientes. En última instancia, una relación exitosa entre cliente y agencia se edifica sobre la transparencia, la confianza mutua y el alineamiento de intereses para lograr resultados que, en la mayoría de los casos, se traducen en crecimiento del negocio del cliente.

