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¿Se le está yendo de las manos a los youtubers lo que hacen para ser famosos?

El último escándalo lo protagoniza uno que obligó a desviar un vuelo y activar el protocolo de enfermedades infecciosas con una broma sobre el coronavirus

Por Redacción - 10 Febrero 2020

En la última de esas noticias que se acaban convirtiendo en virales y que se posicionan como elementos destacados en las secciones de curiosidades de los medios generalistas, se acaba de colar una protagonizada por un youtuber. Lo tiene todo: coronavirus, drama y material para la crítica contra las nuevas generaciones que usan internet sin pensar muy bien qué hacen, buscando simplemente la fama. Un youtuber acaba de causar el pánico en un avión - y obligado a la tripulación a volver al aeropuerto de salida para solventarlo - después de fingir que tenía síntomas del coronavirus. Todo era la base de una broma para su canal de YouTube (que ahora mismo está en poco más de los 700 seguidores y que posiblemente buscaba impulsar).

Potok Philippe, el nombre del youtuber, estaba en un vuelo que unía Toronto con Jamaica. En un momento del vuelo se puso de pie, mientras se grababa, como recogen ahora los medios, y empezó a contar a la cámara que había estado en Hunan, China y que no se sentía bien.

La tripulación de cabina activó entonces el protocolo de respuesta y, por mucho que insistió en que era una broma, la respuesta a lo que había hecho ya estaba en marcha. El youtuber ya ha publicado un vídeo pidiendo disculpas, pero sus acciones provocaron el caos (el aeropuerto de Toronto tuvo que activar el protocolo de enfermedades infecciosas y responder en base a ello) y en un primer momento el propio youtuber fue detenido.

No es el primero que usa el coronavirus

El youtuber, eso sí, no es el primero que ha usado el coronavirus como material para intentar lograr fama viral. El youtuber Logan Paul, que ya ha protagonizado diversos escándalos en el pasado, publicó una fotografía bastante poco sensible en su perfil en Instagram y otros han empezado a publicar fotografías instrangramables de ellos con máscaras.

¿Han perdido el norte algunos influencers y youtubers en su carrera por ser virales? ¿Y se han perdido los límites en las bromas que hacen para convertirse en la última estrella de YouTube?

Todas estas dudas no son nuevas y los ejemplos de acciones cuestionables ya se van acumulando. Cuando hace unos años un youtuber español se había vuelto viral por la respuesta de una de las víctimas de sus bromas, el famoso Caranchoa, de fondo también empezó a cuestionarse cómo todo ello evidenciaba la falta de límites a lo que los youtubers hacían en cierto terreno, el de las bromas.

Necesitan bromas más increíbles

Las bromas se habían convertido entonces en la manera más rápida para los aspirantes a estrellas de YouTube para convertirse en populares, aunque lo hacían cada vez más con humor de brocha gorda y con bromas más agresivas. Todo ello hacía que, por un lado, la reputación general de los youtubers se resintiese y, por otro, que cada vez tuviesen que ir más lejos a la hora de intentar posicionarse como lo más (la clave, al fin y al cabo, para popularizarse era el clásico de "no te vas a creer lo que ha hecho").

Con ello, sin embargo, hacían pagar el pato a los inocentes protagonistas de sus bromas y lo hacían, además, no teniendo en cuenta ni de lejos las obligaciones legales en privacidad y en derecho a la imagen. La ley no deja compartir las imágenes privadas de personas por muy grabadas que estén en espacios públicos- a menos que sea con interés informativo (que no era el caso) - sin su permiso.

También, con el boom de las bromas, se empezaron a cruzar directamente las fronteras de lo que está bien y lo que está mal.

El youtuber ReSet fue condenado en junio del año pasado a no usar YouTube en cinco años, a 15 meses de cárcel y a una multa de 20.000 euros tras humillar a un mendigo ofreciéndole galletas Oreo que estaban rellenas de pasta de dientes. El informe de los Mossos dEsquadra señalaba que, cuando subió el vídeo, ReSet era unos de los 200 youtubers más importantes de España e Iberoamérica. El youtuber señaló que la práctica era parte de los retos con los que llenaba su cuenta.

La sentencia dejó claro que sus vídeos incluían comportamientos crueles contra quienes eran personas especialmente vulnerables. El youtuber había declarado en el juicio: "Si me meto con gente más musculosa, me arriesgo a que me peguen, que la gente tiene muy mala leche". Durante el proceso también había insistido que "todo era en plan de coña". "Mi intención no era ofender. Vosotros vais muy a tope con la ley", le llegó a decir al tribunal.

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