Por Redacción - 7 Agosto 2025
El Lyst Index, la reconocida clasificación global que analiza las marcas y artículos de moda más populares del momento, ha publicado su informe correspondiente al segundo trimestre de 2025.
Miu Miu ha consolidado su posición como la marca más cool del mundo, un reconocimiento que, más allá de un galardón, habla de una conexión profunda con su audiencia. Su éxito no se basa en el gasto masivo en influencers, sino en la fuerza de una propuesta que celebra a la mujer "poliédrica" a través de una modernidad eterna. Sus accesorios, como los zapatos de barco de ante marrón que han dominado las búsquedas, son testimonio de un diseño que captura la imaginación del público, demostrando que la autenticidad y la visión creativa pueden prevalecer sobre las estrategias de marketing más convencionales.
El reciente cambio en Loewe, con la partida de Jonathan Anderson, marca el fin de una era y el inicio de otra. La inversión continua del grupo LVMH en atraer a los estilistas y críticos más importantes a sus desfiles ha sentado las bases para que la marca mantenga su prestigio. Este respaldo estratégico, financiado con los beneficios de Louis Vuitton, subraya cómo el apoyo corporativo es fundamental para sostener una marca de lujo, permitiéndole construir un legado de credibilidad y exclusividad. En el caso de Saint Laurent, el espíritu del fundador, Yves, se percibe como una guía para la nueva era de la casa, un ancla en el pasado que promete una dirección audaz para el futuro.
Por su parte, Prada demuestra una resiliencia notable, manteniéndose en la cima desde los años 90 sin ceder a la imitación. Su sello distintivo, a menudo definido por un "feísmo elegante" y atemporalidad, es una declaración de independencia creativa. Mientras que otras casas de moda se han "pradizado" en el pasado, la marca italiana permanece fiel a su visión, lo que le ha valido un lugar inamovible en el panteón del lujo. Este compromiso con una estética particular no solo fortalece su identidad, sino que también atrae a un consumidor que busca singularidad y una narrativa de diseño coherente. En un movimiento inesperado, Coach ha experimentado un repunte significativo, una subida que desconcierta a los analistas, pero que sin duda habla de un ajuste exitoso en su propuesta de valor.

El lujo silencioso encuentra su máximo exponente en The Row, la casa de las gemelas Olsen. Su enfoque en piezas de alta calidad, a menudo de siluetas amplias y con un minimalismo de inspiración japonesa, ha creado una base de seguidores leales. El éxito de las sandalias Dune, que se han vuelto virales, ilustra cómo incluso en el nicho del lujo discreto, la viralidad puede ser un motor poderoso. La experiencia de compra, acentuada por tiendas que son espacios cuidadosamente diseñados, refuerza la narrativa de exclusividad y artesanía. En contraste, la situación de COS genera dudas sobre su relevancia actual, lo que sugiere una necesidad de recalibrar su posición en un mercado en constante cambio. Chloé, con su nueva creadora, Chemena Kamali, se aferra a un aire bohemio y chic que históricamente la ha definido, buscando revivir el éxito de épocas pasadas.
Otros cambios importantes han sacudido la industria. En Bottega Veneta, el cambio de creador a Louise Trotter se alinea con una preferencia por el lujo sutil, donde la inversión en un bolso de cuero trenzado o un abrigo clásico es percibida como una decisión de valor. Este fenómeno, compartido con The Row, evidencia una inclinación del consumidor por la calidad sobre la notoriedad. Moncler, por su parte, ha trascendido su origen en las pistas de esquí para convertirse en una prenda esencial en las calles de Milán y París, demostrando la versatilidad y el atractivo global de su diseño. Ralph Lauren, con su línea Purple Label, sigue siendo un bastión de la elegancia estadounidense, con piezas atemporales que garantizan un éxito duradero, mientras que la marca de Kim Kardashian, SKIMS, ha demostrado una inteligencia de mercado notable al expandirse de fajas a otras prendas, combinando calidad con un marketing astuto.
El futuro de la moda está marcado por renovaciones creativas. El resurgimiento de casas históricas se presenta como un tema central. Balenciaga busca un renacimiento con la llegada de Pierpaolo Piccioli, un movimiento que muchos ven como un posible regreso a la elegancia de la casa española, distanciándose del "efectismo" que algunos atribuyen a su predecesor, Demna Gvasalia. Gvasalia, ahora en Gucci, enfrenta el desafío de mantener la relevancia de la marca, una tarea que podría depender de la notoriedad entre los jóvenes. La llegada de Dario Vitale a Versace y el giro creativo de Alessandro Michele en Valentino son otros puntos de inflexión que prometen sacudir el sector. Mientras tanto, el ascenso de Jacquemus, un creador que ha alcanzado el éxito sin grandes campañas publicitarias, demuestra que el talento y la narrativa personal pueden ser motores de crecimiento tan poderosos como el capital. Finalmente, la consolidación de Birkenstock como un clásico, a pesar de su estética "fea", y las copias que genera son la prueba de que un diseño funcional y auténtico puede convertirse en un icono para siempre.












