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Cómo McDonald's o KFC podrían verse amenazadas con el crecimiento de marcas y franquicias chinas que se están expandiendo rápidamente

Mientras Estados Unidos ha dominado el sector con 61 empresas de restaurantes en bolsa, China está en camino de replicar este modelo con sus propias franquicias.

Por Redacción - 6 Marzo 2025

Las principales cadenas de comida rápida en China aún no alcanzan el reconocimiento global de marcas como McDonald's y KFC, pero su crecimiento es acelerado. Según Alan Song, fundador de Harvest Capital, franquicias como Lao Xiang Ji (LXJ International), Xiaocaiyuan y Babi Food tienen el potencial de transformar el mercado, impulsando el auge de marcas locales en un contexto de incertidumbre económica global.

China ya cuenta con varias cadenas que compiten con gigantes occidentales, como Wallace, conocida por sus hamburguesas y pollo frito asequible, y Dicos, especializada en pollo frito al estilo KFC. Otras opciones incluyen Yonghe King, que ofrece fideos y sopa de soya, y ZKungfu, centrada en platos de arroz y carne al vapor. También destacan Lao Xiang Ji, con su propuesta de pollo al estilo casero; Xiaocaiyuan, que apuesta por la cocina tradicional con ingredientes frescos; y Babi Food, famosa por sus baozi (panes rellenos al vapor) y dumplings.

El auge del consumo en China está transformando el panorama de la industria alimentaria

Song argumenta que a medida que los ingresos aumentan, la calidad se vuelve un factor clave en el consumo, y las empresas chinas están bien posicionadas para satisfacer esta demanda. Comparando la evolución del consumo con el crecimiento de gigantes globales como Coca-Cola y Unilever, Song cree que China generará empresas de escala mundial en los próximos años. Esta tendencia representa una amenaza para franquicias estadounidenses, que hasta ahora han dominado el mercado de comida rápida con una fuerte estandarización y estrategias de gestión eficientes.

Harvest Capital, con más de 4 mil millones de dólares en activos, ha demostrado que su enfoque en la inversión en consumo es rentable. Empresas como LXJ International, la cadena de comida rápida china más grande en la cartera de Harvest, ya han mostrado un crecimiento significativo. La estrategia de Song, basada en facilitar la expansión de sus inversiones mediante la industrialización, la estandarización y la modernización, ha sido clave para posicionar estas marcas en la competencia global.

El crecimiento de las franquicias chinas también se ve impulsado por la evolución del país hacia una economía más orientada al consumo.

Con un margen de crecimiento del gasto de casi un 20% en relación con el PIB, China está generando un entorno propicio para que sus marcas de comida rápida se expandan internacionalmente. Song ha estudiado la evolución de cadenas japonesas como Yoshinoya, Sukiya y Matsuya, que lograron consolidarse en el mercado local pero no alcanzaron la misma expansión internacional que McDonald's o KFC. Según él, la capacidad de las empresas chinas para mejorar la gestión de la cadena de suministro podría darles una ventaja competitiva sobre sus rivales occidentales.

La estrategia de Song no se basa solo en el crecimiento financiero, sino en la creación de marcas que transformen la industria de la comida rápida a nivel mundial. Mientras Estados Unidos ha dominado el sector con 61 empresas de restaurantes en bolsa, China está en camino de replicar este modelo con sus propias franquicias. La clave para su éxito radica en la capacidad de estas empresas para adaptarse a los estándares globales y ofrecer productos de alta calidad con costos eficientes.

A medida que Harvest Capital expande su presencia a mercados como Estados Unidos, Japón, Singapur y Hong Kong, se posiciona como un actor clave en la competencia global de bienes de consumo. Song ve este fenómeno como una evolución natural de la economía china, donde las marcas nacionales buscan competir en igualdad de condiciones con las occidentales. Su visión es que el consumo masivo, más que el de élite, es el verdadero motor del crecimiento en este sector, y las empresas chinas están listas para aprovechar esta oportunidad.

La amenaza para McDonald's y KFC no radica solo en la expansión de estas franquicias chinas, sino en su capacidad para adaptarse rápidamente a las preferencias de los consumidores, ofrecer productos de calidad y mantener costos competitivos. Si las marcas chinas logran consolidarse en el mercado internacional, podrían convertirse en una seria competencia para las gigantes de la comida rápida que han dominado el sector durante décadas. La pregunta ya no es si China producirá sus propias versiones de McDonald's y Starbucks, sino cuándo estas marcas alcanzarán la misma relevancia global.

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