Por Redacción - 27 Noviembre 2025
La centenaria firma francesa Lacoste, que ha tejido su historia desde 1933 sobre el equilibrio entre la moda y el deporte, ha introducido una audaz e inesperada acción de marketing en el paisaje urbano de Madrid, transformando la vibrante Gran Vía en un sofisticado refugio alpino.
Desde el 18 hasta el 23 de noviembre de 2025, el número 46 de esta arteria principal ha sido elegido para recrear un chalet alpino y transportarnos hasta una estación de esquí. Esta arquitectura pop-up no es solo un punto de venta temporal, sino una materialización sensorial de la dualidad que define la colección Holiday 2025 de la marca: el diálogo constante entre la celeridad de la vida en la ciudad y la serenidad y la belleza de la naturaleza. La iniciativa se concibe como una experiencia inmersiva que captura la esencia de la elegancia relajada y el espíritu del après-ski, ese ritual social y de confort que sigue a una jornada en las pistas nevadas.

El origen de esta ambientación se encuentra en la profunda relación que el fundador, René Lacoste, cultivó con la cordillera de los Pirineos, su espíritu creativo se nutría del idílico club-house de Chantaco, cuyo horizonte estaba definido por las majestuosas cumbres que inmortalizaba en sus bocetos. Estos trazos, cargados de inspiración y apego al paisaje montañoso, son el hilo conductor y la base estética de la colección Holiday 2025 y la cuidada escenografía del chalet. Este legado se traduce en una propuesta de moda que navega entre las siluetas atemporales y las tendencias actuales, mientras que el espacio actúa como un homenaje multisensorial a la nieve y a esa actitud distintiva que proyecta una sofisticación sin esfuerzo, sin importar la altitud o el contexto.
Al cruzar el umbral de este espacio, uno es invitado a iniciar un recorrido que apela tanto a la adrenalina deportiva como al deleite estético.
La instalación se abre con un potente recordatorio del ADN fashion-sport de Lacoste a través de un simulador de esquí, un elemento que conecta inmediatamente con la emoción del deporte. A este espacio activo le sigue una zona concebida con la atmósfera de una galería premium, donde se exponen las piezas clave de la colección Holiday 2025, diseñada estratégicamente para posicionarse como la opción idónea para los regalos durante las navidades. La experiencia termina en un punto de encuentro que incentiva la interacción y el recuerdo: un fotomatón ingeniosamente camuflado como un teleférico, destinado a fijar en la memoria un instante invernal dentro de la ciudad.

El momento más íntimo y reconfortante de la visita es en torno a la barra de après-ski, fiel al concepto original de calidez y consuelo tras el frío. En este punto, los asistentes pueden parar y alejarse del bullicio metropolitano con la sencillez tradicional del chocolate con churros, un gesto que busca transportarnos a la placidez de un paisaje nevado, ofreciendo un contraste dulce y acogedor con la prisa de la capital. El acceso a este exclusivo universo de marca se ha reservado a la comunidad de Lacoste Members, el programa de fidelidad de la firma, que asegura a sus integrantes una serie de beneficios y experiencias personalizadas que refuerzan su vínculo con la marca.
La tienda física se convierte en el eslabón final de esta cadena experiencial mediante unos escaparates temáticos que replican y amplifican la ambientación del chalet en el plano del retail. Estos montajes, desarrollados por el estudio de diseño interno de Lacoste, despliegan una escenografía minuciosa y un espíritu festivo con toques de nostalgia, buscando evocar una calidez emocional que eleva el acto de la compra a un nuevo estándar de sofisticación y conexión con el público.












